Lo peor del escritor autobiográfico es
que realiza un trabajo utópico. Nunca acaba uno de desenmascararse. Te quitas una careta y, al poco tiempo, te descubres
otra nueva, y te preguntas cuándo llegarás a tu yo y, sobre todo, a quién encontrarás allí, a quién. Así, me pensaba muy entregado a la voluntad de Dios y siempre
que nos ocurría algo, bueno, malo o regular, exclamaba, suspiraba o chasqueaba:
"Que sea lo que Él quiera"; pero de golpe y porrazo he caído de otro de mis
caballos. Yo lo que soy es un estoico de tomo, cruzado con un hedonista de
lomo, un paganazo, pues, de tomo y lomo. Para poder decir "Que sea lo que Dios
quiera", un cristiano tiene que sacudirse (literalmente) su placentera pereza de verlas venir y hacer él lo que sabe de
sobra que Dios quiere que haga. Y si no, pues no vale.
Pon tu mirada en el Señor; Él te dará la fuerza necesaria para levantarte.
ResponderEliminarUn saludo
Caty
Qué bueno.
ResponderEliminarGracias.
Viene bien aquí una frase de nuestro 'léxico familiar' (salió el otro día también): "Si no hay lomo, de todo como".
ResponderEliminarDios te pague, Suso, ese don que tienes de jalearme las entradas cuando más lo necesito.
ResponderEliminarMe lo merezco, Ángel. Cuando tecleaba lo del tomo y lo del lomo pensaba "uf, ¿qué pensará de esto Ángel?". Telepatía y léxico familiar.
Y desde luego, Caty. Eso es lo fundamental. Gracias.
Y Dios te pague a ti la oportunidad que me das para hacerlo.
ResponderEliminarGracias, Enrique.
ResponderEliminarAsí es, tenemos toda una cuadra.
Buenísimo lo del el cruce estoico-hedonista, aunque no te me vas de la cabeza con túnica y sandalias, un librote en una mano y una buena caña de lomo en la otra.
Es que lo del tomo y el lomo, leído a lo cb, sí que me desenmascara: el libro y la caña. Uf, que veo que tampoco se me va a ir a mí de la cabeza.
ResponderEliminarja, ja. Qué bueno: el Que sea lo que Dios quiera, es casi un... que lo haga Él, que lo hará mejor.
ResponderEliminarLa próxima vez que lo diga, me acordaré de tí. jgm
Un poeta admirado también escribió sobre eso, claro:
ResponderEliminar...Mi secreto
al contarlo
da paso a otro secreto
y a otro secreto cada vez más hondo.
Siempre queda algo -no se qué- que no se alcanza. Será eso lo que soy.
;-)
BB
Lo que tiene ese poeta es un lector admirable. Muchas gracias.
ResponderEliminarMe he acordado de un trabalenguas de Santo Tomás de Aquino, que entre tanta página de Summa, tenía que haber de todo -no me extrañaría que incluso hubiera más de un haiku-:
ResponderEliminarDios no quiere que queramos lo que Él quiere; Dios quiere que queramos lo que Él quiere que queramos.
Me ha encantado. Gracias. (y lo de la caña de lomo me ha abierto el apetito...)
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