En cambio, qué bien maneja sus mayúsculas Dante. Las que pone en el dintel de la puerta del Infierno. Por supuesto, imitan la grafía con la que se graban esas cosas en el mármol, pero a la vez (Dante, "ese tacaño de las palabras", todo lo aprovecha para cuatro o cinco cosas) está resaltando su importancia, su importancia arquitectónica dentro de la Comedia, y su pretensión de grabárnoslas bien en la memoria, y de gritárnoslas. Muy mayúsculas mayúsculas, en suma.
Un artículo de vértigo, Enrique. Llevo toda la tarde con él, y cuanto más lo leo, más vértigo.
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