miércoles, 5 de septiembre de 2012

Hoy en cambio me despertaron estos versos:


Me imagino invocándote 
bajo el nombre de Alá 
o de Zeus, pasando por la X, 
pero amándote siempre: o cara a Cara 
o Tú con tu antifaz.

Se ve que no tengo carácter de ateo ni de agnóstico de base.  Ya despierto, concluí, explicándome el sueño versificado:

Me di ayer noche un atracón de estrellas  
y por eso, quizá,
siguiendo en sueños la línea de sus puntos
he entrevisto tu Rostro y he caído
de rodillas, en posición fetal.

2 comentarios:

  1. Cómo me emociona esta hondura vestida de ironía, pero sobre todo de humildad certera, casi franciscana

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  2. Anónimo2:05 p. m.

    La primera vez que ley tu poema no me gustó su cierre (en posición fetal) pero, como a los vinos,a la poesía añeja hay que dejarla respirar para que tenga cuerpo, en este caso, sentido. Ahora, tras volver a leerlo, en esa "posición fetal" entiendo la inocencia del "sed como niños" y la humildad infantil de quien acepta la grandeza de Dios manifestada en sus obras. Por eso, ahora, esa conclusión me parece un acierto.

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