Empiezo a pensar en el IES irremediablemente. Y he recordado, con esperanza, cómo explico qué es la paradoja a mis alumnos. Espero a un lunes y si puede ser a primera hora. Devastados por el frenético fin de semana, vagamente se sonríen cuando me escuchan decirles: “¡Por fin, lunes!: tienen ustedes cinco días por delante para descansar”.
Pues lo mismo nosotros. A ver si a partir de hoy podemos descansar algo de estas vacaciones.
Tienes más razón que un santo, mi madre podría jurarlo. El problema de las "vacaciones" no es lo que trabajas, sino cuánto estás dispuesto a dar. Y cuando es mucho, como le pasa a mi madre, llegas del verano con lumbago y ciática, ¡ay!, a plancharte en septiembre delante de los deseados quehaceres cotidianos...
ResponderEliminarQué melancolía produce esta entrada tuya de hoy. La vuelta al cole... nunca he superado ese trauma.
ResponderEliminarTu paradoja es divertida, aunque no me consuele mucho.
Regresamos a la realidad.
El verano me recuerda a la vida. Parece muy largo, pero luego se acaba y te das cuenta de que no has aprovechado el tiempo tanto como quisieras.
ResponderEliminarYo creía que tú la paradoja la explicabas con la letra de esta bulería:
ResponderEliminar"Tu mare no dice ná,
tu mare es de las que muerde
con la boquita cerrá"
Y, Máiquez, no te olvides que esta noche tenemos boda. Para descansar habrá que esperar a la semana que viene...
Siento discrepar, pero aunque el verano me encanta, yo tengo ya ganas de volver a la universidad porque cada vez me queda menos para abandonarla y estoy convencido de que la echaré mucho de menos!!
ResponderEliminarPor cierto Enrique, sería un bonito detalle que Anacó siguiera tu consejo y escribiera la ñ a la catalana ny, además entraría de lleno en la normalización lingüística e incluso podría llegar a candidata a la presidencia de la Generalitat. Estoy convencido de que sería una gran candidata.
Hola Enrique!
ResponderEliminarQué gracia! ¿Es usted profesor de instituto, de Lengua y Literatura? Pues yo estudio cuarto de Filología Hispánica!
Y como dice Alberto, también tengo ganas de que llegue el 25 de septiembre para deleitarme con las clases, y tampoco deseo que esta vida de estudiante se acabe nunca...
En fin, muchos ánimos para explicar la paradoja a sus alumnos, seguro que son muy afortunados de tenerle a usted como profesor! Saludos!
Es mucho más facil escribir la ñ desde Alemaña: corta y pega una eñe desde cualquier página española, Por ejemplo desde aquí.
ResponderEliminarSí señor, el tiempo laboral que recomienza es tiempo para descansar.
ResponderEliminarNo sólo para descansar de todo lo que hicimos en las vacaciones, se trata también del descanso que produce el mismo hecho de "tener obligaciones".
Me explico: las obligaciones a veces nos sirven de excusa para no encarar cosas importantes (renovaciones profundas, interiores, arduas). Pero en las vacaciones no hay excusas para encarar esas tareas arduas.
Por eso: "¡Bienvenido tiempo laboral!", decimos los vagos para las cosas arduas.
Aparte: felices aquellos comentaristas que pueden sentir por anticipado eso que la mayoría siente después. Felices
los que ya saben qué feliz es el tiempo de la universidad, en comparación con aquellos que lo descubren cuando ya no van más.
Saludos.
Vaya! garcias por la idea, Arp, la verdad no se me había ocurrido y reconozco que me pongo bastante nerviosa con el tema. Respecto a la idea de la candidatura, Alberto...me he reído un rato, aunque la verdad, si el licenciado Montilla se presenta, por qué no una inmigrante ecuatoriana, todo muy políticamente correcto. Y muy a propósito de las paradojas -también... Ánimo con septiembre! Yo la verdad, como E. Baltanás, me deprimo sólo de pensar en las rebajas de material escolar, pobres niños!
ResponderEliminar¡Qué patadón en el espinazo con tus pies diminutos! Paradojas aparte, en este blogg estamos entre amigos, así que usa el tú, aunque por mi provecta edad merezca varios usted. Tú disimula y trátame de tú a tú.
ResponderEliminarDe secundaria soy profesor, sí. Pero por suerte, no de literatura sino de Relaciones en el Entorno de Trabajo y de Derecho Laboral y eso. Puedo soportar que a mis alumnos les importe poco el Estatuto de los Trabajadores, pero sería un trauma si pasaran de Jorge Manrique. Así que yo explico el contrato laboral, ellos me atienden a ratos y todos tan contentos.
Pies diminutos, es Vd. el colmo y el acabóse del entusiasmo y del optimismo. Que Santa Rita se lo conserve y se lo aumente.
ResponderEliminarY no crea, no: resulta contagioso.
Me siento mayor leyendo IES en vez de IB (recuerdo también INB) y al enterarme de que ahora en Secundaria se imparte la asignatura de Relaciones en el Entorno de Trabajo, ¡guau! Y la paradoja es que al borde de los 32 no debe uno sentirse mayor, ¿o sí?
ResponderEliminarYo que acabo de volver de Castellón y leyendo tu blog veo esta entrada me siento, ahora más que nunca, deprimido ya que como Baltanás nunca he superado este trauma de volver a las clases.
ResponderEliminarSeñor Profesor, pensaba que daba clases de Literatura... es una pena, buen profesor de Literatura se pierden los alumnos del IES.