No sé si saldrá en el periódico este comentario que envié: "No hay que extrañarse: el oficio de los políticos que tenemos es mentir; y el T.C. es un órgano político, la instancia de los partidos para velar que las leyes no molesten a determinados grupos de presión". Jilguero
Leyendo el artículo, me parece inevitable llegar a la conclusión de que el recurso del PP ahora rechazado ahora por el Tribunal Constitucional aceptaba en su totalidad el matrimonio homosexual, considerándolo igualmente legítimo y con los mismos derechos que el tradicional, y sólo rechazaba que se le diera ese nombre. El problema, si a alguien más le ha ocurrido al leerlo lo mismo que a mí, es que eso es falso: el recurso ahora desestimado rechazaba muchas más cosas, y mucho más graves, que el nombre. (Y eso para no recordar que aquí no se trata de que el TC ordene y mande lo que ha de significar la palabra "matrimonio"; recuerdo al articulista que ANTES de que el TC se pronunciara, la RAE ya había incluido en la definición de la palabra la "unión de dos personas del mismo sexo").
Hagan un ejercicio: cójanse un diccionario etimológico, busquen la entrada "matrimonio", vean su raíz, vean su evolución, observen después la evolución del resto de palabras del diccionario y comprueben cómo van cargándose de significados a lo largo de su historia.
Leído en "el diario.es": " Quienes argumentan que no están en contra de que los homosexuales se casen, pero que no lo llamen matrimonio, no están planteando un inocente debate semántico. Tras la palabra está el derecho: a la adopción, a la pensión de viudedad en caso de fallecimiento o a la herencia. Quieren arrebatar la palabra porque tras ella ha llegado la verdadera igualdad para estas parejas."
Tienen razón los tres últimos amables comentaristas: la cuestión semántica importa, claro. Pero también es cierto que los sectores conservadores (llamémonos así) ya estábamos por aceptarlo todo a cambio de la palabra. Por eso concluyo que quizá la oportunidad perdida de un acuerdo (que yo creo que se hubiese logrado) está bien perdida, desde mi punto de vista quiero decir, porque se hubiese cedido en asuntos esenciales.Entre ellos, no cuento la pensión de viudedad, aunque me sonaría mejor otro nombre, nuevamente, que les deseo a todos y a todas y cuanto más cuantiosa resulte, mejor. Como cualquier otro derecho fiscal o administrativo o laboral que corresponda, que también les deseo, como a mí mismo. Con la adopción de hijos, en cambio, no estoy conforme, creo que el derecho que debe primar aquí es el del niño de tener una madre y un padre. Aunque sé que luego en la vida hay padres borrachos o difuntos o malas personas y todo eso, etc.
¿Ha impedido esa ley que las parejas compuestas por hombre y mujer se casen? ¿Ha destrozado esa ley alguna familia? ¿Las leyes que, según tú, "no amparan el compromiso por la indisolubilidad" obligan a alguien a separarse? En mi opinión, la diferencia entre ambos grupos es que uno quiere ejercer sus derechos e impedirle a los demás ejercer los suyos mientras que el otro quiere ejercer sus derechos y le parece muy bien que los demás ejerzan los suyos. Un abrazo.
Tienes razón, José Luis, y nada me cuesta más a mí que meterme en la libertad del prójimo, ese don más sagrado que los cielos hicieron a los hombres; pero el problema es que todo esto tiene una dimensión social. Lo explica muy bien Aroz. Yo no lo diría mejor, aunque lo pienso lo mismo.
Leída esa argumentación. Y aquí contestada: Primera discrepancia: Habría que decir en qué afecta la ley a “los intereses generales”. Segunda discrepancia: Debería dejar de “discrepar” con tales organismos. En el caso de Francia, ahí tiene la medida legislativa impulsada por el presidente de la República. Y en el caso español, el dictamen del órgano judicial más alto. Tercera discrepancia: En este punto se limita a expresar una opinión personal. No sirve como argumento. Cuarta discrepancia. Niego la mayor. Tendrá que explicar en qué debilita, según ella, “la institución más importante de la sociedad”. Hasta ahora, este tipo de leyes no han acabado con esa institución ni en Holanda ni en España ni... Quinta discrepancia. Se equivoca totalmente y debería informarse mejor. Existen multitud de estudios contrastados que demuestran que “el desarrollo armónico” de los niños criados en parejas homosexuales no se ve afectado en modo alguno sino todo lo contrario. Sexta discrepancia. Puesto que no se trata de negar derechos a nadie sino de añadírselos a terceros, es irrelevante su sexto punto. Y la ley se aprobó porque el Parlamento tenía mayoría suficiente para aprobarla. Por lo demás, ahora hay otra mayorías y no se va a cambiar, sabiamente. Un abrazo.
A la unión estable de parejas homosexuales deben reconocérsele efectos jurídicos. Los que permitan proteger sus derechos e intereses de acuerdo con su función y su encuadre en la sociedad.
A los matrimonios también.
Está claro que la función social de unos y otros es distinta, de ahí que deban tener derechos y deberes distintos.
Por poner sólo un ejemplo: ¿en base a qué debe tener un homosexual derecho a una pensión por la muerte de su pareja? Hombre si hay dinero de sobra, me parece muy bien, pero no es el caso... ¿Por qué razón la muerte de un hermano no genera una pensión para el supérstite en el caso de que hayan vivido juntos y solteros toda la vida? Yo tengo tías abuelas solteras que han convivido hasta su muerte en amor y compaña. ¿Hay alguna diferencia con una pareja homosexual? Y me refiero a una diferencia que permita discriminarla con respecto a otras parejas estables (lo recóndito de la alcoba, precisamente por respeto a la intimidad, no puede, ni debe ser un criterio)
Si se generaliza la poligamia en un futuro (por ejemplo porque la sociedad se islamice) habrá que regular sus efectos, claro está, por razones de seguridad jurídica, pero ¿le llamaremos también matrimonio? Como poder podemos, pero no lo es. Yo puedo llamar al pan, pan y pan al vino, pero que lío entonces.
Me encanta lo que dice Piquero de que el "desarrollo armónico del niño [...] no se ve afectado en modo alguno sino todo lo contrario" ¿Qué coño es "sino todo lo contrario"?
Pedrete elude citar el "en algunas legislaciones" que abre la nueva acepción de su sacrosanto DRAE. Para que lo entienda, los legisladores serían Humpty Dumpty, y si la RAE dijera lo que él dice que dice, la RAE sería Humpty Dumpty. Pero no lo va a querer entender.
A mi lo del nombre me da igual, que se quieran ayuntar bajo la denominación de "matrimonio" me parece un triunfo posmoderno del Orden y del Matrimonio (como señalaba el difunto García-Calvo). Que los progres aplaudan este triunfo del Orden con las orejas es otro triunfo posmoderno del Humor.
Yo creo que el matrimonio en la legislación española no sirve ni para limpiarse el culo con él y que pronto nos podremos casar con nuestras mascotas y siempre habrá un Piquero haciendo palmas y diciendo que eso no afecta para nada a los niños, sino todo lo contrario.
Cualquiera que no fuese el señor BV se daría cuenta de que en mi frase faltaba una palabra: "negativamente". Por cierto, no tengo nada en contra de que usted se case con su mascota. Probablemente sería una sensata decisión. Atentamente.
Osea, que lo de tener dos padres del mismo sexo afecta "positivamente" al desarrollo armónico del niño, quería decir Ud. Ah. ¿Ve? Ya le decía yo a usted que no tardaría en aplaudir con las orejas el matrimonio zoofílico...
Lo siento, José Luis Piquero, no me refería a noticias del periódico, sino a estudios científicos revisados por pares en revistas de calidad. Un saludo
No lo digo yo, señor BV, sino los expertos. Vuelvo a repetirle que, en su caso, y vista la fijación, efectivamente aplaudiré si decide casarse con su mascota. Atentamente.
Ya se está poniendo usted un poco más impertinente de la cuenta. No dude que yo también sé pronunciar adjetivos que le vienen a usted como anillo al dedo. Póngame a los pies de su mascota.
Me alegra que sepa pronunciar adjetivos. Está muy bien. Tenga cierta deportividad, que fue Ud el primero en ponerse impertinente recomendándome que me casara con mi mascota.
A mi último comentario (el de que un tonto aplaude cualquier tontería, como había aventurado en mi primera intervención) se me olvidó titularle: QUOD ERAT DEMONSTRANDUM, tras la generosa demostracion que nos ha ofrecido Piquero.
No voy a seguir replicando a macarradas airadas. A los pies de lo que sea ya se pone usted solito.
BV sigue con su costumbre, lamentable costumbre, de ser incapaz de discrepar de alguien sin entrar en el terreno de la descalificación personal; como ya le dije en su día, se le calienta la boca con penosa facilidad. Dicho esto, yo no he "omitido" nada en la definición del DRAE que citaba; me he limitado a aportar las palabras literales que apoyaban mi afirmación al respecto. Es obvio que, por ejemplo, la homosexualidad está considerada como delito en algunos lugares, uno de los cuales fue en su momento España (y castigada incluso, en alguno de ellos, con la pena de muerte). No verá que en la definición del término que da dicho diccionario se aluda a que es así, es decir, que es delito, y delito con pena de muerte, en algún sitio. La razón es obvia: recoger ese hecho en la definición sería tanto como apoyarlo, o al menos no condenarlo. De que el DRAE recoja ahora eso en su definición de matrimonio se concluye que no lo condena, o no lo recogería. Y termino repitiéndole lo del principio: se puede discrepar de las ideas que uno tenga sin entrar en el terreno de la descalificación personal (e incluso del insulto, como alguna vez le ha ocurrido). Aunque parece obvio que él no sabe hacerlo; y, lo que es peor todavía, no quiere aprender. Lástima.
Pedrete, no estaría de más, que dedicases algo de tu prédica a reprender al Sr. Piquero que, me parece a mí, que también le ha faltado a Bv, y primero, y mucho más, con las sucesivas alusiones a su mascota. Pero claro, se me pasaba que estas indirectas tan directas son en tono jocoso, y eso parece ser que lo justifica todo. Así, con el mismo sentido del humor fino e indirecto, Bv podría haber recomendado a su contrincante que disfrutase de los placeres de la unión homosexual; sin embargo, como es tan primario y no entiende las bromas optó por algo ofensivo como llamarle tonto, ¡qué le vamos a hacer! ¡nunca aprenderá!
Por cierto, seguro que habeis oido hablar del Proyecto Gran Simio, que desde hace tiempo intenta establecer cierta condición de persona jurídica para los grandes simios. De ahí a lo que sugiere Bv hay un paso ¿o no?
Gracias, Pedrete, su ecuanimidad me ha emocionado. No esperaba menos de usted. Tenía la oportunidad de extender sus temidas censuras no sólo al ordinario que no piensa como usted (yo), sino al que piensa como usted, y no lo ha hecho. Como comprenderá, si antes me resbalaban, imagínese ahora que ha evidenciado que sólo las decreta contra mí y que no responden a un criterio inteligente (esto lo sospechaba) ni objetivo.
Supongo que será inútil recordarle -ya se lo dije a alguno de los personajes que adopta para sermonearnos- que el DRAE no condena ni puede condenar nada. Que no es un Código Penal y que -aunque le duela- los jueces no lo usan para integrar conductas típicas.
E igualmente inútil será decirle que sabrá usted las razones que le movieron a amputar la definición del DRAE. Yo le he dicho que ha cercenado su inicio -lo que para su religión debe ser un crimen monstruoso- y es verdad. Ciertamente me da igual que se matice con lo de "en algunas legislaciones". Bien es cierto que esa matización no se hace respecto a la unión entre hombre y mujer y que, a sensu contrario, el DRAE dice que el matrimonio no es la unión entre personas del mismo sexo salvo en algunas legislaciones. Aunque no existiera este matiz, ni el DRAE, ni el legislador ni el TC ni Humpty Dumpty me van a enseñar lo que es matrimonio. Usted me temo que tampoco.
Añado este enlace de Monseñor Munilla, porque utiliza exactamente mis argumentos, para aquellos "refractarios" que no quieren escuchar otros muchos más sólidos y profundos, que los hay claro, pero al ser morales o antropológicos no los entienden: (a falhttp://www.enticonfio.org/enticonfio095.pdf
Piquero se ha limitado a contestar a BV, que es quien inició el tema de las descalificaciones personales y el lenguaje grosero; léase el último párrafo de su primer comentario, por ejemplo. Su problema, otras veces lo he dicho, es su incapacidad de aceptar el hecho simplísimo de que se pueden tener ideas diferentes a las propias, y ser sin embargo una persona honesta e inteligente. Para él, se diría que esas cualidades están exclusivamente reservadas a quienes tienen sus mismas ideas. Es, por ejemplo, incapaz de aludir a lo que llama "progres" sin dejar claro que son para él una especie de clase inferior, algo intermedio entre la tontería y el delito. No verá que yo descalifique así a quienes podríamos llamar, haciendo un comprensible paralelismo, los "regres". Es más, me consta que, entre quienes tienen ideas conservadoras, hay gente de veras inteligente, de veras honesta, y que es enteramente capaz de defenderlas sin faltar al respeto a nadie. El titular de este blog da continuamente ejemplo en esto, lo que le agradezco. No es el caso de BV. Y el asunto es que yo no creo que tenga la manía de la zafiedad o el insulto; lo que creo es que, por incapacidad de deslindar, toma la contradicción a sus ideas como una especie de insulto personal; y en cuanto se tropieza con dicha contradicción, antes, y a veces en lugar, de pensar sobre ella, se siente personalmente ofendido y reacciona con irritación. Mala cosa.
