Ahora que, advirtiéndonos del Adviento, llegan los anuncios de perfumes, es un buen momento para poner al día mis observaciones u olfativaciones. Ya sabía yo que hay de todo: los perfumes exóticos que marean; los malos que espantan; los leves,
aleves… Pero el otro día en una cafetería comprendí lo más importante: un perfume
demasiado bueno es un problema añadido. No lo lleva la mujer, sino que ésta
acaba siendo llevada por el propio perfume. Parece un juego de manos literario…
hasta que se ha olido. Es una sensación absolutamente real. Esto complica mucho las cosas, desde luego. Quizá no queda
más solución que probarse el perfume y preguntar a alguien con sensibilidad y, más
difícil aún, con sinceridad: ¿quién manda, el perfume o yo? ¿Quién lleva a quién?
Tooooa ya!!! EGM hablando de perfumes! Esto lo linkeo en Makimarujeos de una hobbit pija!!!
ResponderEliminarToma ya, quería decir.
ResponderEliminarjeje bueno asi te pones a tono con los perfumes :) y que bien que ya llega diciembre.
ResponderEliminarQue bueno lo de los perfumes leves y los aleves...
ResponderEliminarEs muy complicado el tema. Y si lo que piensas es probártelo tú para regalárselo a ella, doblemente o triplemente complicado. Porque no huelen igual en todas las personas, y porque a ver dónde vas tú oliendo a lilas y a jazmín...
Hay uno de Prada que usa una compañera del trabajo, que en las reuniones nos pegamos todos por sentarnos cerca y que va dejando una estelilla así como suave y misteriosa, que a mí me tiene loca. He conseguido con mucho esfuerzo que me diga que es de Prada, a ver si consigo que confiese del todo. Ya te diría para que lo olfatisquees.