miércoles, 6 de marzo de 2013

A cada uno lo suyo


Que la prosa pese, que el verso vuele. 


4 comentarios:

  1. Anónimo11:12 a. m.

    ¡Ojo!, que lo que pesa tiene contenido. Y con unas alas puede volar.

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  2. Sí, sí, las alas de la aliteración y de mi propia querencia me han hecho simplificar mucho la cuestión. Gracias a ambos por poner las cosas en su sitio, que son ambos. Lo que no puede la prosa es trastabillarse ni el verso tropezar.

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  3. gatoflauta12:11 p. m.

    Yo también creo en lo de "viceversa", sobre todo para la prosa. Por poner un ejemplo, no me parece a mí que la de "Pedro Páramo" sea en absoluto "pesada", cosa que quizá tenga algo que ver con lo que el propio Rulfo explicó respecto a que había suprimido deliberadamente las partes más explicativas o de enlace de sus redacciones primeras. Tampoco pienso que lo sea la de Borges, por otro ejemplo.

    Y, con respecto a la poesía, tampoco está de más, me parece, el recordar los versos del "Credo poético" de Unamuno ("Piensa el sentimiento, siente el pensamiento; / que tus cantos tengan nidos en la tierra, / y que cuando en vuelo a los cielos suban / tras las nubes no se pierdan. // Peso necesitan, en las alas peso / la columna de humo se disipa entera, / algo que no es música es la poesía, / la pesada sólo queda"), o la calificación que él mismo hiciera (y rectificara más tarde) de la poesía de Rubén Darío como "demasiado gaseosa, a la americana". Aunque eso sea injusto, no lo es la advertencia contra la poesía "gaseosa", que me parece no es nada rara en estos tiempos, y un riesgo que acecha más (pero no sólo) a ciertos vanguardismos.

    En resumen, yo creo que, tal como ya lo insinúa el primer verso de Unamuno, lo deseable es un equilibrio activo entre "la gravedad y la gracia", por decirlo con palabras de Simone Weil; y que éso vale tanto para la prosa como para la poesía, aunque no valga para ambas exactamente de la misma manera.

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