jueves, 16 de noviembre de 2006
Día de perros
No se me oculta que la expresión puede tener otro origen, mucho más triste, basado en la suerte de los perros callejeros. Pero (¡un rompimiento de gloria en este día de rayos y truenos!) de pronto he caído en que es posible que el primero que inventó la expresión pensara que un día de perros lo es para sus dueños, porque con la lluvia los perros no pueden salir y saltan histéricos por la casa y, cuando uno se cansa y los saca, arañan la puerta y gimen y se los deja entrar y se han metido en algún charco y llenan de barro el salón y te ponen las patitas --qué cariñosos-- en tu pantalón nuevo, que lleva estampadas ya todo el día, para regocijo de tus alumnos, unas huellecitas como de ciento y un dálmatas...
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