Son célebres los versos de Mimnermo donde pide:
Ojalá que sin enfermedades ni penas angustiosas,
a los sesenta años me alcance la muerte fatal.Y muy celebrada por todos ha sido la contestación del sabio Solón, un poco mayor que él :
Pero si aún ahora me atiendes, suprime ese verso,Yo creo que la contestación de Solón tampoco es tan graciosa como se corea, si exceptuamos ese "si aún ahora me atiendes" dirigido al joven que ya es famoso. La verdadera gracia de la cosa estaba ya en el propio Mimnermo, que se había pasado la vida cantando a la juventud y despotricando de la vejez. Así:
y no te enfades, porque yo medité mejor que tú.
Conque cámbialo, poeta gentil, y así canta:
«Que a los ochenta años me alcance mi destino mortal.»
... pues tan pronto llega la tristeY así:
vejez, que hace al hombre feo y malo a la par,
sin cesar le consumen el alma los viles cuidados,
ya no se alegra mirando a los rayos del sol,
los muchachos le odian, lo vejan también las mujeres.
... después que esa edad del hombre ha pasado, sin dudaY así:
que estar muerto resulta mejor que vivir.
Ni el propio padre, tan pronto cambia de edad, por muy belloY así:
que fuese, le inspira a un muchacho cariño ni estima.
Zeus le dio un mal a Titono, vejez perdurable,Y así:
que asusta incluso aún más que el horror de morirse
Lo mismo que un sueño, dura un tiempo muy breveYa ven, este romance tan apasionado de Mimnermo con la breve juventud preciosa, la flor de la edad y la rauda primavera, Afrodita de oro, etc.; y luego, ay, el mismo Mimnermo, hasta los 60 nada menos quería vivir. Qué pillín.
la juventud preciosa; y la triste y deforme vejez
pende enseguida encima de nuestra cabeza,
hostil a la vez y canalla, que cambia la faz de los hombres
y, abrazándolos, daña su vista y su mente.
Pero se lo celebro hoy por todo lo alto (como un cumplido consuelo) en el día de mi cumple: ¡todavía me quedan 17 años (¡toda una adolescencia!) de alegre juventud!
Aunque poniéndonos más solonómicos, ya puestos a corregir a Mimnermo, yo preferiría, y que no se me enfaden ninguno de los dos poetas gentiles, llegar a los 90, o incluso un poco más. Como logre apagar todas las velas, pediré de regalo el día de mi muerte: el 14 de junio de 2061.
Por amor a la vida, lógicamente, y al 3 y a la buena compañía y a los números redondos. Cumpliría aniversarios con Jorge L. Borges (75 años después) y con Gilbert K. Chesterton (125 más tarde), nada menos. Qué ilusión más gorda. A ver si aguanto.
Felicidades!: Ojalá que
ResponderEliminarrodeado de nietas y de libros,
a los noventa años te alcance una muerte venial.
j.
Felicidades, jovencito cuarentón.
ResponderEliminarMuchas felicidades (y que no te engañen los clásicos -al menos en el tema de la vejez mira que eran pesimistas).
ResponderEliminarGracias mil. Con la vejez sí que eran pesimistas, Ángel, pero para compensar mira Mimnermo: ¡se es un muchacho hasta los 60! Así se tiene tiempo de sobra para cantar los encantos de la adolescencia y la edad primaveral.
ResponderEliminarFelicidades. Muchas felicidades. Y, como pensaba León XIII, no pongamos tope a la generosidad de la divina Providencia.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
Jilguero.
No todos, no todos los clásicos eran tan pesimistas en el tema de la edad. Hay una anécdota, creo que de Isócrates (que el sabio Ángel Ruiz me corrija si no es él) que, con noventa y tantos (creo que murió a los 98), habla de pasada de un tema en uno de sus tratados, y promete ocuparse más por extenso de él en un libro futuro. ¡Bien por Isócrates -o por quien fuera!
ResponderEliminarTú meditaste mejor que los dos juntos.
ResponderEliminar¡Muchas felicidades! ... y que cumplas muchísimos más.
Feliz cumpleaños, Enrique. Te mando un gran abrazo. Recuerda que los 100 son los nuevos 60.
ResponderEliminarFeliz cumple, Enrique.
ResponderEliminarFelicidades. Que lleques a la edad que deseas, y los demás lo veamos para celebrarlo. Domingo V.
ResponderEliminarMuchísimas felicidades, Enrique. Un abrazo desde la Villa.
ResponderEliminarFeliz cumpleaños.
ResponderEliminarBueno, ya es redundante pero yo también quiero felicitarte. Y por amor a la vida cumple otros tantos y disfruta y piensa y haz bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felicidades, Enrique. BB
ResponderEliminarMuchas felicidades aunque llegue tan tarde.
ResponderEliminarYo deseo que se te conceda el deseo. Pon de tu parte: cuídate.
Pero como dice Jilguero que dice León XIII no pongas topes.
Nada redundante, querido Piquero, y muchísimas gracias a todos. Habrá que cuidarse un poco, efectivamente, y ¡viva León XIII!
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