No, no te sea leve la tierra en que reposas
ni tampoco tranquila. No estás acostumbrada.
Que retumben en ella cada día más firmes
los pasos de tus hijos y el ruido de sus risas.
No la llegué a conocer, o tal vez no me acuerdo, porque hace tanto tiempo que no vivo en Cádiz... Pero, qué versos. Con ellos ya me parece haberla conocido desde siempre y lamentar su pérdida.
Muchas gracias. Me ha confortado que voces tan autorizadas hayáis aprobado estos versos. No quería ofrecerle nada que no estuviese bien. Un abrazo grande.
Quertido Enrique: Bello poema para Cristina que disfruto doblemente: por su calidad literaria y por lo que encierra de cariño a ella, a quien quiero (así, en presente porque la siento aquí)y admiro mucho porque la he conocido desde que nació y fue un regalo del cielo. Un abrazo
Que así sea, Enrique, y que sus familiares, amigos y vecinos sepamos estar a la altura.
ResponderEliminarHermosos versos, Enrique. La poesía a veces sirve para poner palabras donde no las hay capaces de expresar una emoción.
ResponderEliminarPrecioso epitafio.
ResponderEliminarDescanse en paz.
EMOCIONANTE.
ResponderEliminarNo la llegué a conocer, o tal vez no me acuerdo, porque hace tanto tiempo que no vivo en Cádiz... Pero, qué versos. Con ellos ya me parece haberla conocido desde siempre y lamentar su pérdida.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me ha confortado que voces tan autorizadas hayáis aprobado estos versos. No quería ofrecerle nada que no estuviese bien. Un abrazo grande.
ResponderEliminarAmén.
ResponderEliminarMe parece muy bueno el epitafio, Enrique, intenso y emocionante.
ResponderEliminarQuertido Enrique:
ResponderEliminarBello poema para Cristina que disfruto doblemente: por su calidad literaria y por lo que encierra de cariño a ella, a quien quiero (así, en presente porque la siento aquí)y admiro mucho porque la he conocido desde que nació y fue un regalo del cielo.
Un abrazo