Buena frase. Te regalo este soneto titulado "Ma bohéme" de Arthur Rimbaud, escrito en plena borrachera de Poesía (¿quién necesita nada más?):
Je m'en allais, les poings dans mes poches crevées, mon paletot aussi devenait idéal, j'allais sous le ciel, Muse, et j'étais ton féal ô là là, que d'amours splendides je revais. Mon unique culotte avait un large trou, Petit Poucet rêveur, j'égrenais dans ma course des rymes, mon auberge était à la Grande Ourse, mes étoiles au ciel avaient un doux frou-frou, et je les écoutais, assis au bord des routes, ces bonnes soirs de septembre où je sentais des goutes de rosée à mon front comme un vin de vigueur, oú, rimant au milieu des ombres fantastiques, comme des lyres, je tirais les élastiques de mes souliers blessées, un pié prés de mon coeur...
Siento si tiene alguna falta de puntuación (incluso de ortografía). Lo aprendí hace muchos años. Desde entonces, lo asocio con el entusiasmo y la rebeldía propios de la primera juventud.
Una traducción aproximada podría ser ésta:
Yo me marchaba, los puños en mis bolsillos agujereados; mi traje también se hacía ideal (doble sentido, ironía: aquí quiere decir transparente); paseaba bajo el Cielo, Musa, y era tu súbdito; o la la, con qué espléndidos amores soñaba; mi único pantalón tenía un enorme agujero; pulgarcito soñador, desgranaba en mi viaje rimas, mi albergue estaba en la Osa Mayor, mis estrellas en el Cielo hacían un suave fru-fru (el ruido que hacen los miriñaques, o las enaguas), y yo las escuchaba, sentado al borde del camino; esas buenas noches de septiembre en que sentía gotas de rocío en mi frente como un vino de vigor, en que, paseando en medio de sombras fantásticas, como liras, tiraba de los elásticos de mis zapatos ensangrentados, con un pie cerca de mi corazón...
(El último verso es también un juego de palabras: las liras, evidentemente, es un guiño a la Poesía -vgr. Ronsard, Garcilaso-; y lo del pie cerca del corazón me recuerda a aquella estatua de Rodin, llamada "Niño quitándose una espina". Y es que ¡Rimbaud era un niño cuando escribió este maravilloso soneto! Et il ne gagnait pas d'argent non plus...
(PD: Enrique, si te parece un rollo este comentario, no lo publiques, sólo ha sido un impulso, porque me apasiona la Poesía francesa del XIX...)
Qué bien lo he pasado, cágonla. Por cierto que esa revista tiene buenas pintas, ya le echaré algún vistazo.
ResponderEliminarBuena frase. Te regalo este soneto titulado "Ma bohéme" de Arthur Rimbaud, escrito en plena borrachera de Poesía (¿quién necesita nada más?):
ResponderEliminarJe m'en allais, les poings dans mes poches crevées,
mon paletot aussi devenait idéal,
j'allais sous le ciel, Muse, et j'étais ton féal
ô là là, que d'amours splendides je revais.
Mon unique culotte avait un large trou,
Petit Poucet rêveur, j'égrenais dans ma course des rymes,
mon auberge était à la Grande Ourse,
mes étoiles au ciel avaient un doux frou-frou,
et je les écoutais, assis au bord des routes,
ces bonnes soirs de septembre où je sentais des goutes de rosée à mon front comme un vin de vigueur,
oú, rimant au milieu des ombres fantastiques,
comme des lyres, je tirais les élastiques
de mes souliers blessées, un pié prés de mon coeur...
Siento si tiene alguna falta de puntuación (incluso de ortografía). Lo aprendí hace muchos años. Desde entonces, lo asocio con el entusiasmo y la rebeldía propios de la primera juventud.
Una traducción aproximada podría ser ésta:
Yo me marchaba, los puños en mis bolsillos agujereados;
mi traje también se hacía ideal (doble sentido, ironía: aquí quiere decir transparente);
paseaba bajo el Cielo, Musa, y era tu súbdito;
o la la, con qué espléndidos amores soñaba;
mi único pantalón tenía un enorme agujero;
pulgarcito soñador, desgranaba en mi viaje rimas,
mi albergue estaba en la Osa Mayor,
mis estrellas en el Cielo hacían un suave fru-fru (el ruido que hacen los miriñaques, o las enaguas),
y yo las escuchaba, sentado al borde del camino;
esas buenas noches de septiembre en que sentía gotas de rocío en mi frente como un vino de vigor,
en que, paseando en medio de sombras fantásticas,
como liras, tiraba de los elásticos de mis zapatos ensangrentados, con un pie cerca de mi corazón...
(El último verso es también un juego de palabras: las liras, evidentemente, es un guiño a la Poesía -vgr. Ronsard, Garcilaso-; y lo del pie cerca del corazón me recuerda a aquella estatua de Rodin, llamada "Niño quitándose una espina". Y es que ¡Rimbaud era un niño cuando escribió este maravilloso soneto! Et il ne gagnait pas d'argent non plus...
(PD: Enrique, si te parece un rollo este comentario, no lo publiques, sólo ha sido un impulso, porque me apasiona la Poesía francesa del XIX...)
Muy buenos,tanto el artículo como la revista.
ResponderEliminarApúntate otro tanto al caudal vanitario. El artículo da en el clavo,diles a tus amigos que en el campo literario ya has hecho a hole in one.
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