miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mea culpa

Lo advertía Agustín de Hipona y a mí me costaba creerlo, hasta que con los años no me ha quedado otro remedio. Decía el santo que sólo vemos en los demás los defectos que tenemos nosotros. Si yo he detectado el egocentrismo constitutivo de Zapatero, es porque cojeo de eso, que me temo que es mi único centrismo.

Así las cosas, sólo tengo una excusa por acusar a alguien de un defecto que también es propio: yo no me he metido a presidente de todos los españoles y escribo, por mi cuenta y riesgo, poesía lírica, precisamente, y un blogg-diario que podéis leer o dejar de leer con un simple click de más o de menos, y unas columnas de opinión (la mía) que compartiréis o no, como es lógico.

4 comentarios:

  1. Anónimo10:53 a. m.

    La comparación es impertinente: el muro fue derribado, no cayó por la fuerza de la gravedad; Franco en cambio desapareció por la fuerza de la gravedad de su enfermedad. No hay ue ser franquista para ver la diferencia.

    ResponderEliminar
  2. Egocentrismo más una buena dosis de rojocentrismo y otra de infantilismo.
    No sabe ver el mundo sin sus anteojos de los buenos y los malos, los míos y los otros: Los suyos, los que justificaban antes el terrorismo y han negociado después con él, son los güenos.
    Por eso, cuando se encuentra con el reproche vivo de Irene Villa sólo se le ocurre esa patochada de niñato, que es como decir: "Pues anda que los tuyos".
    Lo mismo con lo del muro que levantaron sus amigos, los del puño en alto: Cuando se ve en el podio, vaya papelón, obligado a celebrar el derrumbe de los regímenes marxistas, suelta esa otra memez, que significa: "¿qué lucha por la libertad ni qué niño muerto? ¿qué muro ni qué no muro?Para lucha por la libertad, la nuestra, que para eso somos los güenos; y para muro el vuestro, peazofranquistas, que eso es lo que sois".

    Lo malo del presidente "de todos los españoles" no es que nos cuente su vida ejemplar por capítulos, sino el tufo doctrinario repelente de todas sus manifestaciones. Que le aplauden a rabiar sus 600 asesores, no lo dudes.

    ResponderEliminar
  3. Ay, anónimo, qué rabia no haber comentado también yo en el artículo esa cosa de la fuerza de la gravedad tan bien dicha. Gracias.

    Y sí, CB, también es rojocéntrico a rabiar. Pero eso ya no es tan ridículo y cargante como los capítulos de su vida.

    ResponderEliminar
  4. ¡¡¡Peazofranquistas!!! Me encanta el neologismo de CB.
    Y tienes más razón que un santo, Enrique. Peazo de ego que hemos alumbrado, peazo de ego subido al podio de la patria nuestra... Miré los muros de la patria mía, ¡¡¡atenazados por los malos malotes peazofranquisrtas!!!

    ResponderEliminar