Quale allodetta che ‘n aere si spaziaLo que ocurre es que no he encontrado hasta ahora entre mis líneas esa última dulzura. Por eso sigo aquí, en el aire, cantando.
prima cantando, e poi tace contenta
dell’ultima dolcezza che la sazia.
......................................[Para. XX. 73-75]
viernes, 3 de agosto de 2007
Allodetta
Como si no tuviera bastante con los consejos provacacionales de los que me rodean (en todos los sentidos), en la red JM Macías y Arp —tu quoque fili mi— han notado ya mi inaccesibilidad al desaliento: “pero pero ¿este Enrique no vaca?” Me haría el juanramoniano si la pose me quedara bien: “Qué pereza… de dejar de trabajar”, repetiría malva y crepúsculo o amarillo o azul. Lo repetiría de cualquier forma con tal de que no me apliquen la dichosa solución de estos tiempos, que consiste en asignar enfermedades y adicciones. Diagnóstico: grafomanía. [For English Speakers: Wordaholism.] Modestia aparte, alegaré que lo mío es más bien dantesco. Lo explicó el poeta con aquella alondra que canta y después, saciada, calla:
Jo, qué bonitos versos y yo sin leer a Dante.
ResponderEliminarOjalá no vaques en todo el verano (a estos efectos). Estás en estado de gracia bloggera y hay que aprovechar la racha.
EGO QUOQUE me piro. Cuando me meta en septiembre todas tus entradas de agosto me puede dar por no volver a escribir.
ResponderEliminarEs verdad. Muchos te agradecemos que nos sigas alondrando.
ResponderEliminarCreo que, en realidad, para angloparlantes sería mejor palabra "wordaholism". Para ellos, el "workaholic" existe, y el "workaholism" se usa bastante, y como entre work y word tampoco hay tanta diferencia, pues mejor aprovechar... :P.
ResponderEliminarJusto ese neologismo es el que quise perpetrar, B, pero se me fue la mano: ¿en qué estaría pensando?
ResponderEliminarTiene todo el aire de condena melancólica. Ojalá no pueda usted nunca encontrar esa dulzura, para que los demás podamos gozar de la gracia de lo que escribe.
ResponderEliminarNo sé si agradecerle el piropo, don José Luis González...
ResponderEliminarAgradézcamelo. Ha de llevar usted a cuestas el peso de ser un gran poeta y no estar nunca satisfecho consigo mismo. Pero, por favor, no me trate de Don. Soy yo el que por respeto, por ser más joven que usted, y por ser usted una figura literaria, debo tratarle de usted, mientras no me conceda el tuteo.
ResponderEliminarHombre, José Luis, con comentarios como éste te concedo (ruborizado) el tuteo y te debo una ronda de cervezas, como mínimo.
ResponderEliminarPor supuesto, siempre que la segunda la pague yo ;)
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