jueves, 15 de noviembre de 2012

La vez


Por la huelga, no hubo autobús escolar y me di el gustazo de llevar a Carmen al colegio. Para no llegar tarde a mi trabajo, fui muy temprano. Tienen un servicio de pre-guardería para estos casos. En la puerta, ya había otro padre con su niño, también esperando. Entablamos amigable conversación. Carmen lo observaba. A los cinco minutos dice: "Este papá está muy gordo". Yo, noqueado, cometí el error de decir: "¿Qué?" para ganar tiempo. "¡Que está muy gordo!", fue la consecuencia de mi pregunta idiota. Menos mal que yo también, y pude explicarle: "Como yo, Carmen. Los padres respetables estamos gorditos, no como los insustanciales adolescentes que pierden su tiempo y sus calorías en los gimnasios de espejos narcisistas... A partir de cierta edad, los abdominales predisponen al adulterio". El padre asentía, un tanto desbordado. Pero ella lo miraba con descaro y me miraba con ironía subrayando algunas diferencias de peso con un explícito lenguaje no verbal. 

Creo que ha sido la única vez en que me he alegrado de estar gordo, por pura solidaridad, y a la vez, oh paradoja, la vez en que mi determinación de adelgazar de una vez ha sido más seria y perentoria. 

8 comentarios:

Gonzalo GY dijo...

Jajaja.

Muy aguda tu alegría solidaria, pero no cometas el error y no atiendas esa determinación, o a la próxima no encontrarás este refugio.

Y eso de los abdominales, aparte del adulterio, es una ordinariez y una presunción. Yo tengo UN abdominal, ¿para qué tantos?

Javier dijo...

Me ha gustado mucho la entrada, a pesar de mi delgadez; pero me pregunto si los abdominales predisponen al adulterio o si son las ganas de adulterio las que predisponen a los abdominales (al menos, las ganas de considerarse adúltero poco adulto en potencia)

Me imagino que poner trabas a la flaccidez y las curvas, entorpecer la maduración, puede dar lugar a mentes inmaduras...

Pero no lo puedo asegurar, quizá sea la envidia por no tener tableta (en los abdominales, digo) la que me hace decir estas cosas.

Saludos

Anónimo dijo...

El "explícito lenguaje no verbal" es un hallazgo, una realidad que suele pasar inadvertida.
Jilguero

E. G-Máiquez dijo...

Está muy bien visto eso Javier. Lo del adulterio y los abdominales sigue siendo verdad aunque se diga al revés. No sé sabe qué fue antes, el huevo o la gallina, vamos.

pedrete dijo...

Según detallados estudios al respecto de la Universidad que Quechorrading (Canadá), las gallinas afirman masivamente que fue antes el huevo. En cambio, los huevos no tienen ninguna duda de que fue antes la gallina. En todo caso, tener gran cantidad de buen papá no debiera ser un problema para un hijo (o hija): lo bueno, se supone, nunca sobra.

Dolores dijo...

Me he reído mucho (casi he "visto" ese lenguaje no verbal cuando lo leía). Mi hermana en la guardería le dijo a una madre que estaba gorda, pero claro, ella se salvó explicándole que no: que Tony iba a tener un hermanito. Mi hermana también lanzó su lenguaje no verbal para indicar su asombro/incerdulidad/lo que fuera. Me pregunto si este episodio influyó en que pidiera (para horror en lenguaje no verbal de mi madre) un hermanito a los Reyes. El horror de mi madre venía de lo "imposible" del deseo.

beatriz m dijo...

Cumbre,ha estado usted cumbre.A partir de cierta edad,curvas y flaccidez nos adornan,no todo iban a ser ventajas.
Así supongo que Dios compensa que seamos cada vez más sabios, más pacientes y más atractivos,más atractivos al menos para aquellos que merecen la pena.Aquí las señoras llevamos algo de ventaja,(o la llevábamos,ahora ya no sé), porque hacemos más la vista gorda,quiero creer,los caballeros son más de adulterio con jovencita mona.

En fin,que me desvío,yo sólo vine a decirle que como se le ocurra la tontería esa de la dieta, no vuelvo más por estos pagos.Dietas y tabletas ¡qué vulgaridad!

ARD dijo...

Como yo lo veo casi a diario, puedo dar fe en este foro, aunque me cargue la tertulia: ¡EGM no está gordo, señoras y señores! (A ver si los que no te conocen en persona pensaban que eras GKC.)