A los aforismos excelentes siempre se les puede dar una vuelta.Dice Ramón Eder, y deja que nos demos cuenta por nuestra cuenta de que con los excelentes de verdad, por más vueltas que les demos, siempre llegamos al mismo sitio. Por eso se les llama "redondos".
Me gustó sobre todo el de "Nadie nos da más que el que nos da ganas de vivir".
ResponderEliminarPero el que más gracia me hizo es el de "Gracias a una chimenea, un día de perros puede convertirse en un día de gatos".
Por cierto, a raíz de leerle a Vd me ha dado a mí también por el "sudoku 5-7-5", que algunos se empeñan en llamar con otra palabra japonesa ("haiku") y he escrito algunos. Si se aburren, pueden leerlos en el blog que he inaugurado al efecto.
Los he leído. Es bien curioso que alguien que tiene tantas prevenciones contra el haiku se dedique a escribirlos. Y más curioso todavía que no lo haga nada mal; algunos, en efecto, están muy bien. Visto lo cual, le animo a perseverar en su disgusto.
ResponderEliminarComparto el comentario anónimo al 100 %
ResponderEliminarQué bueno éste:
Catorce años.
Ya nunca más oiré
tu voz de niño.
Y otros también.