jueves, 1 de octubre de 2009

Ensayo sobre la memoria

En Poesía Digital sale un estudio mío sobre El contenido del corazón y la forma del poema en prosa, que sólo interesará a forofos (no es breve, aviso). En cambio, ¿a quién no interesa el espléndido ensayo sobre la memoria que en ese libro va haciendo Luis Rosales. Véase:
Todo recuerdo verdadero es igual que una resurrección y repentiza de nuevo, nuestra vida.
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Tal vez sería preciso que colgáramos los recuerdos de las paredes del corazón como en el templo cuelgan los exvotos.
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Tenemos que sobrevivirnos, puesto que no hay ninguna posibilidad vital que no descanse en el pasado.
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[…] las cosas enterradas en nuestro corazón aprenden a nacer porque quizá, en ese instante mismo, Dios las está diciendo, las está recreando para nosotros.
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Mira, Gerardo, el recuerdo es la única alegría que no se acaba nunca.
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En la memoria del corazón todo tiene un valor imprevisible.
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Los años se van haciendo cada vez más parvos y es necesario recoger hasta las limaduras del recuerdo.
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Nadie sabe hasta dónde puede llevarle la memoria cuando se entrega a ella.
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En el recuerdo todo vuelve y nada se repite.

6 comentarios:

  1. "En el recuerdo todo vuelve y nada se repite." ¡Toma ya!

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  2. "De las cenizas del dolor y del rescoldo del recuerdo".
    Bello, proemeta, muy bello.

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  3. Yo me quedo con "el recuerdo es la única alegría que no se acaba nunca". Claro que las demás también valen su peso en recuerdos...

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  4. Los años se van haciendo cada vez más parvos y es necesario recoger hasta las limaduras del recuerdo.

    ¡Ay, cómo será!

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  5. ¡El recuerdo es la única alegría que no se acaba nunca! ¡¡¡Qué gran verdad!!!
    Gracias por tu generosidad, Enrique.

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