UNOS POCOS INSTANTES PERSONALES
Ser o no ser no es la cuestión. La cuestión es
saber quién soy. Buscarme el rostro sin cansancio
con las palabras y las obras, con palobras.
Rasgar la niebla con abrazos y mordiscos
tras esa sombra que se dice yo y es alguien
aunque a menudo se confunda con la sombra
o se confunda con la niebla o se confunda
con unos pocos que son sombras o son otros.
La cuestión es buscarme el rostro a cada instante
y vislumbrarlo en un reflejo en el cristal
de mi reloj mientras observo que por dentro
raudas avanzan por debajo las agujas.
es la cuestión buscarme a mí buscando en mí
tal vez un nombre que me nombre o una acción
que me realice o un destello que me alumbre
o una persona que me quiera...,
...................................................y que Dios quiera
que en ese instante personal (o en esos pocos)
yo esté pasando por allí y me reconozca.
Cierto que la antología hace una muy juanramoniana apuesta por el anonimato (el vacío del yo, como silencio paradigmático y esencial) y los poemas no van firmados. Resulta muy bonito y, paradójicamente, contribuye a hacer más misteriosa, por delicada y tenue, mi intensa sensación de resucitado, como si flotase el alma, sin el cuerpo del nombre propio.
Para colmo, veo ahora que incluso mis artículos, incluso ellos, me hacen la respiración asistida y ahí me ponen, en magnífica compañía.
Quizá les parezca que me doy mucha importancia, pero será, como decía despectivamente Unamuno, que la necesito. Vuelvo a enterrarme en mis programaciones de aula, sabiendo, feliz, que hay vida más allá, a Dios gracias.
Quizás haya contribuido a crear esa falsa sensación de muerte con mis visitas calladas al blog y mi silencio en twitter. Aunque mi aporte sea pequeño, me hago notar por estos lares para decirte que no estás muerto para la literatura, que te seguimos leyendo.
ResponderEliminarMe he animado a escribirte esta tarde cuando, como tantas veces, has salido en mis conversaciones con el firmante del artículo de Suma cultural -el mismo que me daba codazos en la feria del libro al ver tu nombre en alguna portada-.
Un abrazo, Enrique.
Ah, vaya, qué pequeño es el mundo. Y qué buen artículo firmó el firmante, eh. Se nota que tiene buen gusto.
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