Ante una fiesta, y más cuanto más grande, el giradiano se pregunta dónde está el sacrificio. Si la fiesta es una boda, la pregunta es inquietante. Que entren dos y salga un cuerpo solo, o en camino de hacerse, es un milagro, pero a uno le cuesta trabajo verlo como un sacrificio, la verdad. Con todo, sacrificio tiene que haber y el sacerdote, por si cupiesen dudas debajo de un crucificado enorme, avisa al marido de que habrá de amar a su esposa como Cristo amó a su Iglesia, nada menos.
Lo que se sacrifica en una boda, pensé (a medias con Chesterton y su Superstición del divorcio) es la libertad futura, la posibilidad de ir amando a todas las mujeres, que se lo merecen. O sea, escoger a una entre todas las mujeres (aquí, un oportuno toque mariano). No es pequeño sacrificio, aunque sea gozoso. Por eso se merece una celebración por todo lo alto.
Cuando no se hace el sacrificio en serio, no viene a cuento la celebración. Al menos desde el punto de vista de un girardiano irredento. No fue el caso, y lo pasamos de miedo.
¡Bravo! Guárdalo bien para la próxima recopilación.
ResponderEliminarMuy bueno. Y para pensar eso de: "Cuando no se hace el sacrificio en serio, no viene a cuento la celebración".
ResponderEliminar(Casi al margen te dejo una copla de Eduardo de Ens:
Puede el hombre muchas cosas
pero una sólo Dios:
crear por amor dos seres
y hacer uno de los dos.
)
Querido NGG, contra mis tolerantes costumbres, no me ha quedado más remedio que censurar tu comentario. Manejas demasiada información privilegiada y personal, que a saber de dónde la has sacado. Un saludo.
ResponderEliminarHabría que considerar también lo que sacrifica la novia, ¿no? (Para la recopilación.) Un abrazo.
ResponderEliminarLa novia lo mismo, más o menos. O más, si nos podemos igualitarios.
ResponderEliminarMe gustó mucho, JI, la copla de EdE. Gracias.
Ah, NGG, ya desvelé (con ayuda fraterna) tus siglas y dejó de intrigarme tanta información. Gracias por visitarnos.
Gracias, Dal, por los ánimos y por todo.
Sencillamente genial.
ResponderEliminarUna forma de verlo muy realista que otorga a la boda una grandeza especial. La propia de las grandes gestas.
Gracias por abrirme nuevas perspectivas.
Yo creo que la novia sacrifica, no tanto el hecho de amar sólo a uno (que tb), sino quizá el dejarse amar sólo por uno. Me parece muy bonito entrever el sacrificio girardiano en las bodas.
ResponderEliminarYa verás cuando se lo cuente a nuestro sobrino, F.L de Artieta! J