Precioso exercício, este, de laconismo poético-filosófico ou de ambas as coisas juntas. Às vezes, acontece dizer-se muito, em poucas palavras, quando estas são inspiradas. Caso contrário, corremos o risco de ficarmos obscuros naquilo que tencionamos dizer. É sempre este o dilema da expressão do pensamento : se gastamos escassas palavras, podemos tornar-nos obscuros; se somos prolixos, podemos cair na redundância ou na repetição estéril.
Bom, oxalá não tenha eu, agora mesmo, caído neste último vício.
Um forte abraço lusíada para todos e uma semana inspirada de intervenções na blogosfera.
Muchas gracias a todos por los ánimos, especialmente para el forte abraço lusíada y con reticencias para Alvarito, que se deja caer con ese esta vez, del que acuso recibo.
Yo, por mi parte, leo y callo, y no oso introducirme demasiado en este blog de tanta altura... Me aplico humildemente las palabras del Eclesiastés: "Nihil novum sub sole"... Un abrazo a todos, especialmente al sabio de Enrique. ¡No sabes lo que disfruto!
Desde luego, el que no abre la boca, no se equivoca, pero el que se guarda todo para sí es un egoísta. Benditas meteduras de pata que nos permiten relacionarnos.
No sé porque me siento identificado con estos versos... aunque yo me relaciono más directamente con el final. Por eso intento comentar poco y leer mucho.
¿Y escribir...?
ResponderEliminarEscribir para mí, como quizá para ti, es una forma de hablar, esto es, de meter la pata.
ResponderEliminarDe eso nada.
ResponderEliminarCaro Enrique,
ResponderEliminarPrecioso exercício, este, de laconismo poético-filosófico ou de ambas as coisas juntas. Às vezes, acontece dizer-se muito, em poucas palavras, quando estas são inspiradas. Caso contrário, corremos o risco de ficarmos obscuros naquilo que tencionamos dizer.
É sempre este o dilema da expressão do pensamento : se gastamos escassas palavras, podemos tornar-nos obscuros; se somos prolixos, podemos cair na redundância ou na repetição estéril.
Bom, oxalá não tenha eu, agora mesmo, caído neste último vício.
Um forte abraço lusíada para todos e uma semana inspirada de intervenções na blogosfera.
Maíquez, hijo mío ¿Qué has hecho esta vez?
ResponderEliminarÁlvaro
Hombre, también hay que dar salida a lo que vas leyendo. ¿Para qué lo quieres tú solo?
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por los ánimos, especialmente para el forte abraço lusíada y con reticencias para Alvarito, que se deja caer con ese esta vez, del que acuso recibo.
ResponderEliminarYo, por mi parte, leo y callo, y no oso introducirme demasiado en este blog de tanta altura... Me aplico humildemente las palabras del Eclesiastés: "Nihil novum sub sole"... Un abrazo a todos, especialmente al sabio de Enrique. ¡No sabes lo que disfruto!
ResponderEliminarDesde luego, el que no abre la boca, no se equivoca, pero el que se guarda todo para sí es un egoísta. Benditas meteduras de pata que nos permiten relacionarnos.
ResponderEliminarGracias por compartir el mantra! que a veces servirá como un freno (para el prudente), y para la mayoría como un consuelo...
ResponderEliminarNo sé porque me siento identificado con estos versos... aunque yo me relaciono más directamente con el final. Por eso intento comentar poco y leer mucho.
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