.....................PARA JOSÉ MATEOS
Una imagen antigua, de mi infancia,
me acompaña por siempre, como emblema
de la amistad: mi abuelo, en una Feria
de San Miguel, borracho y abrazado a otro viejo,
llora feliz, se ríe y pide otra media botella.
Con los abrazos, con la borrachera,
tienen los ternos sucios y las gorras torcidas,
las botas embarradas por la lluvia
primera de septiembre.Esta imagen, José, no es nada edificante,
pero siempre que pienso
en este sentimiento que nos une,
distinto de las tristes
miserias del amor y sus crueldades,
recreo en mi memoria aquellos viejos
aturdidos de vino y de alegría
--hay charcos de agua azul
en el barro pisado por las bestias--:
la amistad es dos hombres
que vuelven de la feria, o de la vida
(que vuelven de la feria que es la vida),
hermanados, riéndose, llorando,
con los brazos al hombro y con los ternos sucios.
[Y algo me dice que este poema no va a gustarle nada a la Ministra de Sanidad. Que beba agua.]
¡Precioso poema! Lo de los ternos, no sé si estaba en uso en la España de entonces, o si, como tú dices, es efecto de la vuelta.
ResponderEliminarPor favor, cuéntanos en otra entrada por qué no te gustan García Montero o Benítez Reyes... Ardo en deseos de conocer tu opinión.
ResponderEliminarNo mezclemos a la Ministra de Sanidad con la buena poesía, que eso es mancillar lo puro.
ResponderEliminar@Verónica: la respuesta es fácil (sobre todo en el caso de García Montero) y está en la calidad de su poesía.
Muy buen poema, pero más con esa presentación tuya...
ResponderEliminarLo de los ternos entusiasma a Fernando do Vale, ya para siempre símbolo de nuestra achispada amistad, al caer el duro día. Pero aquí sólo usan ese término la gente de campo, Reina Anacó.
ResponderEliminarPues depende, a mí el poema también me trae recuerdos muy vivos, de mi abuelo paterno, que sufrió mucho por el vino (aparte la crueldad de la gente en los pueblos) y malgastó la fortuna de la familia por borracho.
ResponderEliminarSus hijos (entre ellos mi padre) no pudieron estudiar por eso, y además se esfumaron las casas, el comercio de ultramarinos, la farmacia la colección de sellos. Se perdió todo, se malvendió. Y la culpa fue del vino y las borracheras.
En fin, a cada uno la misma imagen le trae recuerdos diferentes.
Por lo demás, yo también admiro a Pedro Sevilla desde hace años. Y él que sabe tanto de Julio Mariscal, sabrá comprender el sufrimiento que borrachos y homosexuales tuvieron que soportar en la España de la posguerra...
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Emilio, por poner todas las cartas sobre la mesa. Y cierto: las imágenes, como decía Jünger son poliédricas y su lectura se enriquece con la perspectiva desde las que las miremos.
ResponderEliminarSobre García Montero y Benítez Reyes no hay mucho que contar, Verónica: el contraste.
En la poesía española actual, Pedro todavía está como de ida (a la altura, si, de méxico): ya volverá, pues su poesía lo merece.
ResponderEliminarA mi me recuerda P.Sevilla en algunas cosas a Abel Feu: sus dejes broncos, a lo Cesar Vallejo.
La borracheras, los borrachos... tiene un dramatismo épico que, sentidos de verdad, tienen una enorme fuerza expresiva.
Cuánta razón en todo lo que apuntas, anónimo.
ResponderEliminarYo lo de ida y vuelta no lo decía por adornarme sino porque, precisamente, he caído en lo mucho que Pedro tiene de (o con) Vallejo, los epigramas de Cardenal, la poesía de Montejo...
Me ha parecido muy poderosa la imagen de los "charcos de agua azul
ResponderEliminaren el barro pisado por las bestias".
En ella está contenido todo el poema.
Así es: los charcos son la imagen central..., y los ternos.
ResponderEliminarNo me peguéis, pero a mí no me acaba de gustar este poema. Ni Pedro Sevilla, pero es por mi culpa: suele pasar cuando sabes que algo es muy bueno pero no te llega. No tiene remedio.
ResponderEliminarEl poema es una excepcional paráfrasis lírica de la famosa fase 3: Exaltación de la Amistad y el Parentesco (que algunos autores dividen en 3.1: Mutuas Gracias y Virtudes, y 3.2: Yo te quiero como a un Hermano), probablemente a punto de pasar a la etapa 4 o de los Cánticos Regionales.
ResponderEliminarEl destreza del poeta hace que casi podamos sentir la boca acorchada, el aliento cargado y el dolor de cabeza de la inminente resaca...