Muchos pensaron que Jesús era Juan el Bautista que había vuelto. Nosotros, que vivimos después de Cristo, aspiramos a ser o deberíamos ipse Christus: esto es, que al ver nuestra vida nos confundan con Jesús. Pero Juan, que es el Precursor, consigue con su santidad el efecto contrario, como visto en un espejo: que le vean a él en Jesús, como a Isaías. El efecto visual impresiona, y nos sirve para sentir físicamente que Jesús es el parteluz de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario