lunes, 31 de octubre de 2011

El pecado original


Como siempre, leer al teólogo Hadjadj es una fiesta para la razón. Ahora paseo por el instituto para desconcierto de mis alumnos y compañeros La profundidad de los sexos. En él me he enterado que Santo Tomás de Aquino, nada menos, repudiaba la leyenda de que el pecado original fuera un acto sexual desmadrado de Adán y Eva. El Aquinate era de la osada opinión contraria: de haber estado en lo que tenían que estar, Eva no habría ido paseando sola por ahí charlando de idioteces con serpientes sabihondas y enroscadas. No es pecado y mucho menos es original, pero es una lástima grande que no leamos mucho más a Santo Tomás de Aquino. ¡Lo que nos perdemos!

domingo, 30 de octubre de 2011

¿Quién soy?


Debería ser justo al revés, pero tendemos desaforadamente al amor propio y al humor al prójimo. Por eso los chistes se ríen mucho de los demás (políticos, suegras, vecinos, leperos, mariquitas, tartamudos, etc.), pero poco de uno mismo, aunque sean éstos los que de verdad tienen gracia, en el sentido de gracia redentora. Una excepción ha sido una viñeta de El Roto en la que sale un muchacho ante una pantalla de ordenador diciéndose: “Me estoy buscando en Internet para saber quién soy”. Fue verlo y exclamar: “Ups”. Yo me busco en Wikipedia en cuanto me encuentro perdido, ay. Me puse colorado.
Como excusa, la pregunta sobre nuestra identidad nos la hacemos todos. Y más cuando caemos en que no somos nada, porque es verdad: nada no somos: somos algo o, mejor dicho, alguien, sí, pero quién, ¿quién? Intenten contestarse, y ya verán qué enigma. El nombre propio ayuda, pero no tanto como parece. Contra el griego aquel, que mantuvo que el nombre es el arquetipo, observó Shakespeare: “La rosa no dejaría de ser rosa, tampoco dejaría de esparcir su aroma, aunque se llamara de otra manera”. Recogiendo esto y un eco del Apocalipsis, apunta Mario Quintana: “Todos nuestros documentos de identidad son falsos. Y la primera curiosidad de quien murió es saber cuál es exactamente su verdadero nombre”. Para no tener que aguardar a eso, algunos tratan de responder a la pregunta con su currículum, con sus bienes o echando mano a las memorias. Los espejitos mágicos de la literatura infantil reflejan el mismo afán: se les pregunta si una es o no es la más bella del reino o se los atraviesa hacia un mundo mágico, pero son sólo imágenes, metáforas. La respuesta que se busca ante el espejo es saber con quién está uno viéndoselas. ¡Qué inquietante que el único rostro que no podemos observar directamente sea el nuestro!
Nos miramos entonces en los ojos de los demás. “Nada preciso tanto como saber qué piensa de mí”, suspiraba el poeta Luis Rosales. Y hay quienes han imaginado que si conseguían que se pensara bien de ellos, mejorarían en sí mismos. Es la única justificación (en las intenciones) de la hipocresía. Incluso hay quienes tratan de descubrir su carácter escrutando horóscopos.
El problema sería irresoluble, zarandeándonos del escepticismo a los nacionalismos pasando por la obsesión por la imagen y otras ideologías identitarias, si no viniese Dios a echarnos un cable salvífico, como siempre. Uno es lo que es para Dios. Sólo se conoce quien se siente mirado por Él, que es omnisciente, que llega más adentro que ningún psicólogo. Y somos a la vez un misterio sin fondo porque nos define su interés interminable y su amor infinito. Por eso tiene tanta gracia la respuesta de los personajes de Cosa de risa, la novela de William Saroyan, a una pregunta sobre su hija: “Dios sabrá quién es, pero se llama Fanny”. Así las cosas, buscarse en Wikipedia queda, lo reconozco, bastante idiota.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Congreso en vivo y en directo

Dentro del programa de formación al profesorado, asistiré estos tres días a este curso de la Fundación Caballero Bonald. Cuelgo aquí el programa, que iremos iluminando a medias yo y, en los casos de conferencias más interesantes, el barbero del rey de Suecia. A ver si sale bien.. –¿El curso? Sí, claro, pero estaba pensando en la entrada, en el experimento. [ACTUALIZACIÓN.- Lo primero que no me gusta es el lío que me he hecho con los colores. Perdón. Si queréis excusarme, siempre podéis pensar que, siendo unos apuntes un tanto escolares y a vuela pluma, abusan de la gama cromática, como cuando éramos estudiantes. Gracias.]


Miércoles, 26 de octubre de 2011

09:30 Entrega de credenciales y documentación.

El anarquista que uno, como ibérico de pata negra, lleva dentro disfruta especialmente con la idea de fumarse, para empezar, las credenciales y la documentación y, sobre todo, la inauguración oficial. Que inauguren ellos.

10:30 Inauguración oficial.

11:00 Conferencia inaugural. Carlos García Gual, catedrático de filología griega de la Universidad Complutense de Madrid, escritor y traductor. Las vueltas de Ulises.
“Llevo cincuenta años hablando de Ulises”.

Un héroe singular: que regresa. [Tengo que revisar mi preferencia por la Ilíada]

El de las múltiples tretas significa textualmente “el de las muchas vueltas”. [Lo que hace que me resulte mucho más simpático. Ángel Ruiz me explica en comentarios que me confundí, que son palabras diferentes. Para resarcir mi error, añadiré que, efectivamente, Aquiles es el único personaje al que se dan distintos adjetivos, "el de los múltiples epítetos", pensé.]

Primera palabra de la Iliada es “la gloria” [oí, pero tuvo que haber dicho, efectivamente, "la cólera", en qué estaría yo pensando] y primera de la Odisea es “el hombre”.