Le agradezco a Pedrete el elogio, acompañado además de un estupendo neologismo, "regres", y superpuesto al agradecimiento por su corrección estilística en mi artículo dantesco; pero no es virtud todo lo que reluce. Le confieso que en la belicosidad de Balaverde descubro y envidio una muy vigorosa caridad y amor por la verdad.
Ups, Dios mío, perdón. El que me hacía la corrección dantesca es Gatoflauta. En mi confusión no ha habido ironía alguna, sino despiste o dislexia. Aprovecho para agradecérsela a él desde aquí, y para decirle a Pedrete que esto no cambia la sensación de deuda que tengo con él, si quiera sea por la buena fe (en el mejor sentido de la palabra) con la que vivifica esta tertulia virtual.
A mí también me parece excelente lo de "regre"; me lo apropio.
Pero entre el supuesto "fair play neutro" (tan sofístico) de Pedrete y la finura dialéctica de Balaverde, yo me quedo con la segunda, siempre.
Hombre, si tuviera que elegir entre Pedrete y Piquero, me quedo con Pedrete, eh, que al menos argumenta de acuerdo con unas premisas y no daña el principio de no contradicción a cada paso.
No se preocupe EGM por la confusión: no es el único. Temo que yo mismo acabaré, si esto sigue así, por no saber muy bien quién o qué soy (suponiendo que por ahora lo sepa, que ésa es otra).
Pedrete, adorador pero amputador del DRAE, piquete perpetuo en la huelga del sector de la inteligencia, el rifirrafe entre Piquero y yo ya ha quedado zanjado porque, a diferencia de lo que le ocurre a usted, tenemos la buena costumbre de que cuando decimos que no vamos a seguir haciendo algo dejamos de hacerlo.
Ya me dirá quién le ha nombrado árbitro de la cuestión. Es una pregunta retórica.
Bien está que nos haya demostrado que la objetividad no es, tampoco, una cualidad que quepa predicar de su personaje. Lo que no puedo asumir, y esto supone mi rendición incondicional, es que piense usted que hay en mis palabras la más mínima irritación personal o de otra índole.
Siempre empezamos hablando de un tema controvertido y acaba usted elucubrando sobre los misterios de mi psique. Esto lo hacía mi abuela en tiempos con todos sus nietos. Ella tampoco tenía razón.
Gracias por la "sofistería" que AR me atribuye. Pero la cosa es todavía peor. Tal es mi, llamémosla así, cortedad intelectual, que le juro por lo que él considere más sagrado que no soy consciente de los sofismas que según él empleo. Pero no debe sorprenderle eso; tampoco soy consciente de que expresiones de BV como lo de que el matrimonio en la legislación española no sirva "ni para limpiarse el culo con él" (sic), o sus generalizaciones sobre la ideología que llama "progre" (y según las cuales, al parecer, todos los que incluye en dicho saco reaccionan con milimétrica y previsible identidad ante los mismos estímulos, como otros tantos perros de Pavlov: todos los que no piensen como él, ya dije, son no menos tontos que predecibles), sean ejemplos de "finura dialéctica"; yo, pobre de mí, creía que la finura era otra cosa. Es más: yo habría puesto, con la mejor fe del mundo, ese tipo de comportamientos (la descalificación en bloque del adversario, el lenguaje grosero utilizado en la convicción de que cuanto más lo sea más se refuerza el argumento, etcétera) como ejemplos de todo lo contrario. Ya ve pues AR que mi estatura intelectual es verdaderamente ínfima, y debe por tanto perdonar mis caudalosas meteduras de pata pensando que, sencillamente, uno no da para más.
Donde decía que en la legislación española el matrimonio no sirve ni para limpiarse el culo con él, diré:
"Dada su actual regulación, el matrimonio es menos vinculante que el contrato de ADSL con telefónica".
Donde llamaba progres a los progres (y me lo tachan de "descalificación en bloque al adversario"), matizaré: "Qué gracia me hace que el mismo sector que no hace tanto habría arremetido contra la institución burguesa del matrimonio, aplauda ahora emocionado la extensión de ese Orden burgués a nuevas sensibilidades afectivas"
Es, creo, todo lo fino que puedo llegar a ser. Espero que cuando lo lea Pedrete no se le caiga el monóculo en la sopa.
Gracias, Ángel, por lo que dices. Y a Enrique por ver en esto una suerte de caridad -cuando parece ocio mal empleado- y acoger con paciencia en su blog estos revuelos inconducentes.
Se equivoca el amigo BV. Yo no le critico que llame "progres" a los "progres", "regres" a los "regres" o como desee a quien le parezca: es asunto suyo. Le critico la simplificación que supone atribuir a todos los que llama "progres" un mismo e invariable pensamiento (¿recuerda mi alusión a los "perros de Pavlov"?). Parece pensar que los tales "progres" son una masa indiferenciable e incapaz de reaccionar como no sea al unísono y previa indicación o voz de mando, al contrario que los "regres", individuos únicos y todos ellos con criterio propio. Pero ya dije a AR que mi ínfima estatura intelectual sin duda no me permite comprender ciertas altísimas lucubraciones. Piense BV, y tranquilícese así, que todo lo que no le guste de lo que me lea se debe a eso, a que un tonto como yo, ¿qué va a decir si no son tonterías? Yo, en cambio, creo (es más, sé positivamente) que la bronca "finura dialéctica" que BV prefiere frente a quienes considera adversarios ideológicos no se debe a ninguna limitación suya, sino a que entiende que las buenas maneras y el respeto son cosas sólo debidas a quienes previamente se las han ganado, demostrando que piensan de la única manera en que, en su opinión, se puede y debe pensar. Que yo no consiga estar de acuerdo con tan peculiar manera de plantearse las cosas es, sin duda, otra más de mis muchas carencias intelectuales. Uno siente de veras el dar para tan poco; qué le vamos a hacer.
Pedrete, no se eche mierda encima, hombre "sed, quae stulta sunt mundi, elegit Deus, ut confundat sapientes". Asegúrese de ser un tonto de los de verdad -no vaya a ser esta proclamación que hace de sus limitaciones una estratagema para enternecernos o encierre cierta ironía- y no se preocupe por lo demás."¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad?", dice San Pablo.
Pedrete, yo no pretendía insultarte al utilizar la palabra 'sofista' (que es de la misma familia, pero no se identifica con las palabras sofisma y sofistería); de hecho cada vez tengo más simpatía por los sofistas griegos, aunque siempre preferiré a Sócrates. Lo que quiero decir, Pedrete, es que tú, como ellos, das mucha importancia a las reglas y menos al criterio último sobre los universales (verdad/bondad/belleza): pones el foco en la convención y exiges que se respeten las normas. Balaverde, en cambio es el Sócrates de la ecuación: con actitud directa, provocativa, en los cauces de la retórica pero sin caer esclavo de las reglas, con la atención en lo más importante. Eso es lo que quería decir. Yo admiro a los sofistas, pero acabo siempre en el bando de Sócrates (y sus discípulos Platón y Aristóteles), aunque cada vez con más perplejidades y escepticismos en la mayoría de los problemas, pero esa es otra cuestión. Lo que no haré es tomarme en serio al Tribunal Constitucional: eso ya no, hasta aquí hemos llegado. Y no, no soy golpista, solo explico mi perplejidad por la manera "evolutiva" que tienen de interpretar la Constitución.
Para BV: la "proclamación" a la que se refiere no pretende "encerrar cierta ironía", sino, por el contrario, dejarla ampliamente en libertad.
Para AR: El problema con los "universales" en cuestión es que de la Belleza, por ejemplo, se han dado (y se darán) multitud de definiciones. Dicho de otro modo, hay gente que (con honradez y convicción) piensa de distinto modo acerca de ellos. Y no digamos de su aplicación concreta a la realidad, o sea, acerca de qué, exactamente, es bello, bueno o verdadero. Por ejemplo, hay quienes encuentran modélico el arte de Picasso, y quienes lo encuentran trivial, o directamente horrible. Pero también hay quienes pretenden imponer a todos su propia convicción o criterio, de modo que si por ejemplo Picasso no les gusta nada, no aceptarán que alguien pueda, en cambio, apreciarlo de veras e inteligentemente: si eso ocurre, es que o son tontos o se engañan. Y hay, en cambio, quienes no creen que sus propias convicciones tengan que ser por obligación las de todo el mundo, y admiten que puedan otros pensar de modo distinto al de uno mismo.
No se trata aquí, pues, de la gallarda defensa de unas verdades irrebatibles, sino del respeto que algunos, como yo, entendemos que merece quien expone, con los mejores argumentos que encuentra y sin meterse personalmente con nadie, opiniones (o convicciones) distintas de las propias.
En eso se basa la democracia: en el respeto del derecho a disentir. Y en eso se opone, por ejemplo, a la teocracia, en la que se entiende que hay una serie de verdades inatacables, como respaldadas por Dios mismo, a las que no asentir es pecado. Exactamente lo que intentan quienes, en algunos países islámicos, pretenden que la convivencia civil se rija por la "sharía", esto es, que la legislación civil esté inspirada directamente en el Corán. Es obvio que en este caso resultarán directamente delictivas opiniones o conductas que se aparten de esa convicción religiosa, sea por regirse por otra, sea por no tenerla en cuenta.
No es ése mi propio criterio: sean cuales sean las verdades en que uno personalmente crea, y el grado de fidelidad con que se adhiera a ellas, me parece obvio que cualquiera que lo desee debe tener el derecho de exponer y defender otras, siempre que no atenten contra la convivencia de todos.
Por ejemplo, el racismo es condenable porque niega o menoscaba a priori a una parte de la sociedad el respeto que todo ser humano merece por el hecho de serlo. La regulación legal del matrimonio homosexual, por otro ejemplo, no lo es, porque a nadie niega la posibilidad de contraer un matrimonio heterosexual con todas las garantías, amparos y formalidades que desee.
Y por cierto, puedo contar aquí que yo mismo he oído a Álvaro Pombo, cuya homosexualidad es cosa abiertamente reconocida y proclamada por él mismo, decir que no le gustaba nada el nombre (y la idea misma) del matrimonio para los homosexuales, que él prefería un tipo de unión diferente, para la que proponía (ignoro, eso sí, con qué grado de seriedad) el término "consorcio".
Nunca dejará de sorprenderme la violencia verbal de los integristas. Va con el caracter, supongo. Una vez dije, en otro debate que se volvió excesivamente agresivo, que no veía la caridad cristiana por ninguna parte, y alguien me dijo que a ver si por ser cristianos iban a ser gilipollas. No le respondí, pero estoy plenamente de acuerdo en que alguien sea, si le place, aunque no necesariamente, ambas cosas. Eva, mi mujer, lo expresó mejor cuando me dijo que lo de ellos era cristiana pero no caridad. Pleno al quince. Es una definición ampliable a mil otras cosas. Atentamente.
La caridad cristiana, tienes mucha razón, querido José Luis, no es muy blandita que digamos. Ya lo dijo Cristo: "Fuego he venido a traer al mundo"; y luego está lo de la espada y no la paz. El sentimentalismo es el hijo pródigo de la caridad cristiana, pero conviene no confundirlos.
¿Ha visto alguna vez EGM que yo le ataque (ya no digamos insultar) personalmente, aunque discrepe de sus ideas? ¿Ha visto que me permita, en esas discrepancias, el uso de un lenguaje malsonante o soez? ¿Cree que, si yo hubiera hecho alguna de esas cosas, podría escudarme en la "caridad" para justificar mi grosería, mi falta de respeto al otro y mi mala educación? Me temo que, en su última respuesta, es él quien confunde las cosas.
Convendremos, entonces, en que alguien ha sido un auténtico integrista cristiano cuando decía aquella macarrada de que me casase con mi mascota y que le pusiera a los pies de ella.
Pedrete, mire que la democracia es una cosa bonita, pero la base de la democracia que propone ("el respeto del derecho a disentir", olé) es posiblemente uno de los fundamentos más retorcidos y menos atractivos que se hayan postulado jamás. Enhorabuena.
Qué perversamente se le puede dar la vuelta a las cosas. El origen de lo de la mascota fue un comentario de ese señor en el que, para todo el que quisiera entenderlo, equiparaba el matrimonio homosexual con el matrimonio entre personas y animales. Y por si no quedaba claro, en un posterior comentario lo puso más transparente: matrimonio zoológico. Otro educado comentarista sacó a relucir, en una discusión sobre los derechos de los gays (que son personas, oh, sorpresa) los derechos de los monos, aludiendo al Proyecto Simio. ¿Cuál es la verdadera macarrada, cuál es la verdadera zafiedad?
Es ocioso señalar que no he equiparado el matrimonio homosexual con el matrimonio entre hombre y animal. Lo único que tienen en común, para mí, es que ninguno de los dos es matrimonio, por más que mañana se regulara el tipo de unión que vivamente el Sr. Piquero me recomienda contraer. Tampoco es matrimonio un equipo de fútbol y no por señalar este hecho he cometido el homófobo crimen de equiparar a un homosexual con un futbolista. Simplemente, he señalado que el matrimonio con animales sería un paso más en la decadencia de la institución. No veo la equiparación, la verdad. El otro educado comentarista al que se refiere [Carmelo Cuesta] señaló que el proyecto simio puede ser un paso en la dirección grotesca que yo apuntaba, en tanto que reconoce a determinados monos como sujetos de derechos y obligaciones y les podría reconocer cierta capacidad jurídica para obligarse en un contrato -el matrimonial- que hoy no exige menos permanencia que el adsl+fijo+móvil con un telefónica. Esto, no creo que a nadie se le oculte, tampoco resulta nada ofensivo. ¿Quién es más macarra o más zafio? No tengo inconveniente en reconocerle que posiblemente yo. Pero entiendo que el Piquero que a la 1:17 de madrugada se preguntaba profundamente por la violencia verbal del integrismo cristiano, era el mismo que el Piquero que insistió hasta tres veces en que me casara con mi mascota. Y aquí hay cierta contradicción entre Piqueros. Porque lo de "póngame a los pies de su mascota" [donde en mascota debiera decir señora], por más que a Pedrete o al propio Piquero les pudiera parecer un tolerante chiste volteriano, era una salida de pata de banco.
