jueves, 5 de abril de 2012

Retorno a Tejada


Como tenía que escribir "Cuidemos este pregón", he vuelto a leer Cuidemos este son de José Luis Tejada. Qué de cuidados hemos de gastar, aunque el son se cuida solo: 


Tú misma me lo decías:
que no te quisiera tanto
que no te lo merecías.

*

Pa qué cierras la ventana,
si detrás de los visillos
se te está viendo la cara.

*

Descubrí que me querías.
Ni lo entendí al descubrirlo,
ni lo entiendo todavía.

*

Lo que una vez fue verdad
lo sigue siendo por dentro
por toda la eternidad.

*

Es la vida,
decimos y nos marchamos
cada uno con su herida.

*

Tú me dijiste que no.
Fue con la boca chiquita,
no supe entenderlo yo.

*

Anda despacio
como una reina
por su palacio.

*

Amanecía.
Su mano abierta
sobre la mía. 

[En lecturas anteriores, había pasado éste por alto y subrayado, en cambio: “Várgame Dios, / qué consecuencias / tiene el amor!" Mejoro de gusto, creo, y de amor por la sugerencia.]

*

Se bañó.
En medio del mar bravío…
quien una vez se bañó
ya no se baña en un río
ni por equivocación.
Y ese ha sido el caso mío.



3 comentarios:

  1. Madre mía, Enrique, a este paso, además de los "Ambos mundos" va a hacer falta un tercero para que quepa tanto artículo. ¡No doy abasto!

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  2. Ay, madre, cuánta razón tienes. Perdonadme la grafomanía. No puedo ni prometeos que no volveré a hacerlo.

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  3. gatoflauta9:28 p. m.

    Lo que debes hacer, sugiero, es excusar (o razonar) tu presunta grafomanía con otra entrada, o un artículo. Y recordar, antes de calificarte de grafómano, que hubo Lopes de Vega en el mundo. Tranquilidad, pues.

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