“Ulises es de una familia mucho más humilde” (en comparación con Aquiles: ni hijo de diosa ni su reino vale para tener caballos sino cabras ni su padre rebosa dignidad y riqueza, pero ama, atención, esa patria pobre, esa familia de "medio pelo".)

La poética de la prosa. Todorov. [Como se ve, me lo apunto]

Castilla del Pino: “Releer es la seguridad de no perder el tiempo”. [Oh]

“La prueba de fuego de los clásicos es que puedan releerse”. [Sí]

Lo que era esencial para Ulises es la memoria, buscaba volver, sí, pero para contar sus historias.

"El curioso mundo antiguo donde las princesas van a lavar la ropa".
[Nausicaa]

Y ése que es más bajo, es Ulises, que no parece gran cosa, pero cuando empieza a hablar… [comentario de Helena, que me pone de muy buen humor.]

No he visto nada más bello que tú a excepción de la palmera de Telos [la excepción, apunto mentalmente para usarlo donde corresponda, engrandece el piropo, curiosamente]

Un tema de la Odisea es el amor a la patria pobre y desamparada. [No miro a nadie.]

Lo educado era agasajar al visitante sin preguntarle quién era.

“Ulises ha ido al mundo de los muertos, curiosamente, para preguntar cómo volver a casa. No ha ido como Gilgamesh para encontrar la inmortalidad”.

Borges se equivocó cuando dice en un soneto estupendo que Ulises lloró al besar su vieja Ítaca. Le llevaron dormido y, cuando se despierta, no reconoce la isla. [Mal de muchos..., me consuelo.]

“Los griegos las mentiras bien contadas siempre las ven con simpatía”

Ezra Pound: “Útis, Útis, Ulises, ese es el nombre de mi familia”.

12:30 Conferencia. Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático de literatura española de la Universidad de Murcia, ensayista y crítico literario. Leyendo a los poetas del Siglo de Oro: la tradición áurea.
Presentador: “Díez de Revenga se ha preocupado muy especialmente por la literatura de los nacidos en Murcia”. [Yo: ¡oh, vaya!, a ver...] 
Cernuda: “Las puertas del infierno no han de prevalecer nunca contra la poesía de Garcilaso”
Va, minuciosa y profesoralmente FJDdR exponiendo influencias y homenajes de poetas del 27 a poetas del Siglo de Oro. Cuando entramos en san Juan de la Cruz, recita este poema precioso de Gerardo Diego:

              Rosa mística
Era ella.
              Y nadie lo sabía.
Pero cuando pasaba
los árboles se arrodillaban.
Anidaba en sus ojos
                el Ave María
y en su cabellera
           se trenzaban las letanías,
Era ella.
               Era ella.
Me desmayé en sus manos
como una hoja muerta
            sus manos ojivales
            que daban de comer a las estrellas.
Por el aire volaban
romanzas sin sonido.
            Y en su almohada de pasos
            me quedé dormido.
Y yo recordé entonces que la primera vez que visité a Rafael Alberti me lo recitó de memoria, y cuánto me impresionó todo: la memoria, el poema escogido, la voz... ]

18:00 Conferencia. Jaime Siles, catedrático de filología clásica de laUniversidad de Valencia, poeta y crítico literario.
Poesía y poder en el principado de Augusto.
Jaime Siles quedó atascado en algún aeropuerto del mundo y hubo que sustituir su conferencia. Fue cazado al vuelo José Mateos, y yo con él, en el papel de presentador. 
Presentador: Yo soy más que nada un fiel alumno de este congreso año tras año, y muy contento de serlo, pues casi nada me espanta tanto en esta vida como coger el micrófono y decir esta boca es mía.  Soy un firme partidario del silencio atento al fondo del auditorio. Sepan, por tanto, que les envidio a todos ustedes muchísimo. Alguien podrá pensar que ha sido el azar el que me ha traído hasta esta mesa y suspirar, empático, vaya, qué mala suerte ha tenido el pobre hombre. Yo, que tiro al providencialismo, sé que ha sido un castiguito.
Un castiguito porque cuando esta mañana nos anunciaron que Jaime Siles no podría dar su conferencia por imperativos aeronáuticos lo lamenté mucho, pero cuando añadieron que sería sustituido por José Mateos no pude reprimir un indecoroso salto de alegría. La sin ninguna duda espléndida conferencia de Siles la podremos leer en las actas del Congreso, magníficamente publicada, pensé, pero esta disertación sobre Hamlet de Mateos es un regalo que no estaba previsto y que de pronto sí que sí. Eso me dije… y por eso cuando vinieron justo después a proponerme esta presentación vi la mano justiciera de la providencia en ese encargo, que caía sobre mí, y no pude escapar.
De la presentación fue muy bonito, lo reconozco, esta cita de La razón y otras dudas:
METAMORFOSIS.- Ovidio nos lo sugirió: en este mundo, aquello que deseamos, cuando al fin le damos alcance, siempre se convierte en otra cosa.
La conferencia versó sobre Hamlet y Shakespeare. El punto de partida de Mateos me parece el más honesto: prestigios aparte, hay algo extraño, misterioso, en Shakespeare. Podría ser que borra huellas de su catolicismo y a la vez se pregunta adónde van a ir a parar las fuerzas del poder que la reforma ha desatado, como intuyo yo. O la interpretación hondísima e inquietante de Mateos. Shakespeare es un gnóstico que ve el mundo como la representación de la maldad —el sexo especialmente, como es lógico (para un gnóstico)—, y que echa una luz catártica sobre su funcionamiento, al modo del teatro clásico. Ese papel del teatro ha sido sustituido en la actualidad, apuntó Mateos, por el fútbol y otros espectáculos de masas. Su interpretación es que Hamlet es un ensayo sobre la venganza como motor interno del mundo, el mecanismo irremediable y eterno, cíclico, por el que el mal se propaga [entonces tuve un emocionado recuerdo a nuestro Bécquer del alma y a su tachón perfecto]. Como frente al mal no caben ni el silencio ni el olvido, mientras que el Estado intenta hacerse cargo de la venganza personal mediante la justicia, quizá el gran contrapeso personal —iba yo soñando— sea el lamento. El elogio a la elegía hay que hacerlo partiendo de que es el gran contrapeso de la venganza.   