Por alusiones: no me parece a mí que, si en una discusión sobre el matrimonio homosexual (o sobre lo que sea) se equiparan las posturas de quien apoye una u otra postura con las que defendiesen igual trato para mascotas o simios, esa equiparación sea inocente. Pero en fin, allá cada uno.
En todo caso, lo que yo entiendo por insultos, como ya dejé claro en su día, es lo que por ejemplo ocurrió en la larga discusión sobre el tema del aborto producida en la entrada del blog "Trampolínk" de título "Cuánto honor al Opus Dei", allí publicada el 19 de Agosto pasado, y donde resumí mi postura respecto a lo que tratábamos diciendo (copio y pego) que "quienes son partidarios de la prohibición absoluta cuentan con todo mi respeto; pero que su postura, en contra de lo que ellos parecen creer, no es la única posible, ni siquiera dentro de la propia iglesia católica (y menos, claro, fuera de ella). Un poco más de respeto a quienes piensan de modo diferente no haría a nadie ningún daño". Actitud que me valió, por parte del propio BV, el calificativo de "cacho nazi" (otro prefirió referirse a mí como "Herr Pedrete"; otro aún señaló que esa actitud mía era exactamente idéntica al plan de exterminio "Aktion-4" de Hitler y sus secuaces), aparte de él mismo y otros intervinientes que aludieron a la condición de "asesinos","cobardes", y toda otra serie de lindezas que allá podrá leer quien tenga paciencia para ello, de quienes apoyaran una postura como la mía. (Inútil es recordar, una vez más, que yo ni entonces ni ahora me referí en términos parecidos a ninguno de mis contradictores: la idea de que es legítimo contestar, en una discusión sobre cualquier tema, "no estoy de acuerdo con sus ideas, porque...", pero no, abandonando el terreno de los argumentos, "es usted un..." -y aquí la descalificación o el insulto que uno prefiera, parece no poder entrar en ciertas cabezas).
Supongo que la información aparecida hoy en diversos medios respecto a la embarazada muerta en Irlanda a quien se había negado la posibilidad de abortar, porque en el hospital donde lo intentó le dijeron que "éste es un país católico, y el aborto está prohibido" (La Vanguardia, de donde copio el texto -es el del subtítulo de la noticia-, continúa: "La mujer, dentista, murió de septicemia en medio de terribles dolores por un embarazo inviable") es cosa que parecerá muy normal y aceptable a dichos contradictores, y ya no el que a mí no me lo parezca, sino el simple hecho de que lo cite aquí, una prueba más de mi condición de "Herr Pedrete". Y que nada de ello tiene que ver, en absoluto, con insultos o descalificaciones personales, sino con el ejercicio de la caridad cristiana. (Quizá, se me ocurre, la mujer muerta pensara de otro modo). En fin.
Claro, Pedrete, la noticia que nos trae a colación desde Irlanda es idéntica al supuesto eugenésico que le hizo acreedor de su título de nazi en el campamento de verano para demócratas desde cuya sala de informática tuvo a bien torrarnos... Es usted un campeón de la analogía, con qué gracia "supone" usted cosas y traslada las conclusiones del supuesto eugenésico a otro supuesto (el de esa pobre mujer) con el que no guarda la más mínima identidad de razón. Esto tan bonito que acaba de hacer alguien más educado se lo tacharía de "sofistería" a mí me ha parecido algo lisa y llanamente miserable por su parte. BV desde bberry
Bien; mi postura ha quedado suficientemente clara. Y la actitud de BV (en la que no está solo, por desgracia) negándose a comprender lo que decía en mi última nota, esto es, que en una discusión civilizada valen los argumentos, no las descalificaciones o insultos personales, también. Aquí lo dejo; me parece obvio que, cuando JLP hablaba de la "violencia verbal" de algunos, tenía toda la razón. Ojalá, lo digo muy sinceramente, esa violencia verbal (lamentable en sí misma, en todo caso) no deje nunca de ser sólo verbal.
Precisamente, Pedrete, ahí está una clave de estas animadas tertulias que usted nunca ha querido entender (porque entendederas sé bien que tiene), que es algo distinto (aunque previo) a compartir. La única violencia ejercida realmente es la verbal y conceptual a una institución como el matrimonio, o la directamente sangrienta a los fetos. Eso sí es violencia y la verbal nuestra, en su caso, un desvaído reflejo reactivo.
Hace 5 días y 46 comentarios que usted secretó su único argumento a cuenta de la polémica del matrimonio homosexual. Decía no sé qué del recurso y citaba -como acostumbra- el DRAE. Le dije, "amputa Ud. la deficinión"; me dijo: "no, cito sólo lo que apoya lo que digo"; pues eso: cita usted interesadamente.
El análisis del inciso que había amputado, y su irrelevancia, en cualquier caso, se pusieron de manifiesto. Usted ni pío al respecto. Sólo dijo no sé qué de si el DRAE condenaba o no condenaba (¿?) y no sé qué de la homofobia.
El resto de sus intervenciones han tenido francamente poco que ver con la cuestión, pero se las resumo:
1.- Se erigió en árbitro (parcial) del pourparler entre JLP y yo. Le pregunté retóricamente quién le había nombrado: es obvio que su superioridad moral le empujó a arbitrar.
2.- Luego se picó porque alguien vino a decir que prefería mi forma de discutir a la suya. Y empezó con esa cosa tan triste que suele hacer de empezar a decir que Ud es tonto, o limitado o de poca altura intelectual, "con ironía" -si es capaz de ella, que lo sigo dudando.
3.- Luego se tomó a mal lo de la caridad cristiana: un exceso de generosidad de Enrique que yo mismo he desmentido. Y empezó a rebuznar sobre el tema.
4.- Sermón democrático, que siempre va en su menú del día. Tuvo el mérito esta vez de formular el fundamento de la democracia ("el respeto del derecho a disentir") menos sexy que se recuerda.
5.- Otro "must" de lo que usted supone que son brillantes argumentaciones: rollos sobre sus "contradictores", elucubraciones sobre mi forma de ser, sobre si aprendo o no aprendo,y confusos alegatos en contra de la "violencia verbal" del integrismo cristiano -esa cosa que a JLP le quitaba el sueño anteayer.
6.- A esto le añadió ayer, de postre, la generosa meada fuera del tiesto de lo de la pobre señora de Irlanda, que me dirá a cuenta de qué coño venía, porque acaba de resumir su "última nota" como "en una discusión civilizada valen los argumentos". Pues busque Ud. ejemplos que no repelan al sentido común ni pongan de manifiesto su mala fe.
7.- Otro habitual de sus "argumentos", el ay-espero-que-la-violencia-se-quede-en-esto-y-no-vaya-a-más. Lo espera "muy sinceramente", dice. Suele ser su cierre, su traca final.
El otro día he visto un sketch muy tonto sobre "Señoras que se cruzan la bata cuando van a decir algo importante". No sé por qué, Pedrete, me lo imagino cruzándose la bata cuando suelta paridas como las de su último comentario, con "temor" (muy sincero, seguro...) e indignación.
Genial lo de la bata: me ha dado un ataque de risa (menos mal que estaba solo).
[Y yo todavía estoy arrepentido de haber usado la palabra "sofista" (en el mejor sentido de la palabra) para alguien que en realidad (y él lo dijo) es más de sofismas y sofisterías. Y espero que Pedrete no me vuelva a meter por esto en el saco de los partidarios del burka o JLP no me atice otra vez con el insulto de 'integrista' por esto].
"Secretar", "rebuznar", "paridas"... En fin, si eso es lo propio (para utilizar los términos de AR) del "Sócrates de la ecuación", es obvio que él y yo hemos leído a Platón, o a Jenofonte, en ediciones no sólo distintas, sino contrarias. El Sócrates que yo conozco no utilizaba tan delicadas flores dialécticas; no le hacían falta.
Pero en fin, ya dije que cada uno se retrata en sus propias palabras. Termino, pues.
Sólo un último detalle, porque me sabría mal callármelo: la última intervención de EGM es para mí un poco triste. No por las ideas que en ella expone (es muy libre), sino porque parece sumarse con ella al coro de quienes no aceptan (ni entienden) que se pueda, en éste o en cualquier otro asunto, y aunque sea equivocándose, sostener legítima y honradamente una actitud distinta de la suya. Piense lo que piense del tema del aborto, es obvio para cualquiera que no esté cegado por los prejuicios que se puede discrepar en términos razonables o disparatar con abundancia de (digamos) expletivos. Decir que "la nuestra" (muy bien ese plural de grupo) no es verdadera violencia verbal (¿a cuánta gente he llamado yo una sola de las cosas, o aplicado uno solo de los términos, que aquí se me han regalado generosamente?), pero sí lo es el entender defendible el matrimonio entre homosexuales, aunque se haga en términos nada violentos, es cerrar los ojos a lo obvio, o retorcer con mala voluntad los hechos. NO: se pueden defender posturas como la de EGM, o como cualquier otra, en términos respetuosos o en términos zafios; y se pueden defender posturas contrarias de un modo razonable o irracional. Cosa que él, como cualquiera, sabe perfectamente, aunque en esta ocasión prefiera fingir que no lo sabe. Y, cuando él habla de "una clave de estas animadas tertulias que usted nunca ha querido entender (porque entendederas sé bien que tiene)", ¿me ha visto a mí dirigirme a él alguna vez en términos parecidos? ¿No se le ocurre que el "no querer entender" la única verdad que, según él, existe, bien puede ser el tener, legítimamente (y aunque sea equivocándome, repito) una opinión distinta, como ya le expliqué que la tiene tantísima gente? He dicho muchas veces aquí que EGM es persona respetuosa y con la que da gusto, incluso, discrepar. Tengo que matizar ahora, y lo siento, que hay temas en los que la pasión puede cegarle hasta el punto de no admitir siquiera que alguien pueda discrepar honestamente de él; quienes lo hagan es sólo porque "no quieren entender", no porque piensen de otro modo: eso no existe. O, por lo menos, no tiene derecho a existir. Natalia Ginzburg o Savater, a quienes respecto a esto recuerdo haber mencionado, no es, repito, que pensasen de otro modo: es que (malvadamente, en un tema tan grave) "se negaban, o niegan, a entender". Pues no, amigo EGM: yo, que no pienso como usted ni en el tema del matrimonio homosexual ni en el del aborto ni en muchos otros, no creo en cambio que sus ideas distintas de las mías se deban a que "se niega usted a entender" la única verdad (que sería, naturalmente, la mía), sino a que piensa usted (y tiene todo el derecho) de un modo distinto al mío. Yo creía que una cosa tan elemental era algo que usted y yo compartíamos, por encima de diferencias de criterio. Sigo creyéndolo pese a todo; pero, y es lástima, he de reconocer ahora que ciertos temas tienen poder bastante sobre usted como para cegarle hasta el punto de hacérselo olvidar. Lo siento.
Acotación: dicho esto, Pedrete vuelve a cruzarse la bata. Se dirige al escritorio y cierra los tomos de Platón y Jenofonte donde previamente había comprobado que no se ponen en boca de Sócrates las atrocidades de su "contradictor" BV. Abre, aún una vez más, el DRAE para consultar la entrada "matrimonio". Mira por la ventana y se pregunta: "¿No me perseguirán los integristas que han jurado mi mal bajo la luna?" Nada. Apenas el frío. Apenas una dolencia de sus años postrimeros.
Vaya, tenemos a un Chesterton entre nosotros. Pero un Chesterton de andar por casa, de Club de la Comedia. Una vez en la escuela le dijeron al señor BV que era ingenioso y ahora tendrá que serlo interminablemente hasta caerse muerto de agotamiento. Lo suyo es el retruécano y la sal gorda, aunque de vez en cuando nos dispensa algún latinajo no muy complejo, alguno de esos que hasta un político es capaz de decir. Todo lo que resta lo aprendió en los billares, probablemente. Yo también veo al señor BV cruzándose la bata. Es más, distingo los rulos en la cabeza y una malla por encima. Y pidiendo la aquiescencia de la vecina del sexto, que siempre conviene tener compinches. Por lo demás, todo suena a pataleta sin mayores consecuencias, puesto que legalmente, socialmente, lingüísticamente y todos los entes que quiera añadir (a lo que habrá que sumar el poder de la costumbre y la normalidad, así pasen unos pocos añitos más), el matrimonio homosexual es una realidad ya sin marcha atrás. Y no debiéramos nosotros seguir debatiendo sobre el particular, pues es ocioso. Pero entonces nos perderíamos conocer a un ser tan ingenioso y elocuente y agudo y tan inclinado al sano despiporre. Atentamente.
Pasados los días vuelvo a entrar en este blog y leo la catarata de intervenciones que se han producido en esta entrada, y se me ocurre:
1.- Lo que verdaderamente molesta a pedrete es que Bv tenga un estilo más directo , mordaz, creativo y certero que el suyo, y desde luego mucho menos aburrido.En estas cosas del estilo también le gana su acólito del momento JLP.
