De guardameta, la doctrina social de la Iglesia. A todos los
demás, antes o después, terminan por meternos goles.
De centrales, dos conservadores clásicos. Uno, que vaya bien
de cabeza, que lea la jugada (que lea, vamos) y que domine el juego aéreo. Otro
más al estilo castizo de conservador de conservaduros o conservaeuros, que llevándose de la querencia se adueñe de su
zona del campo como un terrateniente.
De lateral derecho, con ayudas constantes, un carlista; de lateral izquierdo —subiendo como una flecha— un falangista.
De líbero, un socialdemócrata reconvertido, de esos que
ahora reparten leña sin complejos. De suplentes, para ese puesto, hay incluso
antiguos maoístas.
De centrocampistas, dándole al tiqui-taca, un democristiano
y un tecnócrata.
De delantero centro, un reaccionario con mucha pegada y capaz de tirarse a rematar en
plancha al mínimo resquicio. En los córners, meterá bastante los
codos.
De extremo derecha, un liberal; de extremo izquierda, un
anarquista que se haya dado cuenta de que en este equipo juega más suelto, o
sea, uno rápido y listo, de los descarados que se la lían a la defensa contraria.
¡Así cualquiera!
ResponderEliminarYo lo que veo es que no acaba el partido con once... porque entre ellos se habrían zurrao algunos.
ResponderEliminarY algunos, en la grada, pitando cada vez que determinados jugadores la toquen.
Y yo pidiendo al palco que le cambie el nombre al equipo.
No sé yo...
Está bien que haya un carlista, pero con once requetés el partido estaría ganado. Hay que tirar de la cantera...
ResponderEliminarNo sé si hay hasta once requetés... Pero sería un equipo excelente, claro que sí.
ResponderEliminarY Gonzalo no te preocupes por el nombre del equipo, que es lo de menos.
Otro amigo, muy listo me comentaba también por correo privado que a ver cómo conseguían jugar todos estos juntos, y eso requiere de un entrenador fuera de lo corriente, y también de un equipo en la izquierda y la periferia que motive la competitividad deportiva, naturalmente.
Los carlistas, esos expertos en perder (por suerte) guerras carlistas.
ResponderEliminarHay que ver qué compañeros de viaje, a uno le dan ganas de caerse de la convocatoria fingiendo lesión.
Qué miedito, falangistas y todo. Lo mejor de cada casa.
ResponderEliminar(Pero habría que ver si el carlista no lo es de los de Carlos Hugo, por tanto un socialista autogestionario. El enemigo en casa).
Es la primera vez que siento en el alma no tener la mas remota idea de las estrategias y funciones de los futbolistas. He disfrutado imaginando semejante equipo en medio de mi ignorancia futbolística, imagino lo que sería si llego a saber algo...
ResponderEliminar¡Ay BV!
ResponderEliminarQuizá los carlistas sean expertos en perder guerras (aunque le ganaron alguna a otros), pero en ese equipo me da a mi que hay expertos en perder elecciones; y eso sí que es triste.
Un saludo
Jeje, Kris Kelvin. Pero los expertos en perder elecciones se compensan con los tecnócratas: expertos en ganar sin presentarse.
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