19:00 Conferencia. Aurora Egido, catedrática de literatura española de la Universidad de Zaragoza, escritora y editora.
La poética de lo admirable en ‘El libro de la Vida’ de Santa Teresa.
La literatura amorosa descansa sobre la admiración. La admiración da su otra mano a adoración. 
San Juan de la Cruz no tuvo sucesores, como tampoco los tuvo Cervantes en lo suyo. 
La defensa que san Agustín hace de la humildad estilística de los Evangelios será fundamental para la sencillez expresiva de Santa Teresa. [El peso de las Confesiones en la obra literaria de Santa Teresa se convirtió en el hilo conductor de la conferencia.]
Le llamaba mucho a la catedrática la atención la paradoja de que la santa haga tantas protestas de humildad y aspavientos de gran pecadora a la vez que deja claros en su libro su vocación a la santidad y los signos con que la Providencia la iba predisponiendo a una misión especial. [Yo no termino de ver más paradoja que la de saberse un instrumento inútil en manos de Dios, que es un tópico, en el mejor sentido de la palabra.]

20:00 Mesa redonda: Los clásicos en el aula. Intervienen: Francisco Antonio García Romero, doctor en filología clásica, profesor del IES Santa Isabel de Hungría, de Jerez.Pablo Gutiérrez, profesor de literatura del IES Juan Sebastián Elcano, de Sanlúcar de Barrameda, novelista y escritor. José López Romero, doctor en filología hispánica, director del IES Padre Luis Coloma, de Jerez.Carmen Ventura, profesora de literatura del IES La Granja, de Jerez.
Muy a mi pesar, me la perdí. Cambié la mesa redonda por una vuelta por Jerez con varios de los invitados en calidad de semi-indígena, aunque hubo quien recordó que habiendo nacido en Murcia, qué iba yo a saber. El viento de poniente cortaba como una navajita afilada. Cuando García Gual me contó que era de Mallorca me puse a hablar de los Villalonga, pero pensaba obsesivamente en La sirena y el profesor.

Jueves, 27 de octubre de 2011

10:30 Conferencia. Rosa Navarro Durán, catedrática de literatura española de la Universidad de Barcelona, escritora y editora.
Por qué el ‘Lazarillo’ fue un libro prohibido.
La narración de su peripecia con Iberia fue magistral, desternillante. ¿La conferencia podrá mantener ese interés?, me empecé a preocupar. 

Es difícil que una frase pase a la historia de la literatura, pero una vez que pasa ya no hay quien la borre.

“Yo no soy partidaria de ninguna censura, salvo las del buen gusto y las de la ética”. [Pero todos los censores, ay, opinan igual de sí mismos y de su ética.] 

Defiende en repetidas ocasiones la inteligencia y el paladar de lector del censor, Juan López de Velasco. No es extraño, porque sus supresiones le han ayudado a ir detectando los dobles sentidos y las segundas intenciones. 

“Lázaro no está contando su vida, sino su vida con sus amos, que se encadenan. Lázaro no es el centro de la obra, es la mirada. La sátira va contra esos amos que tenemos que observar”. Si me atreviese, podría intentar escribir una novela sobre un matrimonio de profesionales con hijos pequeños que no cuentan su vida, sino la de las chicas que trabajan en su casa, que se suceden frenéticamente, se encadenan, vienen y van... [Corina nos acaba de dejar, ya, después de sólo dos entradas.] 

Cada cosa que hay en el Lazarillo significa algo. (Maravillosos ejemplos, alguno terrible.) 

Es el mejor premio a mi odisea. [No me quedó claro si su odisea era su vuelo con Iberia, o sus batallas filológicoquijotescas que lamenticelebró con fruición, o ambas. El premio eran los aplausos, que agradeció uniendo las manos, sonriendo e inclinando la cabeza, como una gran actriz. Faltó que cayese un telón de raso granate y que subiese y ella volviese a salir y siguiese saludando y que sacase a su presentador a que recibiese también una ovación... Su intervención había tenido, efectivamente, mucho de apasionante puesta en escena; y esa lección formal me ha resultado tan importante (casi) como la material. La conferencia pertenece al género dramático. O debe. Bueno, quizá no siempre, pero cuando lo hace, el público (yo el primero) lo agradece muchísimo. Nuestra ovación fue más que teatral, operística. 
12:00 Conferencia. José María Micó, catedrático de literatura española de la Universidad Pompeu Fabra, poeta y traductor.
Góngora y la invención poética.
-Tesis: "Góngora no es prolijo". Ejemplo: 

 Gima el lebrel en el cordón de seda 
y al cuerno al fin la cítara suceda.

-en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. [Uno de los grandes endecasílabos de la poesía española. La gradación. Dice Micó que parece un fallo que el humo vaya antes que el polvo, pero que ha de leerse como humus. Yo, muy humildemente, creo que ni lo uno ni lo otro. La densidad negra del humo ­—basta haber estado junto a una hoguera alguna vez para saberlo— es mucho mayor que el finísimo polvo gris, traslúcido, que es casi una sombra materializada. Esa lectura literal le da un leve movimiento ascendente al verso desde la tierra hacia arriba, como un intento de levantarse de antemano fallido para volver a caer en el polvo, y luego ir alejándose ya en la sombra hasta la nada. El humus sería una redundancia de la tierra además, ¿no? Se lo dije después a Micó, pero no le pareció bien, no mucho, ni sombra, no, nada.]

