Me gustan y me hacen gracia muchos poemas de La víspera Rodrigo Olay, pero el que más, estos diez versos, en una décima, si no ortodoxa, sí orstodoxa y, sobre todo, redonda:
SCHOLIUM
Dice d’Ors que para ser
poeta hacen falta años,
rebaños de desengaños,
sufrir querer sin querer
y querer sin ser querido
y querer y ser querido
y serlo sin tú querer…
Sonrío. Ya lo he pasado.
Y solo he necesitado
un día y una mujer.Lo curioso es que la finura del poema se entiende, paradójicamente, mucho mejor desde los muchos años de matrimonio.
Y al revés. Un excelente poema de amor muy conyugal de La viña perdida de Lutgardo García, con este verso mágico: "Las cosas van pasando. Mas me pasan contigo", tiene una emoción que pienso yo que aumenta desde el noviazgo o las puras ganas de llegar al matrimonio como estado ideal. Las paradojas son, además, interminables porque no quitan nada a los poemas. Les añaden.
Muy andaluz, el final. Parece de don Manuel Machado.
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