Anoche, bajo los efectos de tres cafés con hielo, recordé ésa y otras historias y se me puso inquieta la conciencia. Mira que si el anónimo era un suicidable y yo, desmemoriado, no le administré el antídoto a tiempo. Aquí mismo una chica me preguntó hace meses por Vicente Llamas y se me durmió la respuesta, pero aquello no era una curiosidad de vida o muerte, supongo.
No caí dormido hasta que caí en la cuenta de que el potencial suicida anónimo seguiría aún en este mundo de haberse puesto a buscar el texto en los Collected Poems de Auden, que son inabarcables.
Y esta mañana tengo la satisfacción de informar que el poema en cuestión era "Otro tiempo" del libro homónimo publicado por Pre-Textos en traducción de Álvaro García. Después de releer el poema varias veces me parece que para que surta efecto hay que tener ciertas ganas previas de vivir. Lo más anti-suicidio es su última estrofa y sobre todo el último verso:
Another time has other lifes to live.Para compensar el retraso, recetaré otro poema por mi cuenta y riesgo. Es de Mascha Kaléko en versión de Inmaculada Moreno, y se titula "Noches":
La noche
en la que
el miedo
habita,
también tiene
estrellas
y a la
luna.
Preciosa entrada (cla, cla, cla...) y precioso poema también, tipo haiku, de los que tanto te gustan. Diré, sin embargo, que, dado que esta casa la frecuentan muchos filólogos y amantes del buen decir, me resulta chocante la versión de Inmaculada Moreno, supongo que intencionada: ¿Por qué dice que la noche "también tiene estrellas/ y A la luna"?
ResponderEliminarEl "tener" es transitivo, y por tanto no precisa de la preposición "a" para designar el complemento directo. Así, a las estrellas no se la pone, pero sí a la luna, ¿por qué?
Mi interpretación es que el autor o el versionador ("traductore, tradittore") pretende personalizar a la luna. Las estrellas se tienen, como cosas u objetos inanimados que son; a la luna, en cambio, se la personaliza o humaniza de alguna manera, al designarla poniendo por delante el "a". Del mismo modo, se dice "Te tengo a ti", por oposición a "tengo una casa". La diferencia puede resultar baladí, pero cambia el sentido del poema. Las estrellas están ahí, las tiene la noche; la luna, en cambio, es inalcanzable, está porque quiere estar, como una mujer. De hecho, hay noches sin luna (la donna é mobile...). Ahora, las noches en que la luna se digna aparecer son noches más plácidas y menos inhóspitas, se pasa menos miedo.
Bueno, y ya voy a dejar de desbarrar, que luego empiezan los remordimientos y me conozco.
Nada de desbarrar, Verónica. Muy oportuna la corrección gramatical. A mí también me chocó el "a". ¿no será que el traductor, en esta ocasión, más que tradittore es simplemente ignarus? De su propia lengua además.
ResponderEliminarNada de desbarrar, Verónica. Muy oportuna la explicación de esa extrañeza gramatical. Para usar la terminología juanramoniana es el "defectillo" que, desde mi punto de vista y con permiso del severo Baltanás, le da la gracia al poema. Al personalizar a la luna se consigue otra temperatura sentimental, ¿o no?
ResponderEliminarOtra cuestión es si está o no en el original. Mi alemán brilla por su ausencia, así que sólo puedo copiaros la segunda estrofa: "Hat auch / Die sterne / Und den / Mond" y ya me diréis.
Y otra cuestión es el parentesco con el haiku, muy evidente, que deja quizá un poco en envidencia al poemilla de la Kaléko... ¡por su verbosidad! Qué contraste con aquel haiku de Issa en el que el haijin se consuela porque el ladrón no se llevó la luna en la ventana. Claro que comparado con los haikus todo es extenso...
Ya, en alemán está en acusativo. Pero el acusativo en español sólo utiliza la preposición "a" cuando se trata de persona... o cosa personificada, cierto es. O sea, que la traducción puede ser legítima, pero... a sabiendas de que traducir poesía es cosa dificilísma y personalísima yo quizás hubiera puesto:
ResponderEliminarLa noche
en la que
el miedo
habita,
también tiene
las estrellas
y la luna.
Pero no es más que una opinión como otra cualquiera. Bastante ha hecho la pobre Inmaculada Moreno con traducir a Kaléko.
Tu versión, EB, está muy bien, sí señor. Con tu permiso se la pasaré a IM.
ResponderEliminarEn alemán, como en latín, el complemento directo, sea persona, animal o cosa, se expresa por medio del acusativo. Así que den Mond no es más que el acusativo singular de la luna (masculino:der Mond), como die Sterne es el acusativo plural de la estrella (también masculino: der Stern), y en el poema se da el mismo tratamiento a cada uno de los dos elementos, estrellas y luna. Al no disponer el alemán de esa marca preposicional para el CD de persona, tendría que emplear otro ecurso para personificar la cosa.
ResponderEliminarLo que sí es cierto es que ante cada uno de los dos sustantivos hay un artículo determinado, que aunque no personalice sí que añade un matiz importante, y más que a los sustantivos, al verbo. Es muy distinto decir que "die Nacht hat Sterne und Mond" (tiene estrellas y luna), a decir que "hat die Sterne und den Mond" (tiene las estrellas y la luna). El "tener" se convierte en un "contar con". La noche se relaciona de un modo diferente con las estrellas y la luna. Me parece a mí. En resumen: que lo que me parece fatal de esa traducción es que quite a las estrellas el determinante. Casi vería mejor "tiene a las estrellas y a la luna".
