Voy a incumplir, por más que me estoy pasando el puente currando como un loco, los plazos de entrega de dos trabajos con eiditoriales serias e importantes. Antes que nada: Carmen es inocente. Este verano me lo pasé dando vueltas a
Con el tiempo sin cabeza, casi, para otra cosa, y ya para el otoño no doy abasto. Voy a quedar, me reprocho amargamente, como un carretero. Pero, ¿no se decía "como un cochero"? ¿Me habré confundido porque soy de pueblo? ¿O es mi subconsciente, para acabar recetándome, digo, recitándome este ansiolítico de Alberti:
...........PEÑARANDA DE DUERO
¿Por qué me miras tan serio,
carretero?
Tienes cuatro mulas tordas,
un caballo delantero,
un carro de ruedas verdes,
y la carretera toda
para ti,
carretero.
¿Qué más quieres?
Y luego hay quien se pregunta para qué sirve la poesía. Uf, qué paz, por fin.
Ay, Enrique... ¡me estás contando mi vida!
ResponderEliminarO sea, que vas a quedar fenomenal, adelante con los faroles.
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