jueves, 14 de diciembre de 2006

Felicidades

Felicidades a todos, amigos poetas. Hoy es San Juan de la Cruz, nuestro patrón —de unos más que de otros, pero de todos, porque, como es santo, también se apiada de los malos poetas (que no es, espero, nuestro caso), y como es tan buen poeta, entusiasma incluso a los más anónimos, quiero decir, agnósticos (que sí es el caso de más de un usuario, pero no importa).

10 comentarios:

  1. Brindo por San Juan de la Cruz, a ver si intercede por mí y le dice a Dios que me deje algo de poesía.

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  2. Gracias por recordármelo, yo creía que era mañana. ¡Felicidades!

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  3. A veces, para ser un poeta, hay que pensar que no se es en absoluto. Pero por si acaso adoptaré a San Juan como patrón, y a Santa Teresa como guía. Esto servirá para echar balones fuera, porque si los poemas de uno no gustan, ¡que se lo digan a tan dignos protectores!

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  4. Anónimo2:56 p. m.

    Supongo, como tantos otros, que no son tan anónimos ni agnósticos como parecen, que esa postura -la anonima y agnostica- es una opción, no una acción. ¡ Como nos gustaría poder ser poetas, a lo bestia y a lo claro, como San Juan de la Cruz!

    (Tienes un blog estupendo, sigue así por favor, dando guerra y enlaces. Es necesario en estos tiempos de indiferencia. Yo por mi parte voy a correr la voz de lo que se esta cociendo aqui, te lo prometo).

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  5. Anónimo5:35 p. m.

    Buen día, feliz día a todos. Que Dios me procure tan buena mano con los versos como tuvo San Juan de la Cruz.

    Una vez escuché a Fidel diciendo que lo consideraba el mayor poeta español de la historia, y no puedo más que darle la razón.

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  6. De los que no quiso darnos esa gracia el cielo, que se acuerde también.

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  7. Ese Fidel es Fidel Villegas, que conste.

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  8. Felicidades a los poetas, empezando por el dueño de esta casa, y felicidades a San Juan de la Cruz: después de todo, es su santo.

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  9. Anónimo10:16 a. m.

    Una pequeña nota madrileña: me he dado cuenta que en Madrid no sólo, ya no se felicita el santo sino que empieza a estar mal visto como actitud retrógrada y combativa.

    A los que seguimos felicitando, enrique, se nos podría aplicar: quien felicita el santo... es un santo.

    Por cierto, felicidades a todos! (y a todas, que diría uno de los que no quieren ser felicitados)

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