La incrédula sorpresa con la que mis alumnos escuchan que para que el matrimonio canónico sea perfecto requiere de la consumación me llena de placer. Me regodeo en ese maravilloso carnalismo de la Santa Madre Iglesia, que a ellos, tan desprejuiciados, les coge por la espalda, sin embargo y —a la vez— naturalmente. Esta mañana la felicísima sorpresa me la he llevado yo al pensar en la Inmaculada Concepción. También celebramos una unión carnal, la de Joaquín y Ana. El soponcio, pues, que les entra a los amigos argentinos cuando escuchan que Conchita es un nombre muy popular en España, está bastante justificado. Todo lo cual me lleva a concluir que, junto al puro amor a la Virgen, a la historia de España, al Cuerpo de Infantería y a los Colegios de Farmacia, hoy es un día que tenemos que celebrar específicamente los padres cristianos, que hemos concebido como Dios manda. Qué privilegio.
Hay gran contradicción entre afirmar que la sustancia del matrimonio es el amor entre los cónyuges ("comunidad de vida y amor", según define el código de Derecho Canónico) y la preponderancia que se concede al sexo, o sea, a la genitalidad o carnalidad como elemento necesario para la consumación del vínculo. La expresión "matrimonio rato y no consumado" (que permite invalidar matrimonios y que ha dado lugar a una jurisprudencia digna de Chiquito de la Calzada) causa gran rechifla, y hasta el profesor de Canónico se las veía negras para explicarlo (y no lo conseguía, claro).
ResponderEliminarMejor haría la Iglesia en actualizar conceptos que no es que sean desfasados, es que son ridículos.
Ya dijo Cernuda que era triste el sonido de dos cuerpos que se aman y, con mejor humor, Lord Chesterfield señaló que la posición es ridícula; y no por eso vamos a dejar de amarnos. Algo así pasa con la jurisprudencia que cita. Siento que su profesor de canónico no tuviera mejores explicaderas.
ResponderEliminarParece que Conchita no es diminutivo de Concha, como creía yo, sino la castellanización o españolización del término latino (¿o italiano?) concepta.
ResponderEliminarTambién los Colegios de Abogados tienen a la Inmaculada como patrona.
Creo que el matrimonio se perfecciona por el consentimiento, pero si no se consuma, es prudente (algo raro pasa) que pueda disolverse si hay acuerdo por ambas partes o por voluntad de una de ellas con justa causa.
El matrimonio como comunidad de vida y amor, Zumo, es un ideal, pero no es la definición del Derecho canónico, que establece como elemento definitorio la alianza por la que el varón y la mujer constituyen un consorcio de toda la vida; Es la voluntad de los cónyuges lo que constituye ese consorcio, que no puede fiarse a un sentimiento amoroso, de por sí efímero, como, según el Papa, indican los obispos franceses.
Jilguero.
O don Aitor mejor entendederas.
ResponderEliminarEsteee... algunos padres y madres nunca concebimos, me va usted a permitir.
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