Vaya salida para la carrera de este curso. Me llaman: se acaba una colaboración muy rentable que tenía; recibo la carta de una conocida donde cuenta que prescinden de ella (temporalmente (ojalá)) en su editorial, pongo las noticias y hablan de más horas para los profesores de secundaria y más vigilancia de la inspección. Miro por la ventana... ¡y llueve! Menos mal, la lluvia ha sido siempre un gran consuelo y una fuente de felicidad. El curso promete y, a la vista de lo que promete, esperemos que haga como en los años precedentes y no cumpla.
Coincido con tu adicción a la lluvia. Será, en parte, porque está por encima de todas las cosas.
ResponderEliminarÁnimo; al final, no siempre escampa.
ResponderEliminarÁnimo; al final, no siempre escampa.
ResponderEliminar¡Ánimo! Que eres el mejor. Y lo de la lluvia tiene su poesía y todo eso... pero no sé que hacer con los niños que me tienen frito...
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