La gramática hace una confesión de narcisismo universal con eso de que la primera persona del singular es, indiscutiblemente, “yo”. Los ingleses, en el colmo de la sinceridad, se lo ponen en mayúscula y escriben un
number one (en números romanos incluso, que da más prestancia). A cambio o en consecuencia, cuando lo pronuncian se lamentan: ay. El egotismo es lo que tiene: duele. Yo, ay, algo anglófilo, lo sé por experiencia.
Brilliant.
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarOs agradezco mucho los elogios, aunque suben el ego y luego ay, ay...
ResponderEliminar"Los ingleses, en el colmo de la sinceridad, se lo ponen en mayúscula y escriben un number one": ¡Caray, qué hallazgo! Sí que es un yo de lo más individualista, y de lo más solo. A cambio o en consecuencia no cuenta, que ya se sabe que se empieza a contar a partir del dos.
ResponderEliminarY tienes razón, qué poco cortés la gramática. Quedaría encantadora la conjugación con el tú al principio: tú eres, yo soy, el es; tú te alegras, yo me alegro, él se alegra... Mucho más civilizada.
Brillant y muy bueno, já, já, coincido con dal e i.riñón y cb en los elogios.
ResponderEliminarPara mí que el ser poeta
-ay, ayai y ay y ay-
viene a ser (es lo que hay)
una especie de saeta.
A este oficio tan esteta
no va bien el Number One
pues ¿cómo va a ser que Juan
sea mejor que soy yo mismo?
Eso es necio narcisismo.
Los ingleses, qué sabrán....
ESPINELETE
Egoista: 1. Que no tiene la menor consideración hacia el egoismo ajeno. 2. Persona de mal gusto, más interesada en sí misma que en mí.
ResponderEliminarCon el I (y con el Ay) me va a pasar lo que con "Esta operación no tiene comisión": me acordaré de ti.
ResponderEliminarI take off my hat, de nuevo. Espero ver pronto estas ocurrencias en volumen. El trono de Cortázar peligraría.
ResponderEliminarJesús, me cortas...
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