Además es una botella virtual que navega por un océano donde la pescamos cada vez que queremos los navegantes de la modernidad. Y es una botella mágica, porque pueden leer su mensaje miles de personas a la vez, y desde cualquier rincon del mundo. ¡Es ubicua!
Sí. Pero aquí quien lanza la botella no pretende lo que el náufrago: que lo salven; sino salvar (de la falta de reflexión sobre los mil aspectos de la vida).
...y los comentarios son las lapas, algas y demás vida acuática con que nos vamos adhiriendo a tu travesía transatlántica, haciendo post-stop.
ResponderEliminarAdemás es una botella virtual que navega por un océano donde la pescamos cada vez que queremos los navegantes de la modernidad. Y es una botella mágica, porque pueden leer su mensaje miles de personas a la vez, y desde cualquier rincon del mundo. ¡Es ubicua!
ResponderEliminar...y es una botella de náufrago a náufrago.
ResponderEliminarSí. Pero aquí quien lanza la botella no pretende lo que el náufrago: que lo salven; sino salvar (de la falta de reflexión sobre los mil aspectos de la vida).
ResponderEliminarGracias, Anónimo, pero seré sincero: este náufrago también pretende salvarse.
ResponderEliminarY requetegracias, CristinaB.
genial Enrique, Borges estaría orgulloso de ti!!!
ResponderEliminarPues si, una botella que se va llenando de réplicas en otros pequeños papelitos.
ResponderEliminarBonita metáfora, Enrique