Como en las canciones que están poniendo a toda pastilla, en la fiesta te dedicas a repetir tu estribillo (“Me alegro mucho de verte--sí, hemos venido desde el Puerto--qué bien estás--¿sabes que estamos embarazados?”) a unos y a otros y a diestro y a siniestro y de frente y por la espalda: “Me alegro mucho de verte--sí, hemos venido desde el Puerto--qué bien estás--¿sabes que estamos embarazados?” Y como las canciones tontas de nuestra época, que están poniendo a toda pastilla, el hecho te llena de una efervescente felicidad (y de cierta afonía).
Hablando de afonía, aunque triste, este artículo del fracaso, para los muy forofos.
ResponderEliminarA mí me gusta mucho el artículo, pero es que yo soy muy forofo.
ResponderEliminarCuando estábamos "embarazados" de mi hija María era igual (mi mujer no tanto) pero yo no cabía de gozo de saber que iba a ser padre. Recé tanto, no solamente por tener a mi hija, sino por tener a mi mujer que su embarazo me pareció lo más maravilloso del mundo.
ResponderEliminarEl QUIMICO
A mí también me gusta mucho, pero no sólo porque soy muy forofa.
ResponderEliminarOh, muchísimas gracias. A mí también me gusta el artículo, ojo, claro que a forofo no me gana nadie, me temo. El tono (¿afónico?) que habéis percibido en el enlace no era contra el texto en sí, sino quizá porque siempre da un poco de vergüenza reconocer el fracaso propio (por si suena a presunción).
ResponderEliminarY al Químico decirle que me acompaña mucho. A veces, me da miedo estarme volviendo un poco monotemático. Abrazos.
El otro día os vi una foto embarazados y estupendos. El artículo es muy verdad, desgraciadamente.
ResponderEliminarUn abrazo Enrique.
ResponderEliminar¡Hay mucho arte en tus palabras!
Muy bueno todo, Enrique. Soy forofa, pero es que el artículo -objetivamente- te ha salido bordado.
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