Y con todas las de su ley. Tomó vacaciones en julio y ahora se encuentra, como suele ser el caso, con energías renovadas. El síndrome post-vacacional es mío.
1.- Salgo fatal en las fotos, como saben, o movido o difuminado o con los ojos rojos o torcido o como soy. Pues bien, la Dirección General de Tráfico me ha echado una foto de una nitidez sorprendente, con una luz preciosa, y eso que yo iba a 129 km./h. cuando el límite estaba a 100 km./h.
2.- Dejé el coche de Leonor en el taller. Nadie dijo nada de que a los tres dían empezaban sus vacaciones... y ahora el garaje ha engullido al coche, que duerme, allá dentro, el sueño de los justos.
3.- La lavadora se estropeó el 1 de agosto. Dimos con el técnico. Era el motor. Cambió el motor. No era el motor. Era el circuito. Cambió el circuito. No era el circuito. Era el programador. Cambió el programador. No es el programador. Y aquí estamos, a día 9, rodeados de ropa sucia, con serios problemas de fondo de armario.
4.- Ayer fuimos a cenar a "El Chozo", famoso por sus doradas y lubinas a la espalda. Mis amigos de Madrid me obligaron a tomarme un filete con patatas.
P.S.- Y de la obra no hablo porque este blogg se llama Rayos y truenos y no Paño de lágrimas, que podría.
ResponderEliminarjajjaja...animo Enrique..."todo pasa" creo que decias en un poema...mientras tanto date el placer de una novela de esas que no te cansan releer!!! saludos
ResponderEliminarPobre. Casi casi (he dicho casi casi) prefiero estar trabajando, que es el efecto supremo de la ley de Murphy. Anoche soñé contigo, con Rocío y con Cristina: venían a la Isla; tú, además, con uno de tus perros.
ResponderEliminarjajajaa!Me ha encantado tu crónica de las vacaciones!
ResponderEliminarGenial!
P.S. Leonor no vino pero estaba invitada, no vaya a ser que se enfade. Además, estoy a punto de comprar un sofá-cama para dos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos, por ese billete de avión en tu sueño. ¡Para que luego digan que no viajo! Leonor está encantada de que en la vigilia no la dejes en tierra. Y una pregunta: ¿recuerdas cuál de mis dos perros salía a conocer mundo?
ResponderEliminarPues me da que era Carbón, quizá todavía perdido como aquella madrugada, pero no podría aseGUAUrarlo...
ResponderEliminarMe alegro muchísmo, CRM, pues Pukka está castigada y me habría preocupado que aprovechase tus sueños para burlar nuestra disciplina.
ResponderEliminar¡Qué de horrores! Pareces la segunda versión de "El pobre Enrique". De todos modos reconozco que la venganza madrileña del filete con patatas me deja muy satisfecha. ¡Ánimo, que el parte dice que ya toca cambio de viento, y seguro que el que viene se llevará a Murphy!
ResponderEliminarMurphy se está comportando contigo como un cabroncete. Si sus energías son limitadas, a los demás nos tocará menos, así que gracias por sobrellevar la carga con tanta gracia.
ResponderEliminarEn cuanto al punto número 4, me temo que lo del filete con patatas no es culpa de Murphy, sino tuya...¡a veces hay que ser inflexible!
Un abrazo
¡Qué bueno! el cómo lo dices, claro, no lo que te pasa. Hoy cuando he dio al planchero de mi casa la lavadora hacía un ruido muy extraño, he recordado esta entrada y he pensado ¿será el motor?...
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