El estandarte lo enarbola un joven: el mejor heredero --en la nueva generación-- de la sustancia larresca: José Ortega y Gasset heredaba --junto a la tumba de Larra-- el gaje del orgullo y de la melancolía, la mirada imperial y desencatada, la voluntad lírica de remozar este país tan viejo y el ansia íntima de vivir una vida noble, alta, exaltada, sutuaria, dandynesca. Heredaba Ortega la mejor angustia de Larra: la angustia de la cultura y salvación de España.¿Y no nos cumplen a nosotros los blogs esa ilusión máxima, superior a la de poseer un reino político?
Heredaba más: la ilusión típicamente figarina de poseer un periódico propio, un órgano de expresión --ilusión máxima de propiedad de un escritor--. Ilusión superior a la de poseer un reino político. Fígaro murió en 1837 a punto de conseguir un periódico --"Fígaro"-- que hubiera sido su "Boletín de teatros, música, modas, Bellas Artes, costumbres, amena literatura, política, Cortes, noticias, anuncios, etc.".
domingo, 4 de junio de 2006
La mejor angustia
Escribe Ernesto Giménez Caballero en "Junto a la tumba de Larra":
Entonces los blogeros somos periodistas sin periodico, oradores sin altavoz, poetas sin editor, chalados en una inmensa esquina de Hyde Park, de un Hyde Park de infinitas hectáreas...
ResponderEliminarTengamos la esperanza de que al menos hay Alguien que nos lee diariamente... a todos. Y a veces, hasta nos pone algún post.
Espero que la mejor angustia no sea tan figarina como para descerrajarse un tiro.
ResponderEliminarEnrique:
ResponderEliminarFinalmente, entre los blogs del círculo católico, encuentro al tuyo, que no es de manera exclusiva religiosa. Es un poco de todo, como el mío, aunque menos blasfemo... ;)
¡Saludos!
acertado ululatus, ¿sabías que mi columna periodística se llama, precisamente, "de poco un todo".
ResponderEliminarAgudo Ululatus,
ResponderEliminarhe ido a visitar tu página y me ha gustado mucho. De no interesarme, lo hubiese dejado pasar, pero me voy a tomar la molestia (para ambos) de tirarte de las orejas. Lo de la blasfemia, que veo que también utilizas en el autorretrato de tu perfil, creo que está de más. No es que esté mal, ojo, que Job las utilizó y eso, pero es que hoy no hace falta: es mucho más efectiva la piedad para despertar a las conciencias. Una frase de Gómez Dávila (como siempre) lo explicará mejor que yo: “El católico auténtico no está más acá de la blasfemia, sino más allá.”
Un año y nueve meses después de haber empezado mi blog, descubro que con este texto que tú nos traés podría decir como nunca (mejor que lo que siempre lo intenté), porqué escribo un blog.
ResponderEliminarVeo una gran cuota de "lo hago para mí" en este porqué (o en mi porqué). Aunque no es tan egoísta como suena. Porque a mí el blog me permite "dar de mí" a los otros. Cosa que en la vida diaria no sé hacer tan bien (salvo con escasas personas).
Me veo entre los links.
ResponderEliminarEso es un honor, muchas gracias.
Enrique:
ResponderEliminarTe agradezco enormemente tus comentarios y el 'tirón de orejas'... Tienes toda la razón: el catolicismo va más allá de la blasfemia y el escándalo. Utilizo la palabra blasfemia con mucho sarcasmo, pues es una especie de burla a aquellos pseudo cristianos evangélicos con los que me estrené en las discusiones en línea. Para todo era yo el blasfemo, idólatra y papista... ¡A mucha honra!
Igualmente, creo que las cosas que pongo en mi blog no son siempre bien vistas, pues me han censurado en más de dos o tres blogs católicos...
En fin.
¡Saludos!