Os voy enlazando uno tras otro como perlas de un collar. No quería ser tan poética en este comentario, pero como sois amantes de haikus y demás bellezas literarias, creo que me lo perdonarás. Un gusto leerte. Mery
Me habéis confundido con el mendigo del haiku y me dáis la limosna de vuestra comprensión y cariño. Muchas gracias. ¿O no me habéis confundido? Más gracias aún.
Me has hecho acordar (uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amò la vida, dice un canto por ahí no recuerdo bien dónde) a Adán Buenosayres tratando de escapar del mendigo Polifemo (Libro segundo, I).
Oui, es exacta e inolvidable la referencia a Polifemo. Solo que el omnisciente ciego no necesitaba perro, se daba abasto solo... (Hay que andar kilómetros de libro para encontrarlo y temblar de pies a cabeza con Adán, pero vale la pena)
Poniéndonos tremendos, nos tendrían que ladrar todos los perros, pero por suerte nos comprenden.
ResponderEliminarQué bueno. Intento esbozar una explicación genérica:
ResponderEliminarCuando caminas
tus culpas y miserias
vas arrastrando
Excusatio non perrita...
ResponderEliminarIntentaré darle la vuelta...
ResponderEliminarAun mereciéndolo
no me ladra ese perro.
Es casi humano
Taladra el perro
ResponderEliminarcon su ladrido
mi monedero.
Bueno, yo me preocuparía más si en vez de ladrarme, me suelta un relincho.
ResponderEliminarLo sabe porque te conoce. Si desprecias al perro del mendigo te ladará.
ResponderEliminarOs voy enlazando uno tras otro como perlas de un collar. No quería ser tan poética en este comentario, pero como sois amantes de haikus y demás bellezas literarias, creo que me lo perdonarás.
ResponderEliminarUn gusto leerte. Mery
Ojos brillantes
ResponderEliminarde amor y celo.
Amor de perro.
Reladramiento:
ResponderEliminarAvisa al amo,
sabe que tienes perro:
manos que dan
Me habéis confundido con el mendigo del haiku y me dáis la limosna de vuestra comprensión y cariño. Muchas gracias. ¿O no me habéis confundido? Más gracias aún.
ResponderEliminarQué genial.
ResponderEliminarMe has hecho acordar (uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amò la vida, dice un canto por ahí no recuerdo bien dónde) a Adán Buenosayres tratando de escapar del mendigo Polifemo (Libro segundo, I).
¿Por qué no escribe
ResponderEliminarEnriquegarciamáiquez
su nueva entrada?
Precioso Guaiku.
ResponderEliminarMe ha recordado tu haiku a las primeras páginas de Humillados y ofendidos. Muy bonito.
ResponderEliminarOui, es exacta e inolvidable la referencia a Polifemo. Solo que el omnisciente ciego no necesitaba perro, se daba abasto solo... (Hay que andar kilómetros de libro para encontrarlo y temblar de pies a cabeza con Adán, pero vale la pena)
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