Gracias, amigos, por vuestras sabias aclaraciones, y por hacerme creer que no estaba desbarrando. Así da gusto escribir comentarios en este blogg.
ResponderEliminarSería cosa de que Inma Moreno abriese blogg para que le pegaseis un 'repaso' (en todos los sentidos) a sus traducciones. Gracias de su parte, imagino.
ResponderEliminarHola a todos:
ResponderEliminarYo soy la responsable de tanta discusión por los versos de Mascha Kaléko. Pero déjenme que les exponga mis razones:
El poema de Kaléko deja al final del verso y del poema una palabra que es muy sonora en alemán y además monosílaba, con lo cual la luna (Mond) se nos queda como retumbando en el oído y en el alma y creo que a eso colabora el hecho de que ya en la versión original el sustantivo quede solito en ese verso final, separado del artículo (cosa que no hace con las estrellas dos versos antes).
Hat auch
Die sterne
Und den
Mond
Este último verso es como una piedra lanzada al agua y resulta que significa ´luna´. En su forma y en sus símbolos es un poema muy de estirpe romántica (sonoridades, noche, luna...)
¿No creen que la misión de un traductor de poesía es la de ser fiel a las connotaciones fónicas y culturales de un poema por encima de la literalidad más estricta? ¿No es evidente, leído en voz alta, que el verso final cae en el lector con un peso fundamental?
Yo tenía que recuperar el protagonismo de la luna que el castellano no me da, porque tenía que suplir de otro modo esa importancia fónica y opté por personificar a la luna. Por eso, también muy conscientemente, le escamoteé el artículo a las estrellas ya que me rompía el ritmo y tenía que acortar ese verso.
¿Es que nadie ha tenido en cuenta las connotaciones que en el nivel fónico y simbólico se dan en un poema? Las discusiones han tenido en cuenta planteamientos gramaticales o disquisiciones semánticas... ¡pero estábamos hablando de poesía!
Puedo haberme equivocado en la opción que tomé, pude hacer una traducción literal, pero creo que los criterios por los que me guié son los más válidos tratándose del género del que se trataba. Es mi interpretación de lo que quiero de la traducción de un poema.
Querido Enrique Baltanás: supongo que la licenciatura de grado en Filología no es un aval suficiente contra la ignorancia lingüística, pero, créeme, la enseñanza durante 20 años de la gramática española creo que sí debe serlo; aunque, claro, tú no tenías por qué saberlo.
Lo cierto es que mi consciente trabajo al traducir unos versos tan simples no ha sido bien interpretado; pero el análisis racional no me preocupa. ¿Es que tampoco ha surtido efecto en el terreno connotativo del poema? Eso me parecería más grave.
Bueno, espero haberme explicado.
Saludos
Querida Inma, reconozco que me pasé un poco en lo de ignarus. Aceleré y... derrapé, como el camarero: así que mis excusas y pongo en tus manos el botecito de Cebralín que limpie mi mancha de salsa derrape.
ResponderEliminarEl empleo de "a" con acusativo no de persona es cada vez más frecuente en la lengua hablada y de ahí pasa a la escrita. Puede en efecto ser una licencia admisible (personificar).
La traducción es una cosa inacabable. El mismo traductor puede dar sucesivas versiones de un mismo poema, o bien otros traductores ofrecerán otras versiones. El poema en sí es intangible, pero al pasarlo a otra lengua las posibilidades crecen exponencialmente.
A eso, creo yo, es a lo que jugábamos, a explorar esas posibilidades. Claro que tú no jugabas. Tú estabas frente al toro (que es cosa muuu seria) y nosotros en la barrera, en la sombra, comentando la faena. Así, cualquiera, ¿no?.
Ya decía Jakobson, por poner un ligero toque pedantesco, que en la poesía el lenguaje se "desautomatiza". Supongo que eso también es aplicable a la traducción de poesía, que es en esencia intraducible.
ResponderEliminarQuerido Enrique B.:
ResponderEliminarTodo zanjado. Eres un buen "coloquiador" (ya sé que no existe, pero lo de "tertuliano" me parece cosa de conversador que no discute), temperamental, como debe ser.
Tengo que decir que lo de "ignarus" (mejor, "ignara") me enfadó un poco, sobre todo porque vi que yo había hecho una elección muy sopesada y una interpretación de la herencia cultural del poema que estaba muy lejos de lo que aquí se estaba tratando. ¡qué incomprendida me sentí!
De todos modos, es un placer leer tanto y tan apasionado sobre literatura, en serio.
Me alegro, Inmma. Que sigamos platicando, o coloquiando...
ResponderEliminarDisculpas, Inmaculadada, también por mi parte. Tienes toda la razón: no se da el mismo tratamiento a las estrellas, a las que no se separa del artículo y aparecen como en mogollón, y a la luna, a la que se separa de su artículo y se la hace aparecer sola, redonda y brillante en el último verso. Y es clave lo que dices sobre el peso de ese último verso leído en voz alta. Lo que a veces pasa desapercibido en el sonido imaginado, se advierte con toda claridad ante el sonido real: en este caso, que, desde luego, no tienen la misma consistencia "die Sterne" y "Mond".
ResponderEliminarMis disculpas por el bla-bla-bla del otro día y un abrazo.
No hay por qué darlas, cb. En tu caso se nota, además, que conoces bien la lengua alemana que a mí me tiene enamorada con su musicalidad solemne.
ResponderEliminarUn abrazo también, pero para todos.