Me tengo que morder la lengua para que el blogg no se me convierta en un muestrario de admiraciones a la creatividad lingüística de Carmen. Hoy no voy a evitarlo, porque, además de la admiración, quizá nos pueda servir un poco a todos.
Los hechos. Estoy sentado leyendo, y necesito subrayar algo. Mitad por entretenerla, mitad por conseguir un rato de silencio, mitad por pereza, reto a Carmen, con poca esperanza: "¿A que no puedes buscar mi abrigo y encontrar un lápiz en uno de sus bolsillos?". Acepta el envite y sale corriendo. En la puerta me dice: "¡Voy a proder!" Me extraña la equivocación, pero añade, como si, al ver mi cara de desconcierto, tuviese que explicarme lo evidente, "Voy a probar si puedo que sí".
O sea, Carmen había encontrado un nuevo verbo, comprimiendo 'probar' y 'poder'. El hallazgo es tan meritorio en lo lingüístico como en lo psíquico. La mayoría de las veces las cosas no salen, no porque no queramos, como dice el tópico, sino porque no probamos. Probar es poder. Yo desde ahora lo tengo claro: ¡Voy a proder!
Por cierto, prudo.
¡Genial! Pequeños y mayores son especialmente pródigos (?) en estos felices hallazgos. Sin ir más lejos, yo debo a mi madre la mitad de mi repertorio...
ResponderEliminarDe los niños se aprende tantísimo, que cuando faltan uno se siente como sin libros.
ResponderEliminarMe propongo proder siempre!
ResponderEliminarSubrayo el optimismo de tu hija al elegir la segunda conjugación en lugar de la primera.
Yo, que me tengo por optimista, he estado a punto de escribir prodar, dando así más peso a la prueba que a la consecución.
Pues vaya! no es nada excepcional, lo hacen todos los niños. Todos podemos contar anécdotas de ese tipo
ResponderEliminarTienes razón, Coqui. En realidad, tanto ACdR como Isabel coinciden contigo en decir que no es nada raro. Permíteme, en cambio, una leve corrección a tu comentario, que agradezco: excepcional, sí es, aunque no sea nada original.
ResponderEliminarY gracias, María, por el matiz de la conjugación, en el que no había caído. Yo estas cosas, con perdón, las disfruto mucho.
Esas "salidas" de los niños sí son excepcionales y originales. Cada una de ellas es una sorpresa, lo que no es extraordinario es que las hagan, ciertamente, ya que lo hacen comunmente. Pero, si es loable y poco común, apreciarlas, disfrutarlas y compartirlas. Gracias.
ResponderEliminar¿Recuerda el padre exactamente la explicación de Carmen? Porque decir "probar si puedo" significa una cosa (experimentar) y "probar que puedo", otra (demostrar(te) que puedo).
ResponderEliminarJilguero.
El padre no recuerda exactamente, qué lástima. La pregunta es una finura lingüística; muchas gracias. Yo apostaría por el experimento, que es lo suyo. La veo muy pequeña como para ir por ahí demostrándome nada.
ResponderEliminarCelia
ResponderEliminarEs sólo el principio de lo que supone descubrir cada día todo un mundo con ellos y de la responsabilidad que asumimos siendo padres.
Celia
ResponderEliminarEs sólo el principio de lo que supone descubrir cada día todo un mundo con ellos y de la responsabilidad que asumimos siendo padres.
Celia
ResponderEliminarEs sólo el principio de lo que supone descubrir cada día todo un mundo con ellos y de la responsabilidad que asumimos siendo padres.
Enrique: llevo mucho tiempo siguiéndote en tu blog. Desde que tienes a Carmen y Enrique aún más.
ResponderEliminarFelicidades
Muchísimas gracias, Ana.
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