En la playa de Zahara, por donde paseo desocupado, los pescadores observan fijamente las olas, llevando una pequeña red entre las manos y —entre los dientes— un cabo. Procuran atrapar a unos curiosos peces, los buceles, que se acercan demasiado a la playa. De pronto, algún pescador lanza la red como un
frisbee, como si en una foto del
National Geographic. Normalmente no hay suerte y la recoge con el cabo y vuelve a escrutar las olas, como si nada. Yo miro a los pescadores mirar la orilla muy quietos, con una atención intensa, y pienso con envidia que si lograse observar el mundo así sería un gran poeta.
Pero enseguida me distraigo, y me echo a leer. Como a propósito, Rafael Cadenas, en el primer poema de su primer libro,
Una isla, recogido en
Obra entera (Pre-Textos, 2007), me ofrece estas palabras consoladoras y sin embargo ciertas:
SI EL POEMA no nace, pero es real tu vida,
eres su encarnación.
Habitas
en su sombra inconquistable.
Te acompaña
un diamante incumplido.
¿Quiere Ud. decir que basta con ver. O que el decir (legein)es función del ver (eidein)y que de no ser así es mejor callar, digamos, que "hablar por hablar"?. Estoy de acuerdo. Conozco poetas sin obra, porque los he visto mirar y ver, sin hablar: mi padre, sin ir más lejos.
ResponderEliminarUn saludo.
También nos consuela experimentar que casi cada vez que emprendemos el camino de la metafísica esté por ahí rondando algo que lo interrumpe, la intuición de la posible y lejana felicidad.
ResponderEliminarSer la encarnación de un poema que nadie ha escrito y que las estadísticas indican que nadie escribirá. Como nadie se enterará de todo esto, y qué más da, me quedaré aquí en la sombra a encarnar la vida. Gracias.
ResponderEliminarEl párafo primero es un gran proema. Y en cuanto a la idea de fondo de la entrada (incluido el poema), estoy de acuerdo. Alguien nos lee.
ResponderEliminarEl chestertoniano "es más poético enamorarse que ponerse poético".
ResponderEliminarPues está clarísimo que ése que ha mirado a los pescadores mirar, es un gran poeta.
ResponderEliminarAdemás del bucel que nos pescó el poeta, me gustaba, en el poema de R.Cadenas, el "Te acompaña/ un diamante..."; pero le añadió "incumplido" y adiós. Vaya jarro de agua fría.
Así que me parece mucho más consolador lo que dice Carlos RM. Que Alguien nos lee, a todos: incumplidos, en bruto o tallados con primor. El mismo al que intentamos leer.
Los diamantes te persiguen.
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