-Una competencia de Góngora en el Polifemo con los modos de decir de Ovidio. [¿Qué tiene Ovidio que, de Dante a abajo, todo el mundo quiere competir con él? Se podría pensar que su propia condición modélica, pero es más tentador suponer que se trata también de las propias metamorfosis: con ellas desterró el orden, y dio paso —con el vacío de la autoridad de las categorías— a una incansable rivalidad mimética.] 
Se puede hacer cualquier cosa en poesía pero hay que ser consecuente con lo que uno quiere hacer. Esa lección de Góngora la tenemos que aprender los poetas. 
-"O tarde o mal o en vano". Góngora mezclaba cultismos y coloquialismos, incluso refranes, como en este verso. Esto ni siquiera sus partidarios se lo aplaudían. Y es que ni siquiera sus partidarios lo entendían bien. 
 - Los grandes poetas son los que se nos adelantan. [En sacar joyas verbales del lenguaje cotidiano de todos. Y pone como ejemplo el endecasílabo de Rubén: "Sentimental, sensible, sensitiva". Sensata apreciación.] 
 -Góngora, apoteosis de la materialidad. 
Apláudole, como todo el público, pero doy a Micó otro aplauso silencioso, quizá el mejor que se pueda dar a este tipo de conferencia: me hago el firme propósito de releer a Góngora. 

13:00 Presentación del nº 16 de la revista Campo de Agramante, dedicado al poeta Claudio Rodríguez.
Intervienen: José Manuel Caballero Bonald, Clara Miranda (viuda del poeta), Tomás Sánchez Santiago, Jesús Fernández Palacios y Josefa Parra Ramos.
Muy a mi pesar, me la perdí.

18:00 Conferencia. Aurora Luque, profesora de griego clásico, poeta y traductora.
Leer a Homero en 2011: las odiseas de la traducción. [Muy a mi pesar, me perdí. Sólo al final, cuando Aurora Luque recitó algunos fragmentos de una traducción suya de Homero, bellísimos y muy bien leídos, me reenganché. De golpe y porrazo, estaba en medio de una crisis: había sentido el peso de los clásicos (gigantes sobre hombros de enanos —véase la foto, bien gráfica—); el peso amargo de mi insignificancia o (haciendo una concesión al optimismo) de mi total invisibilidad; el de mi falta de lecturas; un eco o un reflejo de la novela que voy leyendo en los intersticios del congreso (Yo confieso, de Jaume Cabré), donde se retrata sin piedad, entre otras muchas cosas, a un escritor sin talento, que ha de escribir "contra todos"; la marejada de los problemas domésticos [ay, Corina] y administrativos [Corina está empadronada, ¿quién la desempadronará, el buen desempadronador que la desempadrone, buen desempadronador será], que me habían tenido las primeras horas de la mañana de acá para allá, y hasta los problemas forestales, pues la tormenta de anoche tiró una rama enorme de la macrocarpa del jardín. Un amigo se me queja, recriminatorio y tal vez molesto y ante otros, de que yo no le avisara del embarazo ni del nacimiento ni del sexo de Enrique, que se entera de todo ahora, y no sé qué decir, porque cuando uno lo ha contado en varios artículos y en el blogg, le parece que ya no tiene que ir dando la noticia uno a uno, y menos a los amigos...  19:00 Conferencia. José María García López, licenciado en filología hispánica, novelista y escritor. Del progresismo de la novela realista del XIX a la reacción de la vanguardia. Durante la siguiente conferencia seguí a mi pesar perdido en mis pesares. Me hice el propósito de leer a Flaubert, pero esta vez no como un aplauso (aunque García López se lo mereciese, seguro) sino como un calmante de mi mala conciencia: sacaré lo mejor que podía haber sacado de la conferencia, a pesar de todo...

20:00 Mesa redonda. Los clásicos en la poesía actual. Intervienen: Juan Antonio González Iglesias, profesor de filología latina de la Universidad de Salamanca, poeta y traductor. Julio Martínez Mesanza, licenciado en filología italiana, poeta, director del Instituto Cervantes de Tel Aviv. José Mateos, poeta, ensayista y editor.

