TROZO DE CIELO
Entre los pisos altos que sombrean
mi ventana, se ve
un pedazo de cielo; aquel pequeño
trozo de azul que para Baudelaire
revelaba mejor el infinito
que el cielo abierto. Es lo que tengo, y sé
—porque lo he visto con mis propios ojos—
que pasan muchos pájaros por él,
y el sol y las demás estrellas, y la luna
cuando se deja ver.
Como una grieta
en la fealdad del mundo, ahí está él,
que aunque sea minúsculo es mi cielo,
y muy azul también.[Primicia de Otro cantar, próxima publicación en Pre-Textos]
jueves, 8 de marzo de 2007
Otro cantar
Y qué tonto además fue Caín con lo del quijadazo.... ¡Si quien tiene un hermano, tiene un tesoro y medio! Mucho me temía que yo —contra mi pertinaz galantería— iba a defraudar los deseos de Llir y que volvería a hablar del caso De Juana. Ayer, sin embargo, de repente, entre tanta tormenta, un rompimiento de gloria que me permite cambiar de tercio: mi hermano Jaime acababa de ganar con su libro Otro cantar el premio Arcipreste de Hita. Ni que decir tiene que en cuanto termine esta entrada celebratoria volveré a la carga [aunque ya no contra ustedes] y que hay muchas probabilidades de que Jaime también esté arremetiendo por allí en cumplimiento de su deber; pero por un instante (qué bien) aprovecharé esta nueva oportunidad de levantar la vista:
Gracias sean dadas por el regreso del barbero. FELICIDADES, JAIME!!!
ResponderEliminarGracias por la noticia, Enrique. ¡Qué alegría! y enhorabuena Jaime (porque este lo ha ganado Jaime García-Máiquez y no el arquitecto ese de Madrid, ¿no?) Estaremos atentos a la publicación, y a las primicias que nos sigas ofreciendo aquí.
ResponderEliminar¡Qué bien vienen estos rompimientos! Felicidades, Jaime.
ResponderEliminarFelicidades para tu hermano Jaime. Qué bien!!! Nuevo libro, tengo muchas ganas de leerlo. Enrique, muchas gracias por el adelanto.
ResponderEliminarEl poema me recuerda a 'Es cielo y es azul', título de un libro de Miguel D'Ors que supongo que tendrá más historia, porque ya se sabe que D'Ors no da puntada sin hilo.
ResponderEliminar"Porque ese cielo azul que todos vemos, / no es cielo ni es azul. Lástima grande / que no sea verdad tanta belleza."
ResponderEliminarArgenzola.
Y tanto: esta vez el hilo contestón de la puntada de Miguel d'Ors nos lleva hasta Barbastro y el siglo de Oro.
ResponderEliminarMe encantó tu elogio de tener hermanos. Es un buen tema para romper a cantar gloriosamente, sin dudas, aún si tus hermanos no lleguen a las alturas. Me vino todo esto como torbellinos, ahora que caí en la cuenta que parece que no se estila tener casi hermanos...
ResponderEliminarPerdón por no haberte dicho antes el señorío amable que me transmitió esa certeza de tener tu propio cielo (¡que supongo que es sólo tuyo porque sólo lo has visto tú!)
ResponderEliminar¡Enhorabuenas! Y gracias por la primicia y por las retahílas de Miguel d'Ors al Siglo de Oro.
ResponderEliminarY claro, me ha gustado mucho también esa frase de Arp: "D'Ors no da puntada sin hilo"
Enhorabuena a (y por) tu hermano.
ResponderEliminar¿Pero qué tiene el Puerto de Santa María -aunque os haya adoptado, da igual- para parir tan buenos poetas? Primero fue Alberti, y ahora los hermanos García-Máiquez. Que sea enhorabuena, Enrique. Jaime, por si lees este comentario, me ha parecido un grandísimo poema.
ResponderEliminarPD. Hay una calle de Madrid -en pleno barrio de Chueca!- llamada Cachito de cielo. Hay un convento de monjas de clausura (no puede una evitar acordarse de la historia de Sodoma y Gomorra). Me ha encantado la coincidencia...
¡Qué bonito! Esa grieta. Es lo que tenemos. Esperemos que este libro sí se pueda encontrar.
ResponderEliminar¡Ea, ya me han quitado el Arcipreste!
ResponderEliminar¡Y a mí!
ResponderEliminar