Hoy, miércoles, toca mi columna de opinión. Pero he encontrado esta cancioncilla antigua que resume y mejora lo mejor de mi artículo. Dejemos lo mío
en el periódico, bajando (el verbo es exacto) a la actualidad. Y quedémonos aquí, en el blogg, con la pepita áurea, imperecedera:
Heridas tenéis, amigo,
y duelen os.
Tuviéralas yo
y no vos.
Y a cuántas personas, me pregunto, podría cantarles esta canción, y no me estoy refieriendo -ustedes ya me entienden- a saberme la música, a entonarla bien o a hacerlo con una voz melodiosa...
Me gusta la canción antigua, en general todo lo antiguo y con sabor medieval o renacentista me gusta, los vestidos medievales, las damas medievales con joyas medievales (y tocados medievales) en un retablo medieval. Las iglesias medievales, los cristos serenos... También la música del siglo XV ( y XVI), las cítaras renacentistas y etcétera, el "remediad señora mía,/pues podéis", "escrito está en mi alma vuestro gesto", "tan buen ganadico", etc.
ResponderEliminarEn general hasta el adjetivo "antiguo" me gusta: brillo antiguo, noche antigua, amor antiguo, canción antigua, lirios antiguos...
Se me fue un poco la olla, digo. Parezco la chica ésa tan simpática y alocada del otro lado de la cama, creo que el papel lo hacía María Esteve y fue lo que más me gustó de la película.
Querida Llir entre cards (que es un nombre medieval, o casi, que te puso Ausias March, nada menos), tu comentario parece un poema con final sorpresivo. Después de tanto loor a lo antiguo, nos saltas con "El otro lado de la cama" y María Esteve... ¡Un triple salto mortal de quinientos años!
ResponderEliminarAbrazos, amiga ya antigua y actualísima.
P.S.- Que vaya bien la presentación de esta noche en la Feria del libro de Sevilla de esa antología que ha cometido la sensatez de recogeros. Si hubiese algún lector de mi blogg sevillano que no os conozca, que vaya: es a las 9, creo. Yo, desde mi pueblo, os tendré presentes.
ResponderEliminarGracias por la publicidad de la presentación de "Alzar el vuelo", pero hay cambio de última hora que puede fastidiar a muchos: la presentación será a las 6 de la tarde en la Plaza de Santa Marta, entrando por Mateos Gago. Un abrazo.
ResponderEliminarOtra antología? De poesía joven? Demasiadas en los últimos tiempos, no os parece?. Confío en que ésta de la que habláis incluya a gente que merezca la pena y se olvide de los menos posibles.
ResponderEliminarQuizás es deformación ambiental, pero yo leí la canción y la entendí como un gran gesto de amor: querer que el otro no sufra, ofreciendose él a cambio para sufrir esos dolores.
ResponderEliminarEso es, Juan Ignacio. Espero que mi comentario no haya complicado el sentido de la canción, tan buena, en todos los sentidos.
ResponderEliminarY bueno, Fernando do Vale, es verdad que hay muchas antologías y que siempre tienen un punto morboso, por ver a quién le dan con la puerta en las narices. Pero cumplen una función fundamental, sobre todo cuando son de poesía joven, que es la de ofrecer al lector, abrumado por lo mucho que se publica y por lo difícil que es encontrarlo en las ediciones minoritarias de poesía, un muestrario donde ir haciéndose su propia selección, que es la que cuenta.
Dicho lo cual, acudo al enlace que ofrece Mora-Fandos. Gracias.
Absolutamente conmovedor en su -sólo aparente- sencillez.
ResponderEliminarUn saludo.
PD: si no baja "la caló", por muy sevillano que sea y aunque aparezca uno mismo en el prólogo de la antología de Alzar el Vuelo, no salgo a la calle para ir a la presentación ni aunque me paguen.
Pienso que la palabra que podría resumir lo que dices en tu artículo es coherencia, aunque en realidad vas más allá. Pero la coherencia no ha de ser una «condena» para gobernantes, políticos o jerarcas de cualquier tipo, sino una exigencia personal para todos, aunque utópica.
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