 Textual sólo es lo que viene entre comillas. El orden es aproximado y de memoria:
JAGI: El pueblo es el alter ego del poeta. Preocupante que se escriba una poesía que ya no cuenta con él, que no es inteligible.  
JMM: La música compleja de la poesía, que se pierde porque no se leen a los clásicos españoles. Apasionada defensa del cancionero.  
Umberto Eco: La enseñanza de la literatura tiene que ser autoritaria.  
JMM: Apasionada defensa de la Biblia.  
JAGI: En poesía hay ciclos horacianos, virgilianos y ovidianos. La poesía española ha pasado uno catuliano.  
JM: Hay que ponerse a dieta de traducciones. Leer a los escritores en español. Dificultad de las traducciones (Protestas de JAGI y de Aurora Luque; defensa —educadísima, salvando las traducciones que Aurora acababa de leer— de JMM.) 
Fernando Aramburu: La poesía traducida es oír una música detrás de la pared. [Ángel Mendoza me sopla al oído esta definición admirable, por lo que tiene de crítica, pero también de salvación y justificación.]
JAGI: La lectura como auténtica terapia para los males del alma. A los que preguntan la utilidad de la lectura se les podría argumentar el increíble ahorro en gasto sanitario de pastillas, psicólogos, psiquiatras, etc.  
JM y Aurora Luque: Arremeten contra las adaptaciones de clásicos. La presentadora ha hecho una de La Celestina, pobre (ambas, La Celestina y la presentadora).  
JM: Alerta contra la nueva censura de los clásicos. Uno de sus valores es, precisamente, una visión dura, que choca contra nuestro mundo. 
JAGI: Se extraña de que, muerto Franco, andemos de nuevo a vueltas con la censura, que ahora mismo no tiene ni la excusa de un dictador. ¿Por qué?  Además, aquí, griegos, romanos, católicos, nunca fuimos pacatos. Se debe al regreso del May Flower, a la influencia de la república americana. 
JM: Los clásicos y su visión descarnada de la vida, sin concesiones, como vacuna contra los descarnamientos de la realidad. Por eso hay que leer jóvenes. 
JAGI: ... aunque nos dejen una pequeña cicatriz, como la marca en el brazo de la antigua vacuna contra la viruela... 
JMM: Desdén a los haikus.  
JM: Defensa (leve, como corresponde) de los haikus. 
JMM: Poca esperanza en el futuro de las masas lectoras, pero al menos los poetas, "que han sido siempre los guías de la lectura de los clásicos", al menos ellos, no deberían abandonar el barco.  
JAGI [casi cerrando el acto, la jornada de hoy, y dándome —aunque no lo puede saber— una necesaria inyección de moral, que quizá me evite tener que ir al psicoterapeuta]: "Básicamente es en el instituto donde se decide todo". 

Viernes, 28 de octubre de 2011

10:30 Conferencia. Luis Alberto de Cuenca, doctor en filología clásica,poeta, ensayista, miembro de la Real Academia de la Historia.Traduciendo a los clásicos. Por motivos urgentes que no tenían que ver con Iberia, Luis Alberto de Cuenca se ha caído del programa. Mandó su conferencia "perfectamente escrita", según la organización. Mauricio Gil Cano, que lo iba a presentar, leerá esas páginas. Me dijo, y me hizo gracia: "Iba a presentarlo y ahora voy a representarlo". Yo quería haber ido a oírlo, pero he aprovechado la ocasión para hacer más gestiones extraliterarias. 


11:45 Conferencia. José María Pozuelo Yvancos, catedrático de literatura de la Universidad de Murcia, escritor y crítico literario. Garcilaso: “Canción, no has de quejarte”.
Promete una lectura por fin a fondo y muy novedosa de la canción, que no es amorosa sino política. Aguzo mis orejas. La recita regular —hasta ponerme nervioso—, pero la disecciona bien, deteniéndose en los paralelismos de su estructura y en la obsesión por la muerte. Yo, sin embargo, no termino de ver la novedad temática: sigue siendo una queja de Garcilaso de su destierro y un orgulloso declarar que peores y más hondas son para él las penas de amor, tal y como yo la entendí siempre. Remata la faena leyendo un poema de Caballero Bonald dedicado al Garcilaso de esta canción. Lo lee muy bien esta vez y el poema estremece, tanto como la explicación de un Caballero Bonald de excelente memoria. Cuenta la profunda impresión que recibió cuando, en una visita a Rumanía, le señalaron el lugar de aquella isla donde penó desterrado Garcilaso, isla que se ha disuelto también en las aguas del tiempo del Danubio, que es el morir. Sobre la supuesta novedad de la lectura de JMPY puede que yo hiciese una lectura muy inteligente antes o que sea muy torpe ahora o ninguno de los dos extremos, simplemente. Una pregunta del público, de una profesora de la universidad de Cádiz, encomia la magistral, brillante, deslumbrante conferencia. Crecen mis dudas. A la salida, las comento con un grupo de ilustres invitados y todos miran hacia otro lado, incluso uno se va disimulando que lo hace disimulando, pero para que se note. Y yo, con las orejas gachas, no sé. 
13:00 Entrega del Premio Internacional de Ensayo “Caballero Bonald” 2010.
El libro premiado es La imaginación sonora de Eugenio Trías. Lo presenta Pozuelo Yvancos, que está ganándose la jornada, como se dice. Y lo hace muy bien, sin peros por mi parte, aunque a lo mejor es que ya me han sugestionado, pero creo que no, que bien. Para Eugenio Trías, el símbolo es el punto de contacto entre la verdad y la belleza y la bondad. Doy mi mejor aplauso silencioso: "Eso tengo que leerlo más despacio", me conjuro. 
Sale luego al atril el premiado, andando débilmente, con manos temblorosas, y de su cuerpo grande sale un hilillo de voz tembloroso y débil, como un resumen. Nos habla de la trascendencia del descubrimiento, en unos tiempos oscuros, en unos escondidos monasterios, de la escritura musical; y nos emociona. Se rinde ante la inmensa tradición judeocristiana de la música. No sabe si podrá cumplir su deseo de escribir una trilogía sobre la música, de la que este libro es la segunda entrega. Las enfermedades le asedian, la edad, la maldición de la sordera. El ambiente se llena de ecos épicos. Que crecen: cada día siente más interés por la muerte: "somos el tiempo que nos queda", suspira, citando al anfitrión Caballero Bonald. Le interesan, recalca, todas las experiencias y las realidades fronterizas —más música épica— desde que escribió Los límites del mundo. Con mucha elegancia, elegantísimo, se alegra de estar en Jerez y espera visitarlo con calma, sobre todo el Museo del Tiempo, que es sólo un museo de relojes, pero que, por cómo lo decía él, se nos llena un momento de la magia y la música que evoca su nombre. Calurosos aplausos. 
18:00 Conferencia. Guillermo Carnero, catedrático de literatura española de la Universidad de Alicante, poeta y escritor. Paisajes del alma en el siglo XVIII.
El propio conferenciante anuncia un gran combate: Carnero vs. Chateaubriand. Al francés se le ocurrió decir que el siglo XVIII tuvo naturalidad, pero careció de naturaleza. Naturalmente, Carnero no está de acuerdo y... gong: primer asalto. El vizconde, teniendo en cuenta que no estaba allí para defenderse, no salió muy mal parado. Porque el punto fuerte del ataque de Carnero fue... el prerromanticismo de finales del XVIII, con el que Chateaubriand estaría más que de acuerdo (en cuanto precursor en parte además). Eso sí, Carnero tuvo mucha naturalidad y es un conferenciante ameno. 

