Yo soy aquel que escribió un poema (un tanka) sobre el momento de tirar la basura. Era un correlato objetivo sobre el paso del tiempo y fue hace nada. Anoche, que refrescaba, Enriquito se empeñó hasta extremos alarmantes de cabezonería en salir conmigo al contenedor. Tanto se empeñó que le puse un abriguito sobre el pijama, y se vino, de mi mano, charlando los dos serios y satisfechos de la vida, del viento, de la noche, del valor, de lo que significa ser hombres. Por simetría y justicia, tendría que hacer otro poema, pero apenas lo cuento. Se canta solo.
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