Ángulo muerto
Quien lleva un diario mira de espaldas al día que pasó. (El tiempo, que ataca por la espalda, no lo pilla desprevenido.)
Quien escribe en su agenda otea —utopista— el futuro.
El articulista mira a los lados, nervioso.
El hiponcondriaco se asoma a la eternidad. El enfermo, en cambio, mira hacia abajo.
El poeta mira hacia dentro, piensan algunos; en realidad, mira desde dentro. La poesía, como el viento, es de donde viene.
El presente es un ángulo muerto. El lugar de los accidentes. Y también de las sorpresas. A ver hoy.
Si me permites un comentario quizá excesivamente sobrenatural, los santos miran la realidad; por eso para los demás, nosotros, es un ángulo muerto.
ResponderEliminarNo sólo te lo permito, sino que, sobre todo, te lo agradezco.
ResponderEliminarNo sólo te lo permito, sino que, sobre todo, te lo agradezco.
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