También hizo una apasionada defensa del Deísmo, oh, oh, gran esperanza de la humanidad. Única racionalidad que se puede oponer al ateísmo. Religión global. Etc. 
La fisiocracia sostiene que la única actividad generadora de riqueza real es la del sector primario. La gran teoría económica del siglo XVIII.

“Sed en el alma labrador”, le dice Menéndez Valdés a Godoy. Mensaje político, social y económico, pero lanzado con los ojos bañados en lágrimas. 
20:00 Conferencia de Clausura. Francisco Rico, catedrático de literatura de la Universidad Autónoma de Barcelona, miembro de la RAE. Amor y filología: la cultura del texto.

Se confiesa amarrado al duro banco, pero dulce, de su nueva edición del Lazarillo[…] Voy a pasar a lo ínfimo, no voy a hablar de literatura, voy a hablar de textos. […] “La prensa canallesca, en los suplementos literarios, no suele atender a la calidad de los textos” […] “No hay reproducciones fieles”. […] Cervantes no puntuaba los textos ni los divide en párrafos. Todo eso lo han ido poniendo los editores. Todavía Galdós manda los originales a la imprenta sin puntuación [Lo que me consuela mucho, por razones obvias, de las que no han de faltar muestras en esta misma entrada]. […] Necesitaría media docena de páginas para anotar la primera frase del Quijote [y da abrumadores ejemplos]. "Índice" en buen castellano es "Tabla". No hay dos ejemplares de un libro impreso que sean iguales. Tantas viudas impresoras, porque los impresores llevaban una vida malísima y morían como chinches. […] Del Quijote empezaron a tirarse 1000 ejemplares, pero tenían que hacer 1500. "Pidió las llaves a la sobrina del aposento". Hoy no se puede escribir lo que no se puede puntuar. […] Continuas alabanzas al ordenador como herramienta del filólogo. […] "El buen editor es aquel para el cual cada palabra, cada frase, cada signo de puntuación es un problema". […] La ortografía era tan libre como la caligrafía. […] Donde se leía "hacer el amor con ímpetu" es "nacer el amor con ímpetu" […] Confusión 'fiesta' por 'siesta' [con la que me siento muy identificado porque las fiestas me dan sueño y acostarme después de comer me apasiona, y que me recordó a la paronomasia 'huelga' con 'juerga' que tanto divierte a mis alumnos o 'aula' con 'jaula', que les divierte menos, pero también la usan]. El jefe de la imprenta del primer Quijote no sabe escribir. Negocio en manos de extranjeros, en buena parte protestantes. […] Nueva ovación silenciosa: tengo que leer su edición del Quijote, la chica, la pequeña, ésa, insiste, y no la grande del Instituto Cervantes, que no es la mía, y la negó tres veces, que pobre editor —pensé—, vaya propaganda que va haciéndole el insigne autor, pero se le entendía perfectamente la pasión: si en la nueva, en la chica, en la pequeña, en ésa, en la suya, ha corregido dos comas y otra cosa, pues ya es la buena y la otra el horror, naturalmente. Elogio de los obsesos correctores, encomio del trabajo de edición, loa a la labor bien hecha, primores de lo menor,  canto a la moral del trabajo,  a la honestidad, orgullo del deber cumplido, heroísmo de lo minucioso y, al fin y al cabo, una demostración —la conferencia— de que hay vanidades que no merecen la hoguera porque su pedestal las justifica. Quedo impresionado; y, hablando de impresores, cómo eché de menos a mi hermano Abel (Feu), que sí que se merecía estar entre el público y le hubiese sacado todo el jugo (que sería de tinta china).  
Recepción de clausura ofrecida por González Byass, S.A. 

lunes, 24 de octubre de 2011

Baker & Blake & Bécquer [& BB]


Algunos críticos han puesto reparos por su candidez a El antólogo, la novela de Nicholson Baker sobre un poeta en plena crisis existencial. Vale. Pero, independientemente de que me pueda sentir bastante retratado, no por la crisis, eh, sino porque tampoco a mí me sale el prólogo de la antología que me traigo entre manos, las opiniones sobre poesía que deja caer el autor constantemente como si tal cosa tienen mucha enjundia. Una de ellas relaciona una cierta decadencia de la poesía actual con la dependencia a los antidepresivos y a las consultas de los psicólogos. Se huye de las crisis emocionales y, por eso, disolvemos la poesía o, indirectamente, su caldo de cultivo. Las lágrimas, incluso las de risa, riegan a la lírica floreciente, recuerda Baker. Y uno recuerda a Horacio, que dijo que sólo se hace llorar al lector si uno lloró antes; y a Blake, que nos advirtió que una lágrima es algo intelectual; y a Bécquer, de lágrima tan fácil, como su poesía, tan fácil y superior. 


