viernes, 11 de mayo de 2007
Nieblas
Al principio me pregunté si los republicanos verían la tarde luminosa gracias a las declaraciones de su Rey, pero no, no era algo psicosomático. La climatología se entretenía en revolver las frases hechas: mañanita de paseo, tarde de niebla cerrada. Pronto empezaron a oírse las sirenas de los barcos (vivo muy cerca del mar) que daban una nota de color (local) al cuadro blanco sobre fondo blanco. Qué blando y agradable parecía todo, hasta que recordé que nada es más peligroso en el mar que la niebla y que tras esas sirenas graves y hondas habría hombres que navegaban con más angustia de la habitual. Cuando me acosté, seguían sonando y se confundían con los poemas de Raymond Carver que leía. También éstos daban una nota de color (internacional) a mi acolchada biblioteca de las sábanas blancas, pero igualmente llegaban desde la niebla y la angustia.
Y luego dices que no escribes, ¡joé, si escribieras cinco horas al día!
ResponderEliminarDe Carver, los cuentos. Espero tu saber sobre los poemas, aquí, mientras me muerdo las uñas.
Me ha gustao lo de la acolchada biblioteca...
ResponderEliminarMa alegrao de que te guste.
ResponderEliminarRaymond Carver sí que escribía proemas el tío, y qué buenísimos.
ResponderEliminarHablando de nieblas y similares, te diré que Miami lleva una semana en una situación brumosa. Por acá dicen hazy, misty y el horizonte fuzzy. Y es que resulta que los estados de Florida y Georgia están en llamas y lo que nos cubre a nosotros es el humo de cientos de incendios.
ResponderEliminarIt was one of these covered days of fitful sunshine, of light, unsteady winds, with a swell from the westward, and hazy in general, but with the land about the Cape at times distinctly visible.
The Mirror of the Sea by Conrad, Joseph