2.- Los progres consideran como insulto zafio y violencia verbal que se sugiera que son tontos, sin embargo no consideran insulto ni zafio ni verbalmente violento recomendar a otros la familiar práctica de la zoofilía. Diferencias de matiz. A este respecto, se sigue esperando la filípica de pedrete reprendiendo a su acólito JLP por sus recomendaciones zoófilas; bastaría con un par de renglones, no es necesario que abrume al pobre JLP con un párrafo de los suyos.
3.- Todos sabemos lo que es un matrimonio: la unión de un hombre y una mujer. El resto de uniones no son matrimonio, aunque tratan de imitar y remedar al modelo natural. ¿Qué tendrá el matrimonio que todos lo critican pero todos lo quieren?.
4.- ¿Tiene sentido que se pretenda que la unión homosexual que, por su propia naturaleza es esteril, sea capaz de adoptar hijos?
5.- A los que defienden esa unión ¿les hubiese gustado tener dos padres o dos madres, o tener lo que presumo que tuvieron (un padre y una madre)?
6.- ¿Ha ido JLP al futuro para averiguar que el matrimonio homosexual ha venido para quedarse? en tal caso ¿vió si el modelo se había impuesto totalmente o si todavía quedaban retrogados seres humanos heterosexuales?
7.- Sobre el proyecto Gran Simio también se espera una disertación de pedrete (aunque sea acudiendo a wikipedia, ya que ni Li Po ni Sócrates hablaban de estas locuras), pues no sabemos aún su opinión al respecto. Aún prescindiendo de ella, lo que está claro es que ya hay personas de pensamiento avanzado (Goddall o Singer, por ejemplo), más avanzado incluso que pedrete y JLP, que propugnan los derechos humanos para esos animales; de ahí a "El planeta de los simios" hay un paso.
8.- En cuanto al aborto eugenésico que decir: unos creemos que todo ser humano es digno de la vida, aunque sea un feto con deficiencias; y otros, como pedrete, no. El problema está en que los nazis también pensaban ésto (Aktion 4 al fondo), y eso molesta.
9.- Sobre el relativismo que pedrete predica, en el que es lícito pensar lo que se quiera, me gustaría saber si considera si ese pensamiento es completamente libre o si tiene algún tipo de límites y, en tal caso, cuáles.
Y ya, que estoy "pedreteando".
P.S.: No se molesten en querer insultarme, llamándome integrista, no me molesta, es un halago por comparación con ustedes que, pese a su intransigencia, parece ser que no lo son
Como he recibido en estos días un curso acelerado de macarrismo, ya me da igual todo y veo que aquí de lo único que se trata es de echarse a la piscina. Vamos a ponerle los puntos al señor Carmelo, al que no me voy a molestar en llamar integrista, visto que le gusta la denominación. Es bueno asumir lo que somos. Paso directamente al punto 2, puesto que el 1 es irrelevante, y le recuerdo al señor Carmelo que la metáfora zoofílica la inició BV y yo me limité a hurgar un poco. Estoy cansado de repetirlo, es fácilmente comprobable en los mensajes y siento quitarle al señor Carmelo su mejor baza. 3- El señor Carmelo puede creer sobre el matrimonio lo que quiera y clamarlo en el desierto diez años seguidos pero las leyes dicen otra cosa. Señor Carmelo, al orden: no se me vaya usted a hacer insumiso de la legalidad vigente. Por cierto, me encanta su declaración de que "todos sabemos lo que es el matrimonio". Eso se llama falsación. Consiste en colar de rondón un argumento como asumido por todas las partes y debidamente establecido, para a partir de ahí argumentar. No, amigo, me parece que no lo sabemos "todos". 4-Tiene sentido. Lo dice la ley y hasta el sentido común. Pero no voy a intentar convencerle a usted. 5-En mi caso, estoy muy contento y feliz con la familia que he tenido pero conozco otras familias (esas a las que usted alude) en cuyo seno no me hubiera importado nacer. Veo en ellas lo mismo que me dieron a mí: educación, cariño, valores... 6-No, no he ido aún al futuro pero cualquiera puede ver que con esto ocurrirá lo mismo que con la ley del divorcio (que menudo pollo montaron ustedes entonces): la sociedad lo asume con normalidad. El mejor signo de esto que le estoy diciendo es que cinco años después el asunto es normal, habitual, cotidiano, y sólo cuatro fundamentalistas aún no se han enterado. 7-Este punto da para otro debate y no lo tocaré aquí. Aunque no dejo de recalcar la mala baba de sacarlo a relucir. En el fondo, y esto lo sabemos todos, se trata de equiparar a los gays con animales. Y seguir negándolo es hipocresía, la cual es pecado. 8-Paso también de este punto no porque no me interese sino porque es tema de otro debate. Lo mismo se puede decir del 9. Total, que estamos como estábamos, salvo que a nuestro favor está la realidad y al suyo los deseos. Atentamente.
Sólo contestaré al amable amigo Carmelo una cosa, no tema que yo, como él tan respetuosamente dice, "pedretee" más de la cuenta. Y es que dije ya que "cada uno se retrata en sus propias palabras". Él nos explica (punto 9) que le parece muy mal que cada uno "piense lo que quiera". Me imagino que lo que sí le parecerá bien es que todos pensemos, como decía el viejo catecismo, "lo que manda la Santa Madre Iglesia". Es obvio que él, antes que el pensamiento libre (¡horror, horror!), prefiere el pensamiento cautivo: la libertad, incluso de pensamiento (o sobre todo de eso), hay gente a la que le da muchísimo miedo. Claro que eso de que cada uno piense lo que quiera es difícil de evitar; lo de la Policía del Pensamiento que imaginara Orwell en "1984" (y aunque no han faltado tentativas, ciertamente), todavía no se ha conseguido. En fin, nadie es perfecto: piense el buen Carmelo lo que quiera que le manden (como ya dijera la extinta Universidad de Cervera a Fernando VII, "lejos de nosotros la funesta manía de pensar" -o "la peligrosa novedad de discurrir", que hay distintas versiones), y deje a quienes creemos que, en efecto, el pensamiento es y debe ser libre que afrontemos por nuestra cuenta las consecuencias de tan funesta manía. Yo lo dejo aquí: me parece inútil, y una pérdida de una cantidad de tiempo para el que tengo mejor empleo (y obligaciones precisas, que desatiendo más de la cuenta por discusiones evidentemente vanas). Y no tema que le llame integrista, o cualquier otra cosa. Su propia condición de adalid del pensamiento no libre, y cabe suponer que debidamente dirigido, dice sobre su modo de ver las cosas muchísimo más que cualquier término que pudiera yo emplear.
Me lo estoy pasando en grande con los comentarios. La verdad que no veo que haya insultos graves por ninguna de las partes. Se pueden tolerar muchas cosas cuando se dicen con ingenio. BV tiene puntazos de partirse. Lo de la bata es genial. A lo que vamos, ¿qué argumento se dará a una pareja hermanos (del mismo sexo o distinto o parecido, en fin eso da igual) que vayan al registro civil porque quieran casarse? Hombre es que no es costumbre- dirá el funcionario (que es progre)- además ustedes no se aman como los gays o lesbianas o los hetero. -Sí, si,- responderá la linda pareja- es que además somos incestuosos (perdonen los más sensibles).-¡ Ah, qué perversión! se le escapará al progre- Glup, que resbalón-, pensará- Si los conceptos de perversión, inmoralidad y todo eso tan anticuado no existen. ¿Qué hacer?- Ah ya lo tengo- y responderá muy serio- cuando haya unas miles de parejas de hermanos incestuosos vengan de nuevo.- Pero, pero,-dirán los hermanos- eso no es justo nuestros amigos Antonio y Pepe (ambos con bigote) se quieren y tienen derechos que nosotros reclamamos. -Nada, nada,-repetirá el funcionario mientras se cruza la bata, quiero decir se encasqueta las gafas de cerca y busca el sello de registro de entrada- todo depende de las mayorías. Vuelvan ustedes mañana.
La verdad, separados de otros argumentos más profundos, los jurídicos no los veo por ninguna parte…
Piquero, salerito fino, respecto al curso acelerado de macarrismo, digamos aquello de que usted ya venía sobradamente preparado.
Respecto al argumento de Realidad, con base en el cual ha decretado que no se puede discutir sobre el tema de la unión homo y que basta de pataletas carcas: Advertirá Ud con facilidad que este argumento, a cuenta de una cosa que data de 2004, es poco oponible frente a una realidad mucho más desarrollada en el tiempo (el heterosexual como único matrimonio). Quiero decir, la vida del "matrimonio" homosexual es aún cortita como la picha de un virus, por eso invocar que "es lo que hay", es muy poquita cosa. Si este argumento estrella suyo no era invocable en 2003, ¿no cree que es un poco flojo?
Respecto a su invocación de la "costumbre", que irá "normalizando" la cuestión y aplacando a fundamentalistas. Evidencia su empanada y el profundo error que aqueja a los ingenieros sociales y ustedes, sus palmeros: las costumbres cristalizan en leyes, no las leyes en costumbres.
Respecto a lo demás: qué le gusta a un "librepensador" denunciar un pecado (hipocresía, ¿?). Si usted ve una equiparación entre homosexuales y animales en algún comentario, que se lo miren, no persista en su espejismo.
Lo dejo aquí y le prometo no contestarle más. Replicarle entraña la dificultad de determinar a quién debemos dirigirnos: ¿Al "librepensador tolerante" que cree que es o al progre que acaba decretando que punto en boca y sólo sabe decir que los demás son integristas-fundamentalistas? ¿Al Piquero del presente o al Piquero que ha venido del futuro y nos dice que las leyes no han cambiado?
No se ha tirado, como dice, a la piscina en su último comentario. Llevaba -por seguir con su metáfora- varios comentarios antes metido en una buena piscina de barro, con Guti, Pedrete y una stripper coja, por más que en la visión que tiene de sí mismo se vea a usted discrepando elegantemente cóctel en mano, como buen librepensador que piensa que es.
Gracias por lo de Chesterton. Usted me también me recuerda a un gran escritor: Juanjo Millás.
He entrado aquí para ver si se había publicado mi comentario, y me encuentro con la respuesta de AR, tan dramática. Teniendo en cuenta lo abajo que en su propia opinión, y en la de la mayoría de los otros contertulios, estaba ya uno, lo de "rebajarse inmensamente" tiene méritos, por lo menos, espeleológicos, si es que no directamente milagrosos. Pero no se preocupe el literalista AR, que no pretendo afirmar que mi catecismo de infancia dijera que no hay que pensar y que así lo manda la Santa Madre Iglesia, como él parece haber entendido (¿será verdad eso que dice a veces JLGM de que "la ironía es eso que nadie entiende"?). Aclaro, pues: mi viejo catecismo, como otros, empleaba en efecto, y al pie de la letra, esa expresión acerca de los mandatos de la SMI, pero no la aplicaba a la tarea de limitar el pensamiento; ésa es una generosa, y posiblemente gozosa, contribución particular de algunos. Yo supongo que, puesto que tanto EGM en su última nota como el amigo Carmelo no parecen tener dudas de que su verdad es La Verdad, y cualquier otra cosa una mera opinión tan descarriada como lamentable, producto sólo de no querer entender, aquello de Cernuda ("tolerante de lealtad contraria, / según la tradición generosa de Cervantes") les sonará a chino. A chino relativista, para ser más exactos. En todo caso, tranquilícense aquellos a quienes tan poco gustan mis sofismas, mi pédreo o pedregoso estilo y mi manía (porque tiene que ser manía, qué si no) de llevar la contraria a las Verdades Únicas: como ya sugerí en mi última nota, y reafirmo con definitiva convicción en ésta, pienso ausentarme por una larga temporada, que bien pudiera, simplemente, no tener vuelta. El esfuerzo, y el tiempo, de relativizar frente a tan poderosas Convicciones Absolutas, o Absolutamente Convencidos, son cosas que prefiero emplear en obligaciones más importantes, y que me tocan más de cerca. Así que, en cuanto consiga emerger de mi profundísima bajeza, iré a curarme y me dedicaré a lo mío. Gracias por la atención y la paciencia: no volveré a ponerlas a prueba.
Supongo, Pedrete, que me pasé de frenada. Me alegro infinito de que conozcas bien el viejo Catecismo. Te recomiendo vivamente el nuevo: te gustaría mucho, estoy seguro. Te ayudaría también a darte cuenta de que la seguridad de un cristiano de saber que Cristo es la Verdad, es compatible con la seguridad de saber que en la mayor parte de las cuestiones humanas se mueve a tientas, como todos.
No sé si saldrá en el periódico este comentario que envié: "No hay que extrañarse: el oficio de los políticos que tenemos es mentir; y el T.C. es un órgano político, la instancia de los partidos para velar que las leyes no molesten a determinados grupos de presión".
ResponderEliminarJilguero
Leyendo el artículo, me parece inevitable llegar a la conclusión de que el recurso del PP ahora rechazado ahora por el Tribunal Constitucional aceptaba en su totalidad el matrimonio homosexual, considerándolo igualmente legítimo y con los mismos derechos que el tradicional, y sólo rechazaba que se le diera ese nombre. El problema, si a alguien más le ha ocurrido al leerlo lo mismo que a mí, es que eso es falso: el recurso ahora desestimado rechazaba muchas más cosas, y mucho más graves, que el nombre. (Y eso para no recordar que aquí no se trata de que el TC ordene y mande lo que ha de significar la palabra "matrimonio"; recuerdo al articulista que ANTES de que el TC se pronunciara, la RAE ya había incluido en la definición de la palabra la "unión de dos personas del mismo sexo").