[Y no se pierdan el comentario de BB]

domingo, 23 de octubre de 2011

Salud, dinero y amor


De la popular triada feliz, la salud, efectivamente, se valora cuando se pierde. Basta que se tambalee un poco: un catarro, y ya se da cuenta uno de cuanto tenía. El amor –pienso entre mis toses y escalofríos– se valora al revés: cuando se tiene. Hasta en eso es misericordioso el amor. Quien no lo siente, no sabe lo que se pierde. Y para redondear la triada, el dinero, con ser el menos prestigioso de los tres, es el que más se deja querer: cuando se tiene, se siente su peso (poderoso caballero, etc.) y cuando no se tiene, se padece su necesidad. Sólo cede ante la mala salud y ante el amor vibrante: “Contigo pan y cebolla”. ¿Y ante la santidad? Eso estoy diciendo: ante el amor vibrante. 

sábado, 22 de octubre de 2011

El corazón de Dios, de Carlos Pujol

Pocas cosas me gustan más de la poesía que la arquitectura. Por ejemplo, qué construcción  extraordinaria (¿o debería decir 'envidiable'?) la de este poema ideal. Pero también pueden conseguirse maravillas con una sencillez extrema. Es el caso de El corazón de Dios, el último libro de Carlos Pujol, publicado por Cálamo. Cada poema un fragmento de oración dirigido a Dios. Y nosotros haciendo de oyentes detrás de la puerta. Fragmentos de fragmentos: 
No te voy a contar  
nada nuevo: vivimos 
[…]
*
Yo, tiznado de mí, por más que digan
*
[de una iglesia] 
unos toques ramplones no están mal
*
Si nos miras, sabemos lo que somos
*
Si te acercas y el ruido lo permite, 
te cuento mi versión.
*
Ya me conoces, ¿no? 
[…] 
y, lo peor de todo, la apariencia 
de no haber roto nunca ningún plato. 
Como suele decirse, ¡yo no he sido!
*
Los demonios se visten de etiqueta, 
dominan como nadie el Basic English, 
entran y salen de la gente, van 
contentos a su modo por la marcha 
general de las cosas. 
Son en sus ratos libres hombres públicos, 
miembros de una oenegé, 
adoctrinan acerca de lo humano 
según ellos. Son príncipes. 
¿Tú qué opinas de todo este trajín? 
¿Hay que tomarse en serio 
lo de darnos un susto irremediable? 
Ya sé que estás en contra, 
pero desasosiegan esos tipos 
con su complicidad, 
parecen bondadosos. 
Siempre echan una mano no se sabe 
para qué conveniencias. 
Y les dejas hacercon un respeto que nos maravilla. 
Creen a pesar de todo que son algo.
*
Si es que puede saberse, ¿dónde estás?
*
sólo entonces, brevísimo, intervienes.
*
(la discreción es marca de la casa) 
[…] 
y entonces tu sonrisa acaba siendo 
la dulce explicación de lo que somos.
*
Una cotorra anuncia el carpe diem
*
¡Si pudiéramos ser como soñamos! 
Afortunadamente, no nos dejas.
*
La esperanza, qué escándalo, es alegre
*
Claro que un día resucitaremos, 
pero ahora, esta noche, ¿no es posible?

viernes, 21 de octubre de 2011

Celebraciones

Cuando estaba pensando qué repugnantes eran las celebraciones alrededor del cadáver de Gadafi, empezaron aquí las celebraciones porque una banda terrorista haya tenido la deferencia de volver a decir que dejará de matarnos, y seguí como estaba, pensando.

miércoles, 19 de octubre de 2011

"Leo con los ojos"


Esa es la frase que me hace tanta gracia, pero no se la diré por nada del mundo a la compañera que me espeta por el pasillo: “Qué sonriente de buena mañana y todavía es martes, ¡¿qué te pasa?!” Si se la confieso (“Nada, que leo con los ojos”), confirma que soy bobo, y lo seré, pero disimularé mientras pueda. Aquí, a estas alturas, con vosotros, no hace falta. Iba pensando que con los libros me ocurre como con la comida, que me puede el ansia previa y luego o me atasco o me empacho o dejo muchas sobras. Entonces recordé que Leonor siempre me riñe: “¡Comes con los ojos!”, y que podría recriminarme igualmente: “¡Lees con los ojos!” Y entonces me entró la risa mañanera, porque es verdad, se mire como se mire.

domingo, 16 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011

lunes, 10 de octubre de 2011

La mosca y el mundo


Cuenta constantemente José Jiménez Lozano que para los señores de Port-Royal el mundo era ruido de moscas. Me viene a las mientes contemplando a Carmen divertidísima, sin embargo, con el vuelo de una mosca. No me extraña: efectivamente es el de la mosca un vuelo ingrávido, lento, juguetón, circunvalador y rebotante. La facilidad de la infancia para maravillarse por todo muestra una sabiduría muy grande que perdemos, por desgracia, con la importancia que ganamos. Seguro que si Dios mira el mundo como una casi nonada y tal un vuelo de moscas, según sentenciaban los severos franceses y yo no digo que el mundo no se lo merezca, lo hace con los mismos ojos zalameros y sonrientes con que sigue mi niña ese zumbido zigzagueante, zaino y zumbón.

domingo, 9 de octubre de 2011

El fuego y la oreja


Cuando en un pueblo tratan mal a Jesús, su discípulo más amado, Juan, y nuestro santo patrón Santiago, le proponen a dúo que pida que caiga fuego sobre las cabezas de los indígenas y los abrase. Jesús les riñe por esa ardorosa falta de caridad. Al otro discípulo predilecto, a san Pedro, nada menos, le reñirá también cuando echando mano a la espada (que llevaba) le cortó una oreja a Malco —a propósito, si yo fuese ganadero de reses bravas, a un toro lo llamaba Malco ya mismo—. Como se sabe, Jesús estaba por el amor y por el perdón y va corrigiendo a sus duros discípulos, pero quizá también tendríamos que considerar un hecho: Él, que podía haber escogido a los que quisiera, no los prefirió pusilánimes, ni mucho menos. 

sábado, 8 de octubre de 2011

viernes, 7 de octubre de 2011

Tsutomu Takahashi

Mi corazón late a tremendos bandazos. Ayer tuve mi golpe de envidia (quién fuese AMM y tuviese todo el tiempo del mundo para dedicarse a releer maravillosos novelones decimonónicos --y ya ni le envidio el arte de glosarlos así de bien y humildemente--) y mi antídoto. Tomas Tranströmer cuenta que escogió una profesión que, además de darle algo que llevarse a la boca, le diese experiencias que llevarse a la poesía. Psicólogo en una cárcel debe de dar bastante juego, pero profesor de instituto tampoco está mal, me dije. Y más ayer que me metí entre pecho y espalda los dos tomos de manga Sky High de Tsutomu Takahashi que me había recomendado y prestado un alumno. Un manga extraordinario, con claras resonancias dantescas que son casi consonancias (la obsesiva estructura trimembre, el juicio y los pecados, la posibilidad de ascender al paraíso y el diálogo de las almas con su historia) y un muy sorprendente final antiabortista. De no tener alumnos de 20 años de qué iba yo a haber leído esta historia, y cuánto me alegro.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El reproche


A Carmen le gustan los caballos. A todas horas nos hace: “tchas, tchas, tchas”, chascando la lengua y señalando al ordenador. Quiere ver caballos en youtube. No le gustan nada los de dibujos animados. Dice: “¡No, no!”. Los quiere de verdad. Yo busco películas donde suponga que pueden aparecer caballos y ésas le gustan. Así, buscando, dimos con El último mohicano, con un vídeo de su final. No sale ni un caballo pero sí persecuciones, tiros, puñetazos, saltos, puñaladas y hasta un suicidio saltando al vacío. Carmen lo veía tan enganchada como su padre y cuando caía uno saltaba: “Bum”. En esto, sorpresivamente, la madre y esposa nos cogió por la espalda. Justo cuando un indio bueno le está clavando un hacha a un indio malo en todo el pecho y lo atraviesa y se ve la puntita sanguinolenta saliendo por la espalda. Leonor nos miró espantada y con infinito reproche dijo, amenazadoramente: “Si yo tuviera un blog…” Para que no diga, ea, lo cuento yo. 

lunes, 3 de octubre de 2011

Dos de mi padre


Mi padre se enfada.- 
Los lectores de mi blog y los de mis artículos me riñen a veces. Y lo dejan dicho en los comentarios, con cierta brusquedad alguna vez. La prosa no está perfectamente escrita, o pedía un desarrollo más largo, o una reflexión más ponderada, anotan. Mi padre lee esas quejas, monta en cólera y me llama para preguntarme de qué va esa tío. Yo le digo que es normal y, bien mirado, bueno que me riñan si no les convenzo o o no les encanta lo que escribo, que el tiempo de cada lector es muy valioso y su atención es una atención conmigo y ni lo uno ni la otra se le pueden devolver. Si el texto no tiene un gran interés, el lector se siente estafados. Si exigen, es porque dan (muchas gracias) y, aún más halagador, porque esperan. 

Padre no hay más que uno.-
Que sea mi padre el que se indigne cuando critican mi sintaxis quizá no le haya llamado a ustedes la atención, pero a mí me conmueve. Mi madre era mi mentora literaria, y mi padre veía las escrituras de su primogénito con cierta distancia, sin ningún desdén, desde luego, pero sin gran forofismo, por supuesto. Le preocupaba más mi nómina que ni numen. Sin embargo, tras la muerte de mi madre, ha recogido el testigo y con esa profesionalidad y dedicación que invirtió durante toda su vida en la alta dirección de empresas. Tanto vigor contra mis críticos, tanto interés en comprender racionalmente el mundillo literario, tanto plan para racionalizar mi agenda y para optimizar mis recursos a mí más que nada me enternecen. 

domingo, 2 de octubre de 2011

Definición

De entre las infinitas definiciones de amor, siempre me pareció insuperable la de Escrivá de Balaguer: "Excederse gustosamente en el deber y en el sacrificio". Pero la gracia está en que el exceso, el deber, el sacrificio y, sobre todo, el gusto vayan a una. En cambio, tengo la sospecha de que yo voy paso a paso: el exceso durante el noviazgo, el gusto estos once años, del deber ahora mismo y el sacrificio asomándose por la esquina del futuro... Y así no era. 

sábado, 1 de octubre de 2011

Me lo pido

Un título excelente para un libro póstumo: Y qué más da. Aunque de una forma más deprimente también serviría para la nueva entrega de un autor muy prolífico. 

Dictaduras y dictaduras


Trabajó en casa una chilena que era muy fan de Pinochet, al que llamaba “Pinocho”, pero no enfadada por alguna mentira sino todo lo contrario: agradecida porque prometió que todos los pobres tendrían su televisor y cumplió y ella tuvo el suyo a los pocos meses. Lo conté en la sala de profesores de mi instituto, pero no le vieron la gracia ni a lo de Pinocho. "¡Pinochet!", se rasgaban las vestiduras. Ahora trabaja en casa una rumana: esforzada, cariñosa con los niños, honrada, seria. tan limpia que se pasa ya al traslúcido… Y comunista. Añora el régimen anterior, cuando las chicas eran respetuosas, no había droga, todos tenían trabajo, etc. No para de cantarme (a mí, ay) las múltiples excelencias del marxismo. Cuando lo cuente en mi sala de profesores, ¿se escandalizarán tanto como de la chilena? A que no.