Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
viernes, 14 de septiembre de 2007
El método
No importa si Leonor no me dijo dónde aparcó ayer. Salgo a la calle, me pongo en la línea de los coches y miro a derecha y a izquierda: hay uno que sobresale mucho más que el resto. Es ése.
Aviso.- Antes de que alguna feminista o feministo se me tire a la yugular, nótese que en mi calle hay numerosas mujeres que conducen y sólo un coche sobresale de ese modo. O sea, que no es cuestión de género sino de genio y —umm— figura.
Ay, esas ironías "malvadas"...:-D Enrique, no te puedes quejar, Leonor tiene un método estupendo para que lo distingas de inmediato y no te entretengas por ahí, buscando y buscando entre coches desconocidos y conductoras ajenas.
Suerte que ocurre en El Puerto. Si fuera en Sevilla tendríamos un conflicto. Yo sigo el mismo procedimiento para adivinar dónde he aparcado el coche...
Se lo recomendaré a mi hermana. La semana pasada, en el aparcamiento de un centro comercial, de esos de cinco plantas y 200 coches por planta, después de buscar unas dos horas, tuvimos que esperar a que se vaciara. Cuando no quedó ninguno, lo vimos en una esquina.
Bueno, es legendario que las mujeres no saben aparcar. Aunque una persona como yo, que a los 25 aún no se ha animado a sacarse el carnet, no es el más indicado para decirlo. En todo caso, no sabía yo que ese mito se aplicaba también a las top intelligent women, pero por lo visto ya hay dos casos de que sí. Seguramente, la diferencia está en que la común de las mujeres no sabe aparcar, y para ellas, en cambio, es un método de planificación logística.
Me alegro de ver a un marido que se toma con tanto humor los despistes al volante de su señora esposa. El mío debería frecuentar más este blog para que se le pegue algo de tu flema británica, pues digamos que no le sentó muy bien la última vez que empotré el coche contra la puerta del garaje saliendo marcha atrás... Como en la anécdota aquélla de los partes de una famosa compañía de seguros de automóvil, "la puerta se puso en medio y...".
Las mujeres tenemos más cosas en la cabeza, como para estar en todos los detalles cuando vamos conduciendo. Bastante tenemos encima. Vamos, anda.
Lo de mi modélica paciencia tiene un punto de literario y otro, más gordo, de compensación con las que yo hago, que seguro que tu marido no. Mañana lo explicaré mejor.
Aviso.- Antes de que alguna feminista o feministo se me tire a la yugular, nótese que en mi calle hay numerosas mujeres que conducen y sólo un coche sobresale de ese modo. O sea, que no es cuestión de género sino de genio y —umm— figura.
ResponderEliminarAy, esas ironías "malvadas"...:-D
ResponderEliminarEnrique, no te puedes quejar, Leonor tiene un método estupendo para que lo distingas de inmediato y no te entretengas por ahí, buscando y buscando entre coches desconocidos y conductoras ajenas.
Suerte que ocurre en El Puerto. Si fuera en Sevilla tendríamos un conflicto. Yo sigo el mismo procedimiento para adivinar dónde he aparcado el coche...
ResponderEliminarHalaaaa, lo que le ha dicho.
ResponderEliminarSe lo recomendaré a mi hermana. La semana pasada, en el aparcamiento de un centro comercial, de esos de cinco plantas y 200 coches por planta, después de buscar unas dos horas, tuvimos que esperar a que se vaciara. Cuando no quedó ninguno, lo vimos en una esquina.
ResponderEliminarLa que te va a caer... Ánimo.
ResponderEliminarNo sé si la que se tirará a tu yugular va a ser la agraviada. De todos modos, tiene mucha gracia.
ResponderEliminarBueno, es legendario que las mujeres no saben aparcar. Aunque una persona como yo, que a los 25 aún no se ha animado a sacarse el carnet, no es el más indicado para decirlo. En todo caso, no sabía yo que ese mito se aplicaba también a las top intelligent women, pero por lo visto ya hay dos casos de que sí. Seguramente, la diferencia está en que la común de las mujeres no sabe aparcar, y para ellas, en cambio, es un método de planificación logística.
ResponderEliminarPlas, plas, plas... Por favor, no cambies ninguno de los dos.
ResponderEliminarOiga, ¿no se le ocurre pensar que todos los coches, menos el de su señora esposa, estaban demasiado pegados a la acera? ¡¡Machista!!
ResponderEliminarMe alegro de ver a un marido que se toma con tanto humor los despistes al volante de su señora esposa. El mío debería frecuentar más este blog para que se le pegue algo de tu flema británica, pues digamos que no le sentó muy bien la última vez que empotré el coche contra la puerta del garaje saliendo marcha atrás... Como en la anécdota aquélla de los partes de una famosa compañía de seguros de automóvil, "la puerta se puso en medio y...".
ResponderEliminarLas mujeres tenemos más cosas en la cabeza, como para estar en todos los detalles cuando vamos conduciendo. Bastante tenemos encima. Vamos, anda.
Lo de mi modélica paciencia tiene un punto de literario y otro, más gordo, de compensación con las que yo hago, que seguro que tu marido no. Mañana lo explicaré mejor.
ResponderEliminarEspero impaciente. Y un beso solidarizado a Leonor.
ResponderEliminarLa culpa es suya. El coche es como el caballo, no se presta a nadie. Aplíquese la culpa al contrario si la propiedad es de Leonor.
ResponderEliminarEso mismo hace mi santo. Comodísimo para localizar el coche desde lejos, oiga.
ResponderEliminarYo sé de una que si ve a una prójima conducir mal dice "mujeres al volante..." Las machistas somos nosotras, y a veces a mucha honra...
ResponderEliminarDuro. "Una lectora de tu blog" se va a enojar...
ResponderEliminarYa hablaremos en casa.
ResponderEliminarEs broma señores, soy jaime. Je, je.
La culpa de todo la tiene el coche..., y la calle también.
Adhiero a Inma: estás perdonado por el solo hecho de reconocer la originalidad de tu señora.
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