viernes, 29 de junio de 2007
Titileos
Ayer esperaba a Leonor en la terraza de una cafetería de Cádiz, llamada “El mirador”, frente al mar abierto. Estaba tomando las radiaciones solares y las jungerianas, cuando me puse a mirar hacia América, allá por detrás del horizante, y a recitarme: “me parece que estoy ya a tu lado... / Ya sólo el agua nos separa, el agua que se mueve sin descanso, / ¡el agua, sólo, el agua!"”. Di en imaginar entonces las antiguas navegaciones y yo (navegante de cabotaje) sentí de pronto el vértigo de la alta mar. Qué cosa orientarse por las estrellas y depender del cielo así, de un modo físico e inevitable. Cómo tienen que brillar entonces y qué suspense su titileo, por si se apagan, cuando son el único camino de ida, el único de vuelta. Tras tanto ir y venir no es extraño que ya tierra adentro las estrellas estén cansadas. Tal vez el autor de Pulgarcito tuviera todo eso presente y sus miguitas de pan y sus guijarros fuesen una metáfora casera de los caminos de las altas navegaciones. Cuando de pronto llegó Leonor y preguntó: “¿Qué haces?”, no fui capaz de confesarle: “Pensando en Pulgarcito”.
Pulgarcito también merece unos segundos de pensamiento...
ResponderEliminarBueno, Pulgarcito y un plus, que me parece una hermosísima prosa poética.
ResponderEliminarEmocionante..."¡sólo el agua!" y eñ vértigo de la dependencia inevitable del cielo. ¡Gracias! (Por cierto, los versos que citas, ¿de quién?)
J.R.J., de Diario de un poeta recién casado.
ResponderEliminarEGM, gracias por el sms. A ver si nos vemos pronto.
ResponderEliminarCon las últimas entradas has vuelto por tus fueros, por los fueros con los que más me identifico.
Un abrazo fuerte.
Estoy con Rocío. Pulgarcito también es digno de reflexión. Saber volver a casa en cualquier circunstancia puede ser una heroicidad...
ResponderEliminarUn saludo
Me encanta esta entrada, me lleva a Cádiz, "frente al mar abierto". Eso de que te pusiste a mirar hacia América es buenísimo. Ayer vi en Cuatro un reportaje tremendo sobre el barrio de la Viña. Cádiz, tengo que volver a Cádiz.
ResponderEliminarPues Pulgarcito lo hizo fácil y todo...
ResponderEliminarEste blog cada día me gusta más
Un salduo
¡Qué bueno!
ResponderEliminarAl principio me hizo acordar a:
¡Ay, mira que el amor es una mar muy ancha!
(Frase que saqué del libro "El corazón de piedra verde" y no sé si es original del autor o qué origen tiene).