Propone Suso que engorde un poco en solidaridad con mi embarazadísima mujer. ¡Qué deliciosamente ingenuas son estas amistades virtuales! Nadie a doscientos kilómetros a la redonda me diría eso, porque no hace falta, ay, decirlo. Y encima no he llegado a este estado por solidaridad, sino por glotonería. Si hasta me como los rotuladores…
Con todo, Suso, se agradece.
Decía Jaime Campmany que escribir engorda. Por si sirve de consuelo, más que nada.
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Claro que consuela, Alfaraz, porque es verdad y Campmany predicó con el ejemplo. Muchas gracias.
ResponderEliminarY esa mano puesta ahí en la barriguita, como lo hacen las mamas para palpar a su bebé. ¡Pero Enrique, hombre, si te estás solidarizando sin darte cuenta, por mímesis conyugal!
ResponderEliminarTampoco es para tanto, Enrique. Digamos que eres un señor rotundo.
ResponderEliminarSeñor rotundo: el tiempo y el espacio, respectivamente.
ResponderEliminarVenga, Enrique, un respeto a los profesionales de esto... Hay que esforzarse más.
ResponderEliminarEsa tripita hay que desarrollarla un mucho más para estar a la altura de la solidaridad embarazoconyugal.
En eso sí puedo yo dar clases...