No bebí apenas nada, pero en la cena de ayer gasté dos o tres bromas que esta mañana, que he amanecido un tanto severo y rígido, punzan en mi cabeza con muy malas ideas. Lo mismo ocurre con los juegos de palabras: a la mañana siguiente, más espeso, siempre te arrepientes. En el artículo de hoy (los puntos y apartes me los debe de haber confiscado Hacienda) el juego de manos de "la reversión de la inversión y la consunción del consumo" me los podría haber ahorrado. ¡Para algo que podía ahorrar!
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