Los demonios del diarista no son ni su trabajito de hormiga, cada día un trocito, y al otro día otro trozo, y otro al otro; ni que la cigarra, en vez de cantar lo suyo, le cante las cuarenta con un queme extraño. Eso está bien y él lo ha querido.
Su única maldición consiste en pensar que, cuando no se le ocurre nada, no le ocurre nada. Confundir la falta de inspiración con la de respiración. Olvidar que el interés de su día no depende del interés de su diario.
Interesante reflexión Enrique, los que disfrutamos con la escritura, que muchas veces hemos dejado la vida por la escritura, no deberíamos perder el sentido (de la vida y de la escritura) y recordar que la vida es antes que la escritura. ¿ O no?
ResponderEliminarHola, Enrique.
ResponderEliminar"Cuando no se le ocurre nada, no le ocurre nada" en su vida. Esta frase te ha salido perfecta. Es un drama que ocurre en el blog, pero no sólo en el blog: los que no somos de mucho hablar a veces tenemos la impresión de que es porque nuestra vida es poco aprovechada.
Mejor que te ocurra en el blog que en la realidad, me parece.
Por otro lado, en su primer libro (1849) Thoreau dijo algo complementario:
ResponderEliminar"No es fácil escribir en un diario lo que nos interesa a cada momento, pues escribirlo no es lo que nos interesa."
Saludos desde la soleada Murcia...
Ojalá todos podamos ser tan lúcidos como tú.
ResponderEliminarPero dios no hizo a todos iguales.
Donde hay, hay, ahí.
Un abrazo.
Jo, esa cita, Andoni, es la que necesitaba para explicarme mi dimisión del diarismo, tiempo ha. Es como una forma fina (de formas y de mirada) de decir pereza.
ResponderEliminarEstoy con Beades, esto es, con Andoni, o sea, con Thoreau, qué cita, tan verdadera como inquietante (para el diarista, claro).
ResponderEliminarPero lo mejor es que, pese a lo que dice, Thoreau escribió un diario que no cabe en catorce volúmenes...
ResponderEliminarLa cita la saqué de la antología Escribir, publicada por Pre-textos.
Oye, Murcia estupenda, y más en el Día del Libro. Hasta pude hacerme con un ejemplar de 2001, qué maravilla.