Nada más alejado de mis gustos, en principio, que la obra de mi paisano Carlos Edmundo de Ory, exceptuando sus prodigiosos sonetos vivos, donde el molde le contiene un poco. Mi ideal poético es un discurso razonable en el que se producen inesperados rompimientos de gloria y el de Carlos Edmundo de Ory es una ametralladora de disparates... En la que inesperadamente se producen rompimientos de gloria, que desmontan (a medias) mis prejuicios. Así, el final del poema “Orinoco”, publicado en
El desenterrador de vivos (Galaxia Gutenberg, 2006), donde reflexiona (más o menos) sobre el hombre y la historia, en una línea (discontinua) que recuerda algo las
Futurologías de Ibáñez Langlois y ciertos
cantos de Pound:
Venirnos con que hay un Para un iso
[...]
yendo de gue en rra de rra en gue
Pero también están los grandes grandes
del ar de la poe de la músi
los profe los filó los matemá
¿Quién olvida a Beethoven quién olvi
las máximas de Heráclito quién ol
la llamada María de Magdala
o esa otra mujer la Cleopa?
Y algunos de los aerolitos ( así llama a sus aforismos) publicados en la misma antología:
El Bien y el Mar.
El hombre es un misterio estropeado.
Decir que las mariposas son animales es un insulto a las mariposas.
Verte que te quiero verte (homenaje a Federico)
Los cuatro 'aerolitos' son realmente muy buenos.
ResponderEliminarNacer en una casa de la Alameda, con vistas a la balaustrada, para ser tan oscuro, cosas de Cai.
ResponderEliminarYa que citas Soneto vivo, aquí va este:
ResponderEliminarY voy a ver si puedo hablar mejor
en estas líneas que construyo en lo alto
de mi ser esta noche estando falto
de tantas cosas y de tanto amor.
Voy a ver si me puedo dar calor
con un soneto voy a ver si salto
la noche triste y luego vuelvo suelto
otra vez a mi ser sin ser dolor.
¿Alguien oye? Bien sé que no sabrás
hablar mejor para que te oiga un hombre
hablar de ti con una pena viva.
Sólo tu voz te oye y nada más
la sombra que te sume no te asombre.
Eres hombre y la sombra te reciba
¡Un voto para el de las mariposas!
ResponderEliminar¡¡¡Me gusta el cuarto aerolito!!!
ResponderEliminarA mí eso tan sencillo de el bien y el mar me ha encantado. Y me gusta también la mirada bondadosa del barbero; en casi todas partes (y, desde luego, en todas las personas) hay algo bueno.
ResponderEliminarTú sí que eres bueno, Carlos. (Fdo. El barbero)
ResponderEliminarEn vista del éxito de público y crítica leeré y barbearé el libro de los aerolitos de Ory, que recuerdo estupendo.
Pero no quiero despedirme sin llamar la atención sobre los versos escogidos de "Orinoco", a los que no habéis hecho ni puñetero caso, las cosas como son. Ese dejar las palabras a medias (los poe los musi los filo etc), más que un juego, me parece a mí que señala a la esencial imperfección incluso del arte más grande grande, que se estira, pero que no acaba de llegar a la plenitud. Y es muy bonito, ¿no?
En efec es muy boni.
ResponderEliminarcreo que eres tú el que ves eso: lo bonito es tu interpretación.
ResponderEliminarPara juegos de palabras de este tipo, me gusta el hiperbreve de Ana María Shua: Huyamos, los cazadores de letras están aqu
ResponderEliminarEnorme microcuento. Gracias, Juan Antonio.
ResponderEliminarDe nada, Enrique; en mi blog he puesto otro, en la entrada de "novelas de móvil", como contestación a tu comentario. Seguro que también te/os gusta.
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