Como estamos con el cara y cruz, al verso de amor de ayer, sumamos éstos tres de hoy, cruz, pero también de amor.
{…}
La triste libertad
que me concedes
cuando faltas.
Son de Carlos Iglesias Díez, en el libro El niño de arena (Deva, Gijón, 2013) que, a pesar de sus referentes literarios, con la excepción de Cohen, me ha gustado tanto como para leerme el epílogo de Olay, que también es estupendo.
Seguiremos citándolo...
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