ResponderEliminarHagan un ejercicio: cójanse un diccionario etimológico, busquen la entrada "matrimonio", vean su raíz, vean su evolución, observen después la evolución del resto de palabras del diccionario y comprueben cómo van cargándose de significados a lo largo de su historia.
ResponderEliminarLeído en "el diario.es": " Quienes argumentan que no están en contra de que los homosexuales se casen, pero que no lo llamen matrimonio, no están planteando un inocente debate semántico. Tras la palabra está el derecho: a la adopción, a la pensión de viudedad en caso de fallecimiento o a la herencia. Quieren arrebatar la palabra porque tras ella ha llegado la verdadera igualdad para estas parejas."
ResponderEliminarTienen razón los tres últimos amables comentaristas: la cuestión semántica importa, claro. Pero también es cierto que los sectores conservadores (llamémonos así) ya estábamos por aceptarlo todo a cambio de la palabra. Por eso concluyo que quizá la oportunidad perdida de un acuerdo (que yo creo que se hubiese logrado) está bien perdida, desde mi punto de vista quiero decir, porque se hubiese cedido en asuntos esenciales.Entre ellos, no cuento la pensión de viudedad, aunque me sonaría mejor otro nombre, nuevamente, que les deseo a todos y a todas y cuanto más cuantiosa resulte, mejor. Como cualquier otro derecho fiscal o administrativo o laboral que corresponda, que también les deseo, como a mí mismo. Con la adopción de hijos, en cambio, no estoy conforme, creo que el derecho que debe primar aquí es el del niño de tener una madre y un padre. Aunque sé que luego en la vida hay padres borrachos o difuntos o malas personas y todo eso, etc.
ResponderEliminar¿Ha impedido esa ley que las parejas compuestas por hombre y mujer se casen? ¿Ha destrozado esa ley alguna familia? ¿Las leyes que, según tú, "no amparan el compromiso por la indisolubilidad" obligan a alguien a separarse?
ResponderEliminarEn mi opinión, la diferencia entre ambos grupos es que uno quiere ejercer sus derechos e impedirle a los demás ejercer los suyos mientras que el otro quiere ejercer sus derechos y le parece muy bien que los demás ejerzan los suyos.
Un abrazo.
Tienes razón, José Luis, y nada me cuesta más a mí que meterme en la libertad del prójimo, ese don más sagrado que los cielos hicieron a los hombres; pero el problema es que todo esto tiene una dimensión social. Lo explica muy bien Aroz. Yo no lo diría mejor, aunque lo pienso lo mismo.
ResponderEliminarLeída esa argumentación. Y aquí contestada:
ResponderEliminarPrimera discrepancia: Habría que decir en qué afecta la ley a “los intereses generales”.
Segunda discrepancia: Debería dejar de “discrepar” con tales organismos. En el caso de Francia, ahí tiene la medida legislativa impulsada por el presidente de la República. Y en el caso español, el dictamen del órgano judicial más alto.
Tercera discrepancia: En este punto se limita a expresar una opinión personal. No sirve como argumento.
Cuarta discrepancia. Niego la mayor. Tendrá que explicar en qué debilita, según ella, “la institución más importante de la sociedad”. Hasta ahora, este tipo de leyes no han acabado con esa institución ni en Holanda ni en España ni...
Quinta discrepancia. Se equivoca totalmente y debería informarse mejor. Existen multitud de estudios contrastados que demuestran que “el desarrollo armónico” de los niños criados en parejas homosexuales no se ve afectado en modo alguno sino todo lo contrario.
Sexta discrepancia. Puesto que no se trata de negar derechos a nadie sino de añadírselos a terceros, es irrelevante su sexto punto. Y la ley se aprobó porque el Parlamento tenía mayoría suficiente para aprobarla. Por lo demás, ahora hay otra mayorías y no se va a cambiar, sabiamente.
Un abrazo.
José Luis Piquero: me gustaría las citas de los estudios contrastados de los que habla.
ResponderEliminarA la unión estable de parejas homosexuales deben reconocérsele efectos jurídicos. Los que permitan proteger sus derechos e intereses de acuerdo con su función y su encuadre en la sociedad.
ResponderEliminarA los matrimonios también.
Está claro que la función social de unos y otros es distinta, de ahí que deban tener derechos y deberes distintos.
Por poner sólo un ejemplo: ¿en base a qué debe tener un homosexual derecho a una pensión por la muerte de su pareja? Hombre si hay dinero de sobra, me parece muy bien, pero no es el caso... ¿Por qué razón la muerte de un hermano no genera una pensión para el supérstite en el caso de que hayan vivido juntos y solteros toda la vida? Yo tengo tías abuelas solteras que han convivido hasta su muerte en amor y compaña. ¿Hay alguna diferencia con una pareja homosexual? Y me refiero a una diferencia que permita discriminarla con respecto a otras parejas estables (lo recóndito de la alcoba, precisamente por respeto a la intimidad, no puede, ni debe ser un criterio)
Si se generaliza la poligamia en un futuro (por ejemplo porque la sociedad se islamice) habrá que regular sus efectos, claro está, por razones de seguridad jurídica, pero ¿le llamaremos también matrimonio? Como poder podemos, pero no lo es. Yo puedo llamar al pan, pan y pan al vino, pero que lío entonces.
Ununcuadio: Sin buscar mucho, ahí va la noticia sobre un estudio en España: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/19/espana/1268991964.html
ResponderEliminarUnuncuadio: Sin buscar mucho, ahí va la noticia sobre un estudio en España: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/19/espana/1268991964.html
ResponderEliminarMe encanta lo que dice Piquero de que el "desarrollo armónico del niño [...] no se ve afectado en modo alguno sino todo lo contrario"
ResponderEliminar¿Qué coño es "sino todo lo contrario"?
Pedrete elude citar el "en algunas legislaciones" que abre la nueva acepción de su sacrosanto DRAE. Para que lo entienda, los legisladores serían Humpty Dumpty, y si la RAE dijera lo que él dice que dice, la RAE sería Humpty Dumpty. Pero no lo va a querer entender.
A mi lo del nombre me da igual, que se quieran ayuntar bajo la denominación de "matrimonio" me parece un triunfo posmoderno del Orden y del Matrimonio (como señalaba el difunto García-Calvo). Que los progres aplaudan este triunfo del Orden con las orejas es otro triunfo posmoderno del Humor.
Yo creo que el matrimonio en la legislación española no sirve ni para limpiarse el culo con él y que pronto nos podremos casar con nuestras mascotas y siempre habrá un Piquero haciendo palmas y diciendo que eso no afecta para nada a los niños, sino todo lo contrario.
Cualquiera que no fuese el señor BV se daría cuenta de que en mi frase faltaba una palabra: "negativamente".
ResponderEliminarPor cierto, no tengo nada en contra de que usted se case con su mascota. Probablemente sería una sensata decisión.
Atentamente.
Osea, que lo de tener dos padres del mismo sexo afecta "positivamente" al desarrollo armónico del niño, quería decir Ud. Ah.
ResponderEliminar¿Ve? Ya le decía yo a usted que no tardaría en aplaudir con las orejas el matrimonio zoofílico...
Lo siento, José Luis Piquero, no me refería a noticias del periódico, sino a estudios científicos revisados por pares en revistas de calidad.
ResponderEliminarUn saludo
No lo digo yo, señor BV, sino los expertos.
ResponderEliminarVuelvo a repetirle que, en su caso, y vista la fijación, efectivamente aplaudiré si decide casarse con su mascota.
Atentamente.
Sí, si está claro que no hay tonto que no aplauda una tontería.
ResponderEliminarBúsqueme también un experto que diga eso.
Ya se está poniendo usted un poco más impertinente de la cuenta. No dude que yo también sé pronunciar adjetivos que le vienen a usted como anillo al dedo.
ResponderEliminarPóngame a los pies de su mascota.
Me alegra que sepa pronunciar adjetivos. Está muy bien. Tenga cierta deportividad, que fue Ud el primero en ponerse impertinente recomendándome que me casara con mi mascota.
ResponderEliminarA mi último comentario (el de que un tonto aplaude cualquier tontería, como había aventurado en mi primera intervención) se me olvidó titularle: QUOD ERAT DEMONSTRANDUM, tras la generosa demostracion que nos ha ofrecido Piquero.
No voy a seguir replicando a macarradas airadas. A los pies de lo que sea ya se pone usted solito.
Soy yo quien no contesto a zafiedades. Siga usted "bien".
ResponderEliminarBV sigue con su costumbre, lamentable costumbre, de ser incapaz de discrepar de alguien sin entrar en el terreno de la descalificación personal; como ya le dije en su día, se le calienta la boca con penosa facilidad. Dicho esto, yo no he "omitido" nada en la definición del DRAE que citaba; me he limitado a aportar las palabras literales que apoyaban mi afirmación al respecto. Es obvio que, por ejemplo, la homosexualidad está considerada como delito en algunos lugares, uno de los cuales fue en su momento España (y castigada incluso, en alguno de ellos, con la pena de muerte). No verá que en la definición del término que da dicho diccionario se aluda a que es así, es decir, que es delito, y delito con pena de muerte, en algún sitio. La razón es obvia: recoger ese hecho en la definición sería tanto como apoyarlo, o al menos no condenarlo. De que el DRAE recoja ahora eso en su definición de matrimonio se concluye que no lo condena, o no lo recogería. Y termino repitiéndole lo del principio: se puede discrepar de las ideas que uno tenga sin entrar en el terreno de la descalificación personal (e incluso del insulto, como alguna vez le ha ocurrido). Aunque parece obvio que él no sabe hacerlo; y, lo que es peor todavía, no quiere aprender. Lástima.
ResponderEliminarPedrete, no estaría de más, que dedicases algo de tu prédica a reprender al Sr. Piquero que, me parece a mí, que también le ha faltado a Bv, y primero, y mucho más, con las sucesivas alusiones a su mascota. Pero claro, se me pasaba que estas indirectas tan directas son en tono jocoso, y eso parece ser que lo justifica todo. Así, con el mismo sentido del humor fino e indirecto, Bv podría haber recomendado a su contrincante que disfrutase de los placeres de la unión homosexual; sin embargo, como es tan primario y no entiende las bromas optó por algo ofensivo como llamarle tonto, ¡qué le vamos a hacer! ¡nunca aprenderá!
ResponderEliminarPor cierto, seguro que habeis oido hablar del Proyecto Gran Simio, que desde hace tiempo intenta establecer cierta condición de persona jurídica para los grandes simios. De ahí a lo que sugiere Bv hay un paso ¿o no?
Gracias, Pedrete, su ecuanimidad me ha emocionado. No esperaba menos de usted. Tenía la oportunidad de extender sus temidas censuras no sólo al ordinario que no piensa como usted (yo), sino al que piensa como usted, y no lo ha hecho. Como comprenderá, si antes me resbalaban, imagínese ahora que ha evidenciado que sólo las decreta contra mí y que no responden a un criterio inteligente (esto lo sospechaba) ni objetivo.
ResponderEliminarSupongo que será inútil recordarle -ya se lo dije a alguno de los personajes que adopta para sermonearnos- que el DRAE no condena ni puede condenar nada. Que no es un Código Penal y que -aunque le duela- los jueces no lo usan para integrar conductas típicas.
E igualmente inútil será decirle que sabrá usted las razones que le movieron a amputar la definición del DRAE. Yo le he dicho que ha cercenado su inicio -lo que para su religión debe ser un crimen monstruoso- y es verdad.
Ciertamente me da igual que se matice con lo de "en algunas legislaciones". Bien es cierto que esa matización no se hace respecto a la unión entre hombre y mujer y que, a sensu contrario, el DRAE dice que el matrimonio no es la unión entre personas del mismo sexo salvo en algunas legislaciones. Aunque no existiera este matiz, ni el DRAE, ni el legislador ni el TC ni Humpty Dumpty me van a enseñar lo que es matrimonio. Usted me temo que tampoco.
(Gracias por el capote, Carmelo. Un abrazo)
Añado este enlace de Monseñor Munilla, porque utiliza exactamente mis argumentos, para aquellos "refractarios" que no quieren escuchar otros muchos más sólidos y profundos, que los hay claro, pero al ser morales o antropológicos no los entienden: (a falhttp://www.enticonfio.org/enticonfio095.pdf
ResponderEliminarPiquero se ha limitado a contestar a BV, que es quien inició el tema de las descalificaciones personales y el lenguaje grosero; léase el último párrafo de su primer comentario, por ejemplo. Su problema, otras veces lo he dicho, es su incapacidad de aceptar el hecho simplísimo de que se pueden tener ideas diferentes a las propias, y ser sin embargo una persona honesta e inteligente. Para él, se diría que esas cualidades están exclusivamente reservadas a quienes tienen sus mismas ideas. Es, por ejemplo, incapaz de aludir a lo que llama "progres" sin dejar claro que son para él una especie de clase inferior, algo intermedio entre la tontería y el delito. No verá que yo descalifique así a quienes podríamos llamar, haciendo un comprensible paralelismo, los "regres". Es más, me consta que, entre quienes tienen ideas conservadoras, hay gente de veras inteligente, de veras honesta, y que es enteramente capaz de defenderlas sin faltar al respeto a nadie. El titular de este blog da continuamente ejemplo en esto, lo que le agradezco. No es el caso de BV. Y el asunto es que yo no creo que tenga la manía de la zafiedad o el insulto; lo que creo es que, por incapacidad de deslindar, toma la contradicción a sus ideas como una especie de insulto personal; y en cuanto se tropieza con dicha contradicción, antes, y a veces en lugar, de pensar sobre ella, se siente personalmente ofendido y reacciona con irritación. Mala cosa.
ResponderEliminarLe agradezco a Pedrete el elogio, acompañado además de un estupendo neologismo, "regres", y superpuesto al agradecimiento por su corrección estilística en mi artículo dantesco; pero no es virtud todo lo que reluce. Le confieso que en la belicosidad de Balaverde descubro y envidio una muy vigorosa caridad y amor por la verdad.
ResponderEliminarUps, Dios mío, perdón. El que me hacía la corrección dantesca es Gatoflauta. En mi confusión no ha habido ironía alguna, sino despiste o dislexia. Aprovecho para agradecérsela a él desde aquí, y para decirle a Pedrete que esto no cambia la sensación de deuda que tengo con él, si quiera sea por la buena fe (en el mejor sentido de la palabra) con la que vivifica esta tertulia virtual.
ResponderEliminarA mí también me parece excelente lo de "regre"; me lo apropio.
ResponderEliminarPero entre el supuesto "fair play neutro" (tan sofístico) de Pedrete y la finura dialéctica de Balaverde, yo me quedo con la segunda, siempre.
Hombre, si tuviera que elegir entre Pedrete y Piquero, me quedo con Pedrete, eh, que al menos argumenta de acuerdo con unas premisas y no daña el principio de no contradicción a cada paso.
No se preocupe EGM por la confusión: no es el único. Temo que yo mismo acabaré, si esto sigue así, por no saber muy bien quién o qué soy (suponiendo que por ahora lo sepa, que ésa es otra).
ResponderEliminarPedrete, adorador pero amputador del DRAE, piquete perpetuo en la huelga del sector de la inteligencia, el rifirrafe entre Piquero y yo ya ha quedado zanjado porque, a diferencia de lo que le ocurre a usted, tenemos la buena costumbre de que cuando decimos que no vamos a seguir haciendo algo dejamos de hacerlo.
ResponderEliminarYa me dirá quién le ha nombrado árbitro de la cuestión. Es una pregunta retórica.
Bien está que nos haya demostrado que la objetividad no es, tampoco, una cualidad que quepa predicar de su personaje. Lo que no puedo asumir, y esto supone mi rendición incondicional, es que piense usted que hay en mis palabras la más mínima irritación personal o de otra índole.
Siempre empezamos hablando de un tema controvertido y acaba usted elucubrando sobre los misterios de mi psique. Esto lo hacía mi abuela en tiempos con todos sus nietos. Ella tampoco tenía razón.
Gracias por la "sofistería" que AR me atribuye. Pero la cosa es todavía peor. Tal es mi, llamémosla así, cortedad intelectual, que le juro por lo que él considere más sagrado que no soy consciente de los sofismas que según él empleo. Pero no debe sorprenderle eso; tampoco soy consciente de que expresiones de BV como lo de que el matrimonio en la legislación española no sirva "ni para limpiarse el culo con él" (sic), o sus generalizaciones sobre la ideología que llama "progre" (y según las cuales, al parecer, todos los que incluye en dicho saco reaccionan con milimétrica y previsible identidad ante los mismos estímulos, como otros tantos perros de Pavlov: todos los que no piensen como él, ya dije, son no menos tontos que predecibles), sean ejemplos de "finura dialéctica"; yo, pobre de mí, creía que la finura era otra cosa. Es más: yo habría puesto, con la mejor fe del mundo, ese tipo de comportamientos (la descalificación en bloque del adversario, el lenguaje grosero utilizado en la convicción de que cuanto más lo sea más se refuerza el argumento, etcétera) como ejemplos de todo lo contrario. Ya ve pues AR que mi estatura intelectual es verdaderamente ínfima, y debe por tanto perdonar mis caudalosas meteduras de pata pensando que, sencillamente, uno no da para más.
ResponderEliminarQué soez soy.
ResponderEliminarDonde decía que en la legislación española el matrimonio no sirve ni para limpiarse el culo con él, diré:
"Dada su actual regulación, el matrimonio es menos vinculante que el contrato de ADSL con telefónica".
Donde llamaba progres a los progres (y me lo tachan de "descalificación en bloque al adversario"), matizaré:
"Qué gracia me hace que el mismo sector que no hace tanto habría arremetido contra la institución burguesa del matrimonio, aplauda ahora emocionado la extensión de ese Orden burgués a nuevas sensibilidades afectivas"
Es, creo, todo lo fino que puedo llegar a ser. Espero que cuando lo lea Pedrete no se le caiga el monóculo en la sopa.
Gracias, Ángel, por lo que dices. Y a Enrique por ver en esto una suerte de caridad -cuando parece ocio mal empleado- y acoger con paciencia en su blog estos revuelos inconducentes.
Se equivoca el amigo BV. Yo no le critico que llame "progres" a los "progres", "regres" a los "regres" o como desee a quien le parezca: es asunto suyo. Le critico la simplificación que supone atribuir a todos los que llama "progres" un mismo e invariable pensamiento (¿recuerda mi alusión a los "perros de Pavlov"?). Parece pensar que los tales "progres" son una masa indiferenciable e incapaz de reaccionar como no sea al unísono y previa indicación o voz de mando, al contrario que los "regres", individuos únicos y todos ellos con criterio propio. Pero ya dije a AR que mi ínfima estatura intelectual sin duda no me permite comprender ciertas altísimas lucubraciones. Piense BV, y tranquilícese así, que todo lo que no le guste de lo que me lea se debe a eso, a que un tonto como yo, ¿qué va a decir si no son tonterías? Yo, en cambio, creo (es más, sé positivamente) que la bronca "finura dialéctica" que BV prefiere frente a quienes considera adversarios ideológicos no se debe a ninguna limitación suya, sino a que entiende que las buenas maneras y el respeto son cosas sólo debidas a quienes previamente se las han ganado, demostrando que piensan de la única manera en que, en su opinión, se puede y debe pensar. Que yo no consiga estar de acuerdo con tan peculiar manera de plantearse las cosas es, sin duda, otra más de mis muchas carencias intelectuales. Uno siente de veras el dar para tan poco; qué le vamos a hacer.
ResponderEliminarPedrete, no se eche mierda encima, hombre "sed, quae stulta sunt mundi, elegit Deus, ut confundat sapientes".
ResponderEliminarAsegúrese de ser un tonto de los de verdad -no vaya a ser esta proclamación que hace de sus limitaciones una estratagema para enternecernos o encierre cierta ironía- y no se preocupe por lo demás."¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad?", dice San Pablo.
Pedrete, yo no pretendía insultarte al utilizar la palabra 'sofista' (que es de la misma familia, pero no se identifica con las palabras sofisma y sofistería); de hecho cada vez tengo más simpatía por los sofistas griegos, aunque siempre preferiré a Sócrates.
ResponderEliminarLo que quiero decir, Pedrete, es que tú, como ellos, das mucha importancia a las reglas y menos al criterio último sobre los universales (verdad/bondad/belleza): pones el foco en la convención y exiges que se respeten las normas.
Balaverde, en cambio es el Sócrates de la ecuación: con actitud directa, provocativa, en los cauces de la retórica pero sin caer esclavo de las reglas, con la atención en lo más importante.
Eso es lo que quería decir. Yo admiro a los sofistas, pero acabo siempre en el bando de Sócrates (y sus discípulos Platón y Aristóteles), aunque cada vez con más perplejidades y escepticismos en la mayoría de los problemas, pero esa es otra cuestión. Lo que no haré es tomarme en serio al Tribunal Constitucional: eso ya no, hasta aquí hemos llegado. Y no, no soy golpista, solo explico mi perplejidad por la manera "evolutiva" que tienen de interpretar la Constitución.
Para BV: la "proclamación" a la que se refiere no pretende "encerrar cierta ironía", sino, por el contrario, dejarla ampliamente en libertad.
ResponderEliminarPara AR: El problema con los "universales" en cuestión es que de la Belleza, por ejemplo, se han dado (y se darán) multitud de definiciones. Dicho de otro modo, hay gente que (con honradez y convicción) piensa de distinto modo acerca de ellos. Y no digamos de su aplicación concreta a la realidad, o sea, acerca de qué, exactamente, es bello, bueno o verdadero. Por ejemplo, hay quienes encuentran modélico el arte de Picasso, y quienes lo encuentran trivial, o directamente horrible. Pero también hay quienes pretenden imponer a todos su propia convicción o criterio, de modo que si por ejemplo Picasso no les gusta nada, no aceptarán que alguien pueda, en cambio, apreciarlo de veras e inteligentemente: si eso ocurre, es que o son tontos o se engañan. Y hay, en cambio, quienes no creen que sus propias convicciones tengan que ser por obligación las de todo el mundo, y admiten que puedan otros pensar de modo distinto al de uno mismo.
No se trata aquí, pues, de la gallarda defensa de unas verdades irrebatibles, sino del respeto que algunos, como yo, entendemos que merece quien expone, con los mejores argumentos que encuentra y sin meterse personalmente con nadie, opiniones (o convicciones) distintas de las propias.
En eso se basa la democracia: en el respeto del derecho a disentir. Y en eso se opone, por ejemplo, a la teocracia, en la que se entiende que hay una serie de verdades inatacables, como respaldadas por Dios mismo, a las que no asentir es pecado. Exactamente lo que intentan quienes, en algunos países islámicos, pretenden que la convivencia civil se rija por la "sharía", esto es, que la legislación civil esté inspirada directamente en el Corán. Es obvio que en este caso resultarán directamente delictivas opiniones o conductas que se aparten de esa convicción religiosa, sea por regirse por otra, sea por no tenerla en cuenta.
No es ése mi propio criterio: sean cuales sean las verdades en que uno personalmente crea, y el grado de fidelidad con que se adhiera a ellas, me parece obvio que cualquiera que lo desee debe tener el derecho de exponer y defender otras, siempre que no atenten contra la convivencia de todos.
Por ejemplo, el racismo es condenable porque niega o menoscaba a priori a una parte de la sociedad el respeto que todo ser humano merece por el hecho de serlo. La regulación legal del matrimonio homosexual, por otro ejemplo, no lo es, porque a nadie niega la posibilidad de contraer un matrimonio heterosexual con todas las garantías, amparos y formalidades que desee.
Y por cierto, puedo contar aquí que yo mismo he oído a Álvaro Pombo, cuya homosexualidad es cosa abiertamente reconocida y proclamada por él mismo, decir que no le gustaba nada el nombre (y la idea misma) del matrimonio para los homosexuales, que él prefería un tipo de unión diferente, para la que proponía (ignoro, eso sí, con qué grado de seriedad) el término "consorcio".
Nunca dejará de sorprenderme la violencia verbal de los integristas. Va con el caracter, supongo. Una vez dije, en otro debate que se volvió excesivamente agresivo, que no veía la caridad cristiana por ninguna parte, y alguien me dijo que a ver si por ser cristianos iban a ser gilipollas. No le respondí, pero estoy plenamente de acuerdo en que alguien sea, si le place, aunque no necesariamente, ambas cosas.
ResponderEliminarEva, mi mujer, lo expresó mejor cuando me dijo que lo de ellos era cristiana pero no caridad. Pleno al quince. Es una definición ampliable a mil otras cosas.
Atentamente.
La caridad cristiana, tienes mucha razón, querido José Luis, no es muy blandita que digamos. Ya lo dijo Cristo: "Fuego he venido a traer al mundo"; y luego está lo de la espada y no la paz. El sentimentalismo es el hijo pródigo de la caridad cristiana, pero conviene no confundirlos.
ResponderEliminarUn áspero, pero cariñoso abrazo.
¿Ha visto alguna vez EGM que yo le ataque (ya no digamos insultar) personalmente, aunque discrepe de sus ideas? ¿Ha visto que me permita, en esas discrepancias, el uso de un lenguaje malsonante o soez? ¿Cree que, si yo hubiera hecho alguna de esas cosas, podría escudarme en la "caridad" para justificar mi grosería, mi falta de respeto al otro y mi mala educación? Me temo que, en su última respuesta, es él quien confunde las cosas.
ResponderEliminarConvendremos, entonces, en que alguien ha sido un auténtico integrista cristiano cuando decía aquella macarrada de que me casase con mi mascota y que le pusiera a los pies de ella.
ResponderEliminarPedrete, mire que la democracia es una cosa bonita, pero la base de la democracia que propone ("el respeto del derecho a disentir", olé) es posiblemente uno de los fundamentos más retorcidos y menos atractivos que se hayan postulado jamás. Enhorabuena.
Qué perversamente se le puede dar la vuelta a las cosas. El origen de lo de la mascota fue un comentario de ese señor en el que, para todo el que quisiera entenderlo, equiparaba el matrimonio homosexual con el matrimonio entre personas y animales. Y por si no quedaba claro, en un posterior comentario lo puso más transparente: matrimonio zoológico.
ResponderEliminarOtro educado comentarista sacó a relucir, en una discusión sobre los derechos de los gays (que son personas, oh, sorpresa) los derechos de los monos, aludiendo al Proyecto Simio. ¿Cuál es la verdadera macarrada, cuál es la verdadera zafiedad?
Es ocioso señalar que no he equiparado el matrimonio homosexual con el matrimonio entre hombre y animal. Lo único que tienen en común, para mí, es que ninguno de los dos es matrimonio, por más que mañana se regulara el tipo de unión que vivamente el Sr. Piquero me recomienda contraer. Tampoco es matrimonio un equipo de fútbol y no por señalar este hecho he cometido el homófobo crimen de equiparar a un homosexual con un futbolista. Simplemente, he señalado que el matrimonio con animales sería un paso más en la decadencia de la institución. No veo la equiparación, la verdad.
ResponderEliminarEl otro educado comentarista al que se refiere [Carmelo Cuesta] señaló que el proyecto simio puede ser un paso en la dirección grotesca que yo apuntaba, en tanto que reconoce a determinados monos como sujetos de derechos y obligaciones y les podría reconocer cierta capacidad jurídica para obligarse en un contrato -el matrimonial- que hoy no exige menos permanencia que el adsl+fijo+móvil con un telefónica.
Esto, no creo que a nadie se le oculte, tampoco resulta nada ofensivo.
¿Quién es más macarra o más zafio? No tengo inconveniente en reconocerle que posiblemente yo.
Pero entiendo que el Piquero que a la 1:17 de madrugada se preguntaba profundamente por la violencia verbal del integrismo cristiano, era el mismo que el Piquero que insistió hasta tres veces en que me casara con mi mascota. Y aquí hay cierta contradicción entre Piqueros. Porque lo de "póngame a los pies de su mascota" [donde en mascota debiera decir señora], por más que a Pedrete o al propio Piquero les pudiera parecer un tolerante chiste volteriano, era una salida de pata de banco.
Por alusiones: no me parece a mí que, si en una discusión sobre el matrimonio homosexual (o sobre lo que sea) se equiparan las posturas de quien apoye una u otra postura con las que defendiesen igual trato para mascotas o simios, esa equiparación sea inocente. Pero en fin, allá cada uno.
ResponderEliminarEn todo caso, lo que yo entiendo por insultos, como ya dejé claro en su día, es lo que por ejemplo ocurrió en la larga discusión sobre el tema del aborto producida en la entrada del blog "Trampolínk" de título "Cuánto honor al Opus Dei", allí publicada el 19 de Agosto pasado, y donde resumí mi postura respecto a lo que tratábamos diciendo (copio y pego) que "quienes son partidarios de la prohibición absoluta cuentan con todo mi respeto; pero que su postura, en contra de lo que ellos parecen creer, no es la única posible, ni siquiera dentro de la propia iglesia católica (y menos, claro, fuera de ella). Un poco más de respeto a quienes piensan de modo diferente no haría a nadie ningún daño". Actitud que me valió, por parte del propio BV, el calificativo de "cacho nazi" (otro prefirió referirse a mí como "Herr Pedrete"; otro aún señaló que esa actitud mía era exactamente idéntica al plan de exterminio "Aktion-4" de Hitler y sus secuaces), aparte de él mismo y otros intervinientes que aludieron a la condición de "asesinos","cobardes", y toda otra serie de lindezas que allá podrá leer quien tenga paciencia para ello, de quienes apoyaran una postura como la mía. (Inútil es recordar, una vez más, que yo ni entonces ni ahora me referí en términos parecidos a ninguno de mis contradictores: la idea de que es legítimo contestar, en una discusión sobre cualquier tema, "no estoy de acuerdo con sus ideas, porque...", pero no, abandonando el terreno de los argumentos, "es usted un..." -y aquí la descalificación o el insulto que uno prefiera, parece no poder entrar en ciertas cabezas).
Supongo que la información aparecida hoy en diversos medios respecto a la embarazada muerta en Irlanda a quien se había negado la posibilidad de abortar, porque en el hospital donde lo intentó le dijeron que "éste es un país católico, y el aborto está prohibido" (La Vanguardia, de donde copio el texto -es el del subtítulo de la noticia-, continúa: "La mujer, dentista, murió de septicemia en medio de terribles dolores por un embarazo inviable") es cosa que parecerá muy normal y aceptable a dichos contradictores, y ya no el que a mí no me lo parezca, sino el simple hecho de que lo cite aquí, una prueba más de mi condición de "Herr Pedrete". Y que nada de ello tiene que ver, en absoluto, con insultos o descalificaciones personales, sino con el ejercicio de la caridad cristiana. (Quizá, se me ocurre, la mujer muerta pensara de otro modo). En fin.
Claro, Pedrete, la noticia que nos trae a colación desde Irlanda es idéntica al supuesto eugenésico que le hizo acreedor de su título de nazi en el campamento de verano para demócratas desde cuya sala de informática tuvo a bien torrarnos...
ResponderEliminarEs usted un campeón de la analogía, con qué gracia "supone" usted cosas y traslada las conclusiones del supuesto eugenésico a otro supuesto (el de esa pobre mujer) con el que no guarda la más mínima identidad de razón. Esto tan bonito que acaba de hacer alguien más educado se lo tacharía de "sofistería" a mí me ha parecido algo lisa y llanamente miserable por su parte.
BV desde bberry
Bien; mi postura ha quedado suficientemente clara. Y la actitud de BV (en la que no está solo, por desgracia) negándose a comprender lo que decía en mi última nota, esto es, que en una discusión civilizada valen los argumentos, no las descalificaciones o insultos personales, también. Aquí lo dejo; me parece obvio que, cuando JLP hablaba de la "violencia verbal" de algunos, tenía toda la razón. Ojalá, lo digo muy sinceramente, esa violencia verbal (lamentable en sí misma, en todo caso) no deje nunca de ser sólo verbal.
ResponderEliminarPrecisamente, Pedrete, ahí está una clave de estas animadas tertulias que usted nunca ha querido entender (porque entendederas sé bien que tiene), que es algo distinto (aunque previo) a compartir. La única violencia ejercida realmente es la verbal y conceptual a una institución como el matrimonio, o la directamente sangrienta a los fetos. Eso sí es violencia y la verbal nuestra, en su caso, un desvaído reflejo reactivo.
ResponderEliminarPedrete:
ResponderEliminarHace 5 días y 46 comentarios que usted secretó su único argumento a cuenta de la polémica del matrimonio homosexual.
Decía no sé qué del recurso y citaba -como acostumbra- el DRAE.
Le dije, "amputa Ud. la deficinión"; me dijo: "no, cito sólo lo que apoya lo que digo"; pues eso: cita usted interesadamente.
El análisis del inciso que había amputado, y su irrelevancia, en cualquier caso, se pusieron de manifiesto. Usted ni pío al respecto. Sólo dijo no sé qué de si el DRAE condenaba o no condenaba (¿?) y no sé qué de la homofobia.
El resto de sus intervenciones han tenido francamente poco que ver con la cuestión, pero se las resumo:
1.- Se erigió en árbitro (parcial) del pourparler entre JLP y yo. Le pregunté retóricamente quién le había nombrado: es obvio que su superioridad moral le empujó a arbitrar.
2.- Luego se picó porque alguien vino a decir que prefería mi forma de discutir a la suya. Y empezó con esa cosa tan triste que suele hacer de empezar a decir que Ud es tonto, o limitado o de poca altura intelectual, "con ironía" -si es capaz de ella, que lo sigo dudando.
3.- Luego se tomó a mal lo de la caridad cristiana: un exceso de generosidad de Enrique que yo mismo he desmentido. Y empezó a rebuznar sobre el tema.
4.- Sermón democrático, que siempre va en su menú del día. Tuvo el mérito esta vez de formular el fundamento de la democracia ("el respeto del derecho a disentir") menos sexy que se recuerda.
5.- Otro "must" de lo que usted supone que son brillantes argumentaciones: rollos sobre sus "contradictores", elucubraciones sobre mi forma de ser, sobre si aprendo o no aprendo,y confusos alegatos en contra de la "violencia verbal" del integrismo cristiano -esa cosa que a JLP le quitaba el sueño anteayer.
6.- A esto le añadió ayer, de postre, la generosa meada fuera del tiesto de lo de la pobre señora de Irlanda, que me dirá a cuenta de qué coño venía, porque acaba de resumir su "última nota" como "en una discusión civilizada valen los argumentos". Pues busque Ud. ejemplos que no repelan al sentido común ni pongan de manifiesto su mala fe.
7.- Otro habitual de sus "argumentos", el ay-espero-que-la-violencia-se-quede-en-esto-y-no-vaya-a-más. Lo espera "muy sinceramente", dice. Suele ser su cierre, su traca final.
El otro día he visto un sketch muy tonto sobre "Señoras que se cruzan la bata cuando van a decir algo importante". No sé por qué, Pedrete, me lo imagino cruzándose la bata cuando suelta paridas como las de su último comentario, con "temor" (muy sincero, seguro...) e indignación.
Genial lo de la bata: me ha dado un ataque de risa (menos mal que estaba solo).
ResponderEliminar[Y yo todavía estoy arrepentido de haber usado la palabra "sofista" (en el mejor sentido de la palabra) para alguien que en realidad (y él lo dijo) es más de sofismas y sofisterías. Y espero que Pedrete no me vuelva a meter por esto en el saco de los partidarios del burka o JLP no me atice otra vez con el insulto de 'integrista' por esto].
"Secretar", "rebuznar", "paridas"... En fin, si eso es lo propio (para utilizar los términos de AR) del "Sócrates de la ecuación", es obvio que él y yo hemos leído a Platón, o a Jenofonte, en ediciones no sólo distintas, sino contrarias. El Sócrates que yo conozco no utilizaba tan delicadas flores dialécticas; no le hacían falta.
ResponderEliminarPero en fin, ya dije que cada uno se retrata en sus propias palabras. Termino, pues.
Sólo un último detalle, porque me sabría mal callármelo: la última intervención de EGM es para mí un poco triste. No por las ideas que en ella expone (es muy libre), sino porque parece sumarse con ella al coro de quienes no aceptan (ni entienden) que se pueda, en éste o en cualquier otro asunto, y aunque sea equivocándose, sostener legítima y honradamente una actitud distinta de la suya. Piense lo que piense del tema del aborto, es obvio para cualquiera que no esté cegado por los prejuicios que se puede discrepar en términos razonables o disparatar con abundancia de (digamos) expletivos. Decir que "la nuestra" (muy bien ese plural de grupo) no es verdadera violencia verbal (¿a cuánta gente he llamado yo una sola de las cosas, o aplicado uno solo de los términos, que aquí se me han regalado generosamente?), pero sí lo es el entender defendible el matrimonio entre homosexuales, aunque se haga en términos nada violentos, es cerrar los ojos a lo obvio, o retorcer con mala voluntad los hechos. NO: se pueden defender posturas como la de EGM, o como cualquier otra, en términos respetuosos o en términos zafios; y se pueden defender posturas contrarias de un modo razonable o irracional. Cosa que él, como cualquiera, sabe perfectamente, aunque en esta ocasión prefiera fingir que no lo sabe. Y, cuando él habla de "una clave de estas animadas tertulias que usted nunca ha querido entender (porque entendederas sé bien que tiene)", ¿me ha visto a mí dirigirme a él alguna vez en términos parecidos? ¿No se le ocurre que el "no querer entender" la única verdad que, según él, existe, bien puede ser el tener, legítimamente (y aunque sea equivocándome, repito) una opinión distinta, como ya le expliqué que la tiene tantísima gente? He dicho muchas veces aquí que EGM es persona respetuosa y con la que da gusto, incluso, discrepar. Tengo que matizar ahora, y lo siento, que hay temas en los que la pasión puede cegarle hasta el punto de no admitir siquiera que alguien pueda discrepar honestamente de él; quienes lo hagan es sólo porque "no quieren entender", no porque piensen de otro modo: eso no existe. O, por lo menos, no tiene derecho a existir. Natalia Ginzburg o Savater, a quienes respecto a esto recuerdo haber mencionado, no es, repito, que pensasen de otro modo: es que (malvadamente, en un tema tan grave) "se negaban, o niegan, a entender". Pues no, amigo EGM: yo, que no pienso como usted ni en el tema del matrimonio homosexual ni en el del aborto ni en muchos otros, no creo en cambio que sus ideas distintas de las mías se deban a que "se niega usted a entender" la única verdad (que sería, naturalmente, la mía), sino a que piensa usted (y tiene todo el derecho) de un modo distinto al mío. Yo creía que una cosa tan elemental era algo que usted y yo compartíamos, por encima de diferencias de criterio. Sigo creyéndolo pese a todo; pero, y es lástima, he de reconocer ahora que ciertos temas tienen poder bastante sobre usted como para cegarle hasta el punto de hacérselo olvidar. Lo siento.
Acotación: dicho esto, Pedrete vuelve a cruzarse la bata. Se dirige al escritorio y cierra los tomos de Platón y Jenofonte donde previamente había comprobado que no se ponen en boca de Sócrates las atrocidades de su "contradictor" BV. Abre, aún una vez más, el DRAE para consultar la entrada "matrimonio". Mira por la ventana y se pregunta:
ResponderEliminar"¿No me perseguirán los integristas que han jurado mi mal bajo la luna?"
Nada. Apenas el frío. Apenas una dolencia de sus años postrimeros.
Vaya, tenemos a un Chesterton entre nosotros. Pero un Chesterton de andar por casa, de Club de la Comedia. Una vez en la escuela le dijeron al señor BV que era ingenioso y ahora tendrá que serlo interminablemente hasta caerse muerto de agotamiento. Lo suyo es el retruécano y la sal gorda, aunque de vez en cuando nos dispensa algún latinajo no muy complejo, alguno de esos que hasta un político es capaz de decir. Todo lo que resta lo aprendió en los billares, probablemente.
ResponderEliminarYo también veo al señor BV cruzándose la bata. Es más, distingo los rulos en la cabeza y una malla por encima. Y pidiendo la aquiescencia de la vecina del sexto, que siempre conviene tener compinches.
Por lo demás, todo suena a pataleta sin mayores consecuencias, puesto que legalmente, socialmente, lingüísticamente y todos los entes que quiera añadir (a lo que habrá que sumar el poder de la costumbre y la normalidad, así pasen unos pocos añitos más), el matrimonio homosexual es una realidad ya sin marcha atrás. Y no debiéramos nosotros seguir debatiendo sobre el particular, pues es ocioso. Pero entonces nos perderíamos conocer a un ser tan ingenioso y elocuente y agudo y tan inclinado al sano despiporre.
Atentamente.
[Risas]
ResponderEliminarPasados los días vuelvo a entrar en este blog y leo la catarata de intervenciones que se han producido en esta entrada, y se me ocurre:
ResponderEliminar1.- Lo que verdaderamente molesta a pedrete es que Bv tenga un estilo más directo , mordaz, creativo y certero que el suyo, y desde luego mucho menos aburrido.En estas cosas del estilo también le gana su acólito del momento JLP.
2.- Los progres consideran como insulto zafio y violencia verbal que se sugiera que son tontos, sin embargo no consideran insulto ni zafio ni verbalmente violento recomendar a otros la familiar práctica de la zoofilía. Diferencias de matiz. A este respecto, se sigue esperando la filípica de pedrete reprendiendo a su acólito JLP por sus recomendaciones zoófilas; bastaría con un par de renglones, no es necesario que abrume al pobre JLP con un párrafo de los suyos.
3.- Todos sabemos lo que es un matrimonio: la unión de un hombre y una mujer. El resto de uniones no son matrimonio, aunque tratan de imitar y remedar al modelo natural. ¿Qué tendrá el matrimonio que todos lo critican pero todos lo quieren?.
4.- ¿Tiene sentido que se pretenda que la unión homosexual que, por su propia naturaleza es esteril, sea capaz de adoptar hijos?
5.- A los que defienden esa unión ¿les hubiese gustado tener dos padres o dos madres, o tener lo que presumo que tuvieron (un padre y una madre)?
6.- ¿Ha ido JLP al futuro para averiguar que el matrimonio homosexual ha venido para quedarse? en tal caso ¿vió si el modelo se había impuesto totalmente o si todavía quedaban retrogados seres humanos heterosexuales?
7.- Sobre el proyecto Gran Simio también se espera una disertación de pedrete (aunque sea acudiendo a wikipedia, ya que ni Li Po ni Sócrates hablaban de estas locuras), pues no sabemos aún su opinión al respecto. Aún prescindiendo de ella, lo que está claro es que ya hay personas de pensamiento avanzado (Goddall o Singer, por ejemplo), más avanzado incluso que pedrete y JLP, que propugnan los derechos humanos para esos animales; de ahí a "El planeta de los simios" hay un paso.
8.- En cuanto al aborto eugenésico que decir: unos creemos que todo ser humano es digno de la vida, aunque sea un feto con deficiencias; y otros, como pedrete, no. El problema está en que los nazis también pensaban ésto (Aktion 4 al fondo), y eso molesta.
9.- Sobre el relativismo que pedrete predica, en el que es lícito pensar lo que se quiera, me gustaría saber si considera si ese pensamiento es completamente libre o si tiene algún tipo de límites y, en tal caso, cuáles.
Y ya, que estoy "pedreteando".
P.S.: No se molesten en querer insultarme, llamándome integrista, no me molesta, es un halago por comparación con ustedes que, pese a su intransigencia, parece ser que no lo son
Como he recibido en estos días un curso acelerado de macarrismo, ya me da igual todo y veo que aquí de lo único que se trata es de echarse a la piscina. Vamos a ponerle los puntos al señor Carmelo, al que no me voy a molestar en llamar integrista, visto que le gusta la denominación. Es bueno asumir lo que somos.
ResponderEliminarPaso directamente al punto 2, puesto que el 1 es irrelevante, y le recuerdo al señor Carmelo que la metáfora zoofílica la inició BV y yo me limité a hurgar un poco. Estoy cansado de repetirlo, es fácilmente comprobable en los mensajes y siento quitarle al señor Carmelo su mejor baza.
3- El señor Carmelo puede creer sobre el matrimonio lo que quiera y clamarlo en el desierto diez años seguidos pero las leyes dicen otra cosa. Señor Carmelo, al orden: no se me vaya usted a hacer insumiso de la legalidad vigente.
Por cierto, me encanta su declaración de que "todos sabemos lo que es el matrimonio". Eso se llama falsación. Consiste en colar de rondón un argumento como asumido por todas las partes y debidamente establecido, para a partir de ahí argumentar. No, amigo, me parece que no lo sabemos "todos".
4-Tiene sentido. Lo dice la ley y hasta el sentido común. Pero no voy a intentar convencerle a usted.
5-En mi caso, estoy muy contento y feliz con la familia que he tenido pero conozco otras familias (esas a las que usted alude) en cuyo seno no me hubiera importado nacer. Veo en ellas lo mismo que me dieron a mí: educación, cariño, valores...
6-No, no he ido aún al futuro pero cualquiera puede ver que con esto ocurrirá lo mismo que con la ley del divorcio (que menudo pollo montaron ustedes entonces): la sociedad lo asume con normalidad. El mejor signo de esto que le estoy diciendo es que cinco años después el asunto es normal, habitual, cotidiano, y sólo cuatro fundamentalistas aún no se han enterado.
7-Este punto da para otro debate y no lo tocaré aquí. Aunque no dejo de recalcar la mala baba de sacarlo a relucir. En el fondo, y esto lo sabemos todos, se trata de equiparar a los gays con animales. Y seguir negándolo es hipocresía, la cual es pecado.
8-Paso también de este punto no porque no me interese sino porque es tema de otro debate. Lo mismo se puede decir del 9.
Total, que estamos como estábamos, salvo que a nuestro favor está la realidad y al suyo los deseos.
Atentamente.
Sólo contestaré al amable amigo Carmelo una cosa, no tema que yo, como él tan respetuosamente dice, "pedretee" más de la cuenta. Y es que dije ya que "cada uno se retrata en sus propias palabras". Él nos explica (punto 9) que le parece muy mal que cada uno "piense lo que quiera". Me imagino que lo que sí le parecerá bien es que todos pensemos, como decía el viejo catecismo, "lo que manda la Santa Madre Iglesia". Es obvio que él, antes que el pensamiento libre (¡horror, horror!), prefiere el pensamiento cautivo: la libertad, incluso de pensamiento (o sobre todo de eso), hay gente a la que le da muchísimo miedo. Claro que eso de que cada uno piense lo que quiera es difícil de evitar; lo de la Policía del Pensamiento que imaginara Orwell en "1984" (y aunque no han faltado tentativas, ciertamente), todavía no se ha conseguido. En fin, nadie es perfecto: piense el buen Carmelo lo que quiera que le manden (como ya dijera la extinta Universidad de Cervera a Fernando VII, "lejos de nosotros la funesta manía de pensar" -o "la peligrosa novedad de discurrir", que hay distintas versiones), y deje a quienes creemos que, en efecto, el pensamiento es y debe ser libre que afrontemos por nuestra cuenta las consecuencias de tan funesta manía. Yo lo dejo aquí: me parece inútil, y una pérdida de una cantidad de tiempo para el que tengo mejor empleo (y obligaciones precisas, que desatiendo más de la cuenta por discusiones evidentemente vanas). Y no tema que le llame integrista, o cualquier otra cosa. Su propia condición de adalid del pensamiento no libre, y cabe suponer que debidamente dirigido, dice sobre su modo de ver las cosas muchísimo más que cualquier término que pudiera yo emplear.
ResponderEliminarMe lo estoy pasando en grande con los comentarios. La verdad que no veo que haya insultos graves por ninguna de las partes. Se pueden tolerar muchas cosas cuando se dicen con ingenio.
ResponderEliminarBV tiene puntazos de partirse. Lo de la bata es genial.
A lo que vamos, ¿qué argumento se dará a una pareja hermanos (del mismo sexo o distinto o parecido, en fin eso da igual) que vayan al registro civil porque quieran casarse? Hombre es que no es costumbre- dirá el funcionario (que es progre)- además ustedes no se aman como los gays o lesbianas o los hetero. -Sí, si,- responderá la linda pareja- es que además somos incestuosos (perdonen los más sensibles).-¡ Ah, qué perversión! se le escapará al progre- Glup, que resbalón-, pensará- Si los conceptos de perversión, inmoralidad y todo eso tan anticuado no existen. ¿Qué hacer?- Ah ya lo tengo- y responderá muy serio- cuando haya unas miles de parejas de hermanos incestuosos vengan de nuevo.- Pero, pero,-dirán los hermanos- eso no es justo nuestros amigos Antonio y Pepe (ambos con bigote) se quieren y tienen derechos que nosotros reclamamos. -Nada, nada,-repetirá el funcionario mientras se cruza la bata, quiero decir se encasqueta las gafas de cerca y busca el sello de registro de entrada- todo depende de las mayorías. Vuelvan ustedes mañana.
La verdad, separados de otros argumentos más profundos, los jurídicos no los veo por ninguna parte…
Pedrete, te rebajas inmensamente diciendo esto:
ResponderEliminar"Me imagino que lo que sí le parecerá bien es que todos pensemos, como decía el viejo catecismo, "lo que manda la Santa Madre Iglesia".
Nunca, ni en el viejo catecismo, dijo eso.
Espero que lo retires: es una mentira como una catedral.
Piquero, salerito fino, respecto al curso acelerado de macarrismo, digamos aquello de que usted ya venía sobradamente preparado.
ResponderEliminarRespecto al argumento de Realidad, con base en el cual ha decretado que no se puede discutir sobre el tema de la unión homo y que basta de pataletas carcas: Advertirá Ud con facilidad que este argumento, a cuenta de una cosa que data de 2004, es poco oponible frente a una realidad mucho más desarrollada en el tiempo (el heterosexual como único matrimonio). Quiero decir, la vida del "matrimonio" homosexual es aún cortita como la picha de un virus, por eso invocar que "es lo que hay", es muy poquita cosa. Si este argumento estrella suyo no era invocable en 2003, ¿no cree que es un poco flojo?
Respecto a su invocación de la "costumbre", que irá "normalizando" la cuestión y aplacando a fundamentalistas. Evidencia su empanada y el profundo error que aqueja a los ingenieros sociales y ustedes, sus palmeros: las costumbres cristalizan en leyes, no las leyes en costumbres.
Respecto a lo demás: qué le gusta a un "librepensador" denunciar un pecado (hipocresía, ¿?). Si usted ve una equiparación entre homosexuales y animales en algún comentario, que se lo miren, no persista en su espejismo.
Lo dejo aquí y le prometo no contestarle más. Replicarle entraña la dificultad de determinar a quién debemos dirigirnos: ¿Al "librepensador tolerante" que cree que es o al progre que acaba decretando que punto en boca y sólo sabe decir que los demás son integristas-fundamentalistas? ¿Al Piquero del presente o al Piquero que ha venido del futuro y nos dice que las leyes no han cambiado?
No se ha tirado, como dice, a la piscina en su último comentario. Llevaba -por seguir con su metáfora- varios comentarios antes metido en una buena piscina de barro, con Guti, Pedrete y una stripper coja, por más que en la visión que tiene de sí mismo se vea a usted discrepando elegantemente cóctel en mano, como buen librepensador que piensa que es.
Gracias por lo de Chesterton. Usted me también me recuerda a un gran escritor: Juanjo Millás.
He entrado aquí para ver si se había publicado mi comentario, y me encuentro con la respuesta de AR, tan dramática. Teniendo en cuenta lo abajo que en su propia opinión, y en la de la mayoría de los otros contertulios, estaba ya uno, lo de "rebajarse inmensamente" tiene méritos, por lo menos, espeleológicos, si es que no directamente milagrosos. Pero no se preocupe el literalista AR, que no pretendo afirmar que mi catecismo de infancia dijera que no hay que pensar y que así lo manda la Santa Madre Iglesia, como él parece haber entendido (¿será verdad eso que dice a veces JLGM de que "la ironía es eso que nadie entiende"?). Aclaro, pues: mi viejo catecismo, como otros, empleaba en efecto, y al pie de la letra, esa expresión acerca de los mandatos de la SMI, pero no la aplicaba a la tarea de limitar el pensamiento; ésa es una generosa, y posiblemente gozosa, contribución particular de algunos. Yo supongo que, puesto que tanto EGM en su última nota como el amigo Carmelo no parecen tener dudas de que su verdad es La Verdad, y cualquier otra cosa una mera opinión tan descarriada como lamentable, producto sólo de no querer entender, aquello de Cernuda ("tolerante de lealtad contraria, / según la tradición generosa de Cervantes") les sonará a chino. A chino relativista, para ser más exactos. En todo caso, tranquilícense aquellos a quienes tan poco gustan mis sofismas, mi pédreo o pedregoso estilo y mi manía (porque tiene que ser manía, qué si no) de llevar la contraria a las Verdades Únicas: como ya sugerí en mi última nota, y reafirmo con definitiva convicción en ésta, pienso ausentarme por una larga temporada, que bien pudiera, simplemente, no tener vuelta. El esfuerzo, y el tiempo, de relativizar frente a tan poderosas Convicciones Absolutas, o Absolutamente Convencidos, son cosas que prefiero emplear en obligaciones más importantes, y que me tocan más de cerca. Así que, en cuanto consiga emerger de mi profundísima bajeza, iré a curarme y me dedicaré a lo mío. Gracias por la atención y la paciencia: no volveré a ponerlas a prueba.
ResponderEliminarSupongo, Pedrete, que me pasé de frenada. Me alegro infinito de que conozcas bien el viejo Catecismo.
ResponderEliminarTe recomiendo vivamente el nuevo: te gustaría mucho, estoy seguro. Te ayudaría también a darte cuenta de que la seguridad de un cristiano de saber que Cristo es la Verdad, es compatible con la seguridad de saber que en la mayor parte de las cuestiones humanas se mueve a